VII

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Unos ojos desesperados observan los movimientos de las olas mientras el viento ondeaba su cabello. Él disfrutaba de esa sensación que lo mantenía despierto, aunque por dentro se sentía el peor de los hombres al haberla dejado sola, después de jugar con ella.

Y este sentimiento tan frío hacia él mismo solo acrecentó cuando llego a su casa y Evelyn le extendió un paquete, muy emocionada.

Él comenzó a abrir el paquete y se encontró con una grabadora, una carta y un par de fotografías, así que no logró abstenerse en imaginar aquel día, lo cual solo causó herirlo más.

Los dos jóvenes caminaban muy acaramelados tomados de las manos, y sus rostros mostraban la inmensa felicidad porque ya eran marido y mujer. Ella muy feliz ya que al fin uno de sus mayores sueños había sido cumplido, aunque no ama del todo al hombre con el que se casó, si es muy feliz ya que lo quiere de una manera muy especial y posiblemente pueda amar.

Él también es feliz ya que acaba de desposar a una mujer muy hermosa que todo mundo ama, y desea su lugar, pero ahora él era el joven afortunado que ella eligió; por lo que se sentía el más bendecido ya que ni siquiera aquel hombre que ella ama con todas sus fuerzas y al que le entregó todo, ocupaba el lugar que ahora él poseía y gozaba, ser su esposo.

—¿Están muy felices, verdad?— pregunto la reportera.

—Por supuesto Ashley, ¿por que no debíamos de estarlo?— respondió Elliot con otra pregunta, al momento que sonreía a la cámara y sujetaba de la cintura con su brazo derecho a Candy que también sonreía. Mientras los fotógrafos inmortalizaban ese momento.

—Bueno yo no puedo responder a eso. Tienes razón, ¿por que no deberían de estarlo? ¡Si es su boda!— Contestó emocionada.

—Si, nuestra boda. El día más feliz de nuestras vidas— Dijo Candy con una enorme sonrisa.

—Así nada más. ¡Su boda!—exclamó Ashley feliz.

—Por supuesto, hoy me case con la mujer mas hermosa y la que más amo en esta vida— Dijo mirando a la joven.

—Y yo lo amo a él, nunca antes había amado de esta manera. Es mi esposo y así nada más, lo amo, lo amo y ante todos digo que es el hombre que desde mi juventud robo mi corazón, él solo él, no hay nadie más en mi vida— afirmó con palabras que sonaron verdaderas de una manera muy segura. Incluso el mismo Elliot sabiendo que no era verdad, percibió que estaba hablando con el corazón, expresando en palabras sus sentimientos.

—Que hermoso... Bueno pasemos a la fiesta— Dijo emocionada al entrar en el gran jardín.

Terry escuchaba la entrevista que había sido gravada y enviada por un desconocido, de una manera furiosa y triste a la vez, apretando fuertemente sus puños hasta que sus nudillos se ponían blancos. Evelyn miraba extraña la escena de la boda, envidiado a la joven rubia por estar al lado de Elliot, al tiempo que veía a Terry pero sin saber lo que pasaba en esos momentos por su mente, claro sin conocer el pasado que había tras esa boda y la extremada furia que albergaba a Terry.

—De verdad esto esta delicioso— Dijo Ashley a la cámara después de terminar de comer. Para después dirigirse a los novios y continuar con la pequeña entrevista.

—Vaya, que invitados más refinados. Me enteré que estaría aquí el gran actor Terrence Grandchester. Pero no lo veo ¿era cierto que lo invito el sr. William?— Pregunto tocando un tema muy delicado para la novia.

—Bueno pues... Si lo habían invitado o algo así oí— aseguró Candy con un poco de dificultad.

—Díganme ¿ustedes si lo conocen?, porque aun hay personas que no lo han conocido— Dijo en forma de charla.

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