Fruncí el ceño y me senté de nuevo.
-¿A qué te refieres?- Soné irritado.
-Vamos, no tengo todo el día.
Bufé.
Hizo que abrieran mi celda e inmediatamente dos oficiales se quedaron junto a la puerta.
-Dirás donde esta Elizabeth así tenga que sacártelo a la fuerza- Amenazó.
No lo permitas John.
-Que te den- Repliqué.
Me miró durante breves segundos, como dándome tiempo a que cambiara de opinión. Al ver que no lo haría suspiró con fuerza y dio un asentimiento de cabeza. Los oficiales tomaron mis brazos, intente zafarme.
-¿Qué mierda es esto Bernard?- Dije agitado.
-¿La conoces?
Alzó la mano, entre sus dedos tenía una píldora amarillenta. Se me desorbitaron los ojos.
-Ya veo que sí- La bajó.- Son las píldoras que el Doctor Brown te recetaba.
-¿Por qué...?
Suspiró.
-Ya que no has querido cooperar, me he visto forzado a tomar cartas en el asunto. Al parecer es lo único que te hace ser... normal.
No dejes que lo haga John...
-¿Qué te hace pensar que las tomaré?- Dije borde.
-Si quieres salvar tu trasero, lo harás.
¡Volverás a ser el de antes, no la tomes!
-¡A la mierda!- Grité.- Prefiero pudrirme en esta celda antes de volver a ser esa persona...
-Maldita sea- Dijo frustrado- ¿Por qué lo haces tan difícil?
Se acercó salvajemente y empecé a forcejear, me tomó del cuello obligándome a tomar la píldora. Apreté los labios con fuerza y con la ayuda de mis piernas me eché hacia atrás pero mis esfuerzos eran inútiles.
Logró meter la píldora y trató de hacer que la tragara, empujó mi cabeza hacia atrás y por poco vomité. Sentí como empezó a caer por mi garganta.
¡No!
Rápidamente me soltaron y me dejaron en el suelo.
-Eres un maldito...- Solté.
-Lo hago por tu bien.
Apreté los puños y me abalancé sobre él dispuesto a molerlo a golpes pero en eso sentí un fuerte pinchazo en mi brazo izquierdo, la vista se me nubló. Lo último que vi fue un hombre de traje y unos zapatos lustrosos.
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Escuchaba susurros, se hallaban lejos de mí y apenas llegaban a mis oídos.
Alguien acarició mi cabeza con suavidad, era un tacto suave. Me gustaba. Abrí los ojos y me encontré en un parque, me hallé recostado en el regazo de alguien, una chica. Mire hacia arriba y ahí estaba Elizabeth mirándome con ternura.
Quise hablar pero no podía, las palabras se quedaban en mi boca y era incapaz de emitir sonido alguno.
-Despertaste- Sonrío.
Solo pude mirarla algo confundido.
-Si... También te extraño- Suspiró.- Me siento tan sola.
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Desaparecida?
General FictionElizabeth ha desaparecido y John hará lo posible por encontrarla. Sin embargo, luego de sus recaídas ¿Lo logrará o caerá en los vacíos de su mente? No confiar es la mejor opción. Atención: Esta historia contiene lenguaje y algunas escenas explícit...