Capítulo 32: Ratas de Laboratorio

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-Despierta...

Escuché unos dulces susurros que eran apenas audibles para mí.

-John... ¿Me escuchas?

Sentí lo que eran unas palmadas en mi rostro aunque realmente se sentía como si estuviesen arremetiendo a una extensión de mi cuerpo. Era difícil descifrar el tacto.

-Despierta- Repitió.

Finalmente pude abrir mis ojos con lentitud, la habitación me daba vueltas, empezaba a marearme de nuevo...

-Resiste un poco...- Me dijo.- Solo tomará un momento hasta que te estabilices.

Mi vista se agudizo a duras penas, entonces vi a la persona que estaba junto a mí. Su cabello estaba recogido en una cola alta y sus ojos eran sombríos, sin embargo no pude identificar quien era pues tenía un tapabocas que le cubría la mitad del rostro.

-¿Qué ocurrió...?- Mi voz sonó extraña.

-Estas despertando de la siguiente fase- Respondió.- He retirado el sedante así que deberíamos movernos, no tardaran mucho en venir.

Estaba totalmente confundido. ¿Quién era esta persona?

-¿Quiénes...?¿A qué te refieres?- Pregunté débilmente.

Dejo escapar un suspiro.

-Vaya que te sedaron muy bien. John... El Doctor Brown- Se acercó y susurró.- Ya debemos irnos.

Entonces caí en cuenta.

Ya recordaba todo, el momento en que me advirtieron sobre la siguiente fase, cuando me llevaron de mi habitación y termine en la sala amarrado de pies a cabeza con un extraño líquido entrando por mis venas. Luego recordé a Lauren... ¡Lauren!, acordamos algo...teníamos que huir de aquí, ¡eso era!

Íbamos a escapar.

Se quitó el tapabocas y pude admirar todo su rostro asegurándome así que se trataba de ella. Empezó a quitarme las correas y desapareció cualquier cable que estuviese adherido a mi cuerpo, me haló por un brazo con delicadeza y me hizo ponerme en pie.

Me costó un mundo estabilizarme, pero no había tiempo para eso ahora.

-Ya es hora de irnos- Soltó.

Nos dirigimos a la puerta, la abrió con cautela y se percató que no hubiese nadie cerca. Salimos rápidamente e hicimos el recorrido por el largo pasillo. No pude reconocer en que parte del manicomio nos encontrábamos, pero estaba seguro de que era en el lugar más recóndito de esta estructura de concreto.

-Uno de los asistentes nos está esperando en la entrada- Habló de repente.- Hay que apresurarnos.

La mire de reojo y baje la vista, tenía puesto el traje de enfermera que usaban las mujeres de aquí.

-¿Cómo conseguiste el traje?- Hablé por tercera vez.

No respondió, solo me sonrió y sus ojos tomaron un extraño brillo de maldad.

Entonces se escucharon unas voces no muy lejos de nosotros, si no hubiese sido por mi estado en este momento estaría desesperado por huir. Lauren encajo sus uñas en mi brazo y me halo hacia la primera puerta que vio y nos adentramos sin siquiera percatarnos de quien se encontraba ahí.

Para nuestra suerte estaba vacía, cerramos la puerta y aguardamos hasta que las voces desaparecieron. Me volví y recorrí la habitación con la mirada, al fondo se hallaba un escritorio y una lámpara sobre esta, sin olvidar el desorden que había.

Desaparecida?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora