Capítulo 5: Extrañas Actitudes

197 4 0
                                    

Me senté algo fastidiado en una de las sillas, mis padres estaban sentados al otro extremo viéndome entre preocupados y decepcionados. Yo solo los miraba con seriedad.

Aquí vamos...

Finalmente mi padre habló.

-Bueno creo que ya sabes a qué va esto...- Dijo entrelazando sus dedos y viéndome fijamente. Enarqué una ceja.

-Es sobre tu actitud hijo-Dijo mi madre.

-¿Y qué sucede?-Dije rodando los ojos.

Suspiré.

-Desde que Elizabeth desapareció has estado actuando un poco fuera de lo normal- Tomó mi mano.-Hijo estamos preocupados por ti.

-Llamé al Doctor Brown, y te programé una cita-Dijo mi padre con firmeza. -Deberías tomar las píldoras así te sentirás bien...- Alguien empezó a llamarlo por teléfono, se levantó.

Apreté los puños.

-¿Cuantas veces lo diré? estoy bien, ¿no lo entienden? No necesito esas píldoras y no necesito ver al estúpido Doctor-Lo dije lo más calmado posible especialmente viendo a mi padre que este acababa de colgar.

-¿Pero es que tampoco entiendes que estamos preocupados? odio verte así John...-Dijo mi madre soltando una lágrima.

Fruncí el ceño.

-Escuchen, no tomaré las píldoras, me siento mal cuando lo hago, me siento enfermo y es como si estuviera loco cuando ¡no lo estoy! ¿Porqué exageran todo?-Los vi a ambos.-¡Ya lo supere!- Hablé fuerte y claro para que entendieran.

-¡Te tomaras las píldoras, iras a la cita y se acabo!-Gritó mi padre fastidiado.

Mi madre se exaltó.

-Charlie, por favor...-Me solté del agarre de mi madre y me levante de la silla.

-No lo creo.- Bramé desafiante.

-Lo harás y punto. Ya tu actitud me tiene harto y si tengo que obligarte lo haré- Replicó.

-Si te tengo tan harto, ¿Porqué no dejas de fingir que te importa? vamos Charlie, ¡Deja de hacerte el dolido acerca de mi situación porque aquí todos sabemos que no te importa una mierda!-Grite cruzándome de brazos.-Lo único que te importa es tu estúpido ascenso.

En eso mi padre se abalanzó sobre mí lanzándome un puñetazo en el rostro, caí al suelo. Mi madre se llevó las manos a la boca y ahogó un grito. Me levanté y lo tomé por la camisa colocandolo salvajemente contra la pared.

-¡Ya paren!-Gritó mi madre, echándose a llorar- ¡Ya es suficiente!

-Entonces no me equivoque...-Lo deje libre. No dijo nada más.

Salí de la casa tirando la puerta, ya me tenían cansado no iría a ver al maldito psiquiatra.

¡Ni lo piensen!

Caminaba aun con mis manos temblando de rabia, quería golpear a alguien.

Decidí ir a una cafetería cercana donde iba con los chicos después de cada partido a "festejar" antes de la verdadera fiesta en casa de alguno de ellos. Entré y me senté en la mesa de siempre, cerca de la ventana.

Se acercó Jenny la camarera a anotar mi orden. Era una chica muy ardiente tal vez entre los 25, era la típica chica que pasaba y dejaba a un mar de hombres babeando.

-Hola bombón - Me guiñó el ojo.-¿Lo de siempre?

Asentí sonriendo.

-En camino- Me sonrió. Le eche una rápida mirada mientras se daba la vuelta.

Desaparecida?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora