Capítulo 4: Resaca y Problemas

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Al acordarme de lo sucedido anoche del tiro me había dolido la cabeza, tendría que hablar con Peter luego. Aunque si lo pensaba bien el había hecho esas cosas con la chica ardiente de la fiesta, no me jodan, el también metió la pata.

Suspiré sin darle tanta importancia.

Ahora venia lo importante, Elizabeth. Ya que había sido un completo idiota al haberme quedado en la fiesta anoche, ahora mismo iba a tratar de encontrar pistas sobre su paradero. Ya era mediodía, justo cuando iba saliendo recibí un mensaje de la madre de Elizabeth.

"Hola John, necesito que vengas a nuestra casa ahora.  Es importante

Señora Parker"

Me estremecí, había solo 2 posibilidades.

Que habían encontrado a Elizabeth.

Que estuviese muerta.

Obviamente prefería la primera, pero algo no me convencía de todas maneras. Me dirigí hacia la casa de Elizabeth, toqué la puerta y en la primera me abrieron.

-Hola señora...-Solo me abrió y se dio la vuelta adentrándose.

Fruncí el ceño y solo la seguí. Para mi sorpresa me encontré con Will que se encontraba en la sala de estar y nada menos que el estúpido detective de la comisaria.

¿Ahora si hacia su trabajo no? 

Rodé los ojos.

-¿Dónde esta Richard?-Pregunté confundido, Richard era el padrastro de Beth.

-Está en el trabajo- Respondió la Señora Parker amablemente.

Me invitó a tomar asiento, hubo un silencio incómodo. 

¿Qué sucedía?

-Hola John...-Dijo Will sonriéndome.

Yo lo miré seriamente. No tenia intenciones de responder, así que no lo hice. El pareció entender y suspiró de cansancio.

-El detective está aquí para hacer algunas preguntas- Soltó la señora Parker.

Yo asentí confundido.

-Será mejor ir a la comisaria, ahí empezaré con el interrogatorio- Habló el detective. Se levantó y se dirigió hacia la puerta principal.

-¿Porqué nos interroga este tipo?- Preguntó Will.

Suspiré. Era cierto, nosotros no teníamos nada que ver... bueno, al menos yo.

-Ya empezaremos a descartar sospechosos...-Soltó el detective mientras nos abría la puerta trasera del auto.

Perfecto. Ahora era un sospechoso.

Durante el camino no se había dicho ni una palabra, llegamos a la comisaria en un pestañeo.

Nos guió hasta la sala de interrogatorios y nos puso a cada uno en una sala diferente.

-Entra-Dijo bruscamente, lo fulminé con la mirada.

La sala de interrogatorios era como la de las películas, las paredes blancas, un gran vidrio negro y una mesa con una silla en el medio. Cerró la puerta y me estremecí. Odiaba estar en lugares cerrados, sentía que me asfixiaba. Me senté y respiré hondo varias veces para calmarme. Un recuerdo me vino de golpe.

Tenía 14 años...

-¡Ahí va el loco!-Gritaron al fondo del pasillo cuando entraba por la puerta de la escuela.

Desaparecida?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora