Capitulo 40# Un placer inigualable

414 10 1
                                    

Son las 7 de la tarde, me he quedado todo el rato con Chris en mi casa viendo que me podía poner para ir a ver le y al final escogí un vestido blanco apretado con las air max blancas, me duelen mucho los pies para ponerme tacones... Me hizo unos cuantos rulos para que el pelo no se me vea tan liso e intentó ayudarme con el maquillaje pero... Tuve que lavarme la cara del desastre que me dejo, la línea me llegaba hasta más arriba de las cejas, mis labios parecían un cuadro de Picasso por cómo me puso el pinta labios y las mejillas... Bueno sin comentarios.
Como conseguí que fuera a ver a Jonnan tuve que ayudarle también con su vestimenta. Estaba guapísimo, si no fuera gay de verdad que me lo hubiera liado.

Estoy llegando a su casa... Lo único que espero es que Alex quiera escucharme y entenderme. Delante de su puerta, escucho su perro ladrar señalando que había alguien sin que haya tocado el timbre aún. La puerta se abre suavemente minutos después y la carita de Alex se asoma con el pelo mojado y goteando por todo su rostro. La cara que ha puesto al verme era de sorprendido, sus ojos interpretaban alegría y al mismo tiempo tristeza y rencor.

-Hola.- salude sin saber qué hacer.

-¿Qué haces aquí?- me preguntó.

-Quiero explicarme.

-No hay nada que explicar. -dijo mientras cerraba la puerta.

-Dices que me comporto como una cría, pero sin embargo eres tú el que ahora no quiere hablar del tema.- respondí poniendo las manos en la puerta para que no la cerrara. Deja de empujar y la empieza a abrir suavemente. -¿Puedo pasar?... - pregunté tímida y mirándole a los ojos.

-Pasa.- respondió sin más.

Asentí y entre, me di la vuelta ya que él estaba detrás mía y me mordí el labio al ver que se echaba su pelo mojado hacia atrás con la mano derecha, su pecho aún con gotas de agua y una toalla en la cintura para tapar sus intimidades.

-Alex... -dije.

-Así me llamo.

-Solo quiero que me escuches y después me iré sin protestar.

-Esta bien.

-Quiero que sepas que... Entiendo que te cabrees conmigo...- no consigo concentrarme mirando su cuerpo casi desnudo.

-¿Eso es todo?- me pregunta serio.

-¡No..!-respondí

-Sigue entonces.- me señaló el sofá para sentarme.

-Que se que esto es muy difícil para ti... -se sentó a mi lado.-También lo es para mí. Yo.. Yo no quería hacerme la heroína, solo que no quería más problemas con Lucas.... Alex, por favor yo.. De verdad que te quiero y no quiero perder...- me cortó la frase con un beso en los labios.

-Se que no quieres perderme, te has vestido como una princesa solo para venir a explicarte.. Lucy, yo estoy enamorado de ti y tampoco quiero perderte.

Al escuchar esas palabras mis labios actuaron solos y se juntaron con los suyos, mis manos acariciaba sus mejillas y las suyas mis caderas, sus manos subían hasta mi espalda y bajaban hasta mis piernas. Me besó el cuello y poco a poco llegaba al pecho y volvía a mis labios. Delicadamente me tumbó en el sofá mientras aprovechaba para pasar sus manos por todo mi cuerpo.
Se puso encima mía y seguía dándome besos por el cuello bajando hasta no poder seguir por  mi vestido. Me levantó y se sentó y al mismo tiempo me puso encima suya como si fuera una muñeca, colocó sus manos en mi espalda para buscar la cremallera, al encontrarla la bajo con delicadeza mordiéndome el labio inferior. Bajaba mi vestido suavemente y yo pasando mis manos por su pelo mojado. Me mira y se muerde el labio. Me levanta de nuevo y me puso de pies, siguió bajando mi vestido hasta que se calló al suelo dejándome en ropa interior. Me miró fijamente de arriba a abajo sin dejar ningún detalle, con sus manos tiro de las mías para volverme a sentar encima de él. Me besaba y pasaba sus manos por mi cuerpo tan apasionadamente que me sentía realmente deseada. Su boca pasó de mis labios a mis pechos acariciando los y a la vez mordiéndolos sin hacerme daño. Hoy es mi día, es la primera vez que Alex me pone tan cachonda y yo sé que él es el adecuado para perder mi virginidad, además, le quiero de verdad.

Alex se levanta de golpe conmigo encima y me lleva a su cuarto cerrando la puerta detrás suya, me tumba en la cama suavemente besando mis costillas. Me levanta un poco para quitarme el sujetador y vuelve a acariciar mis pechos con sus labios, baja sus manos hasta llegar a mi braga y la baja suavemente mientras que su mano llegaba a mi parte femenina. Al dejarme totalmente desnuda, se levanto y vi cómo su erección desbordaba de la toalla, me mira, sonríe y se la quita. Sigilosamente vuelve hacia a mí besándome todo el cuerpo y volver a mis labios. Lo deseo, lo deseo ahora mismo.

-¿Estás lista?- preguntó y asentí.

Sentí su miembro tocando mi parte genital, me miró y me beso de nuevo. Poco a poco entraba más profundo dentro de mi hasta que sentí un dolor agudo, seguía yendo suave pero minutos después aceleró. Al principio era un dolor bastante molesto pero se convirtió en un placer inigualable.

Amores de adolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora