Capitulo 44# Y volvi

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Nos despedimos y cogimos el coche, Lucy intenta calmarme. Fuimos directos hacia el hospital, dejamos a Dinky con Bobbie, la vendre a buscar cuando venga a dejar a Lucy. Intentó concentrarme en conducir pero se me hace difícil pensando en las diferentes maneras de pegar al hijo de puta de Juan, como ya me he pegado con el antes sé más o menos sus puntos débiles, espero que me lo encuentre pronto al imbécil. Lucy solo pasa su mano en mi muslo para intentar calmarme, me puso música e intentaba poner temas de conversación para que dejara de pensar. Llegamos tan rápido que no me di ni cuenta, aparcamos el coche y me fui hacia la recepcionista de hospitalización, la pobre Lucy corría detrás de mi casi.

-Buenos días, disculpe. ¿En qué habitación está Valeria Bravo?

-Buenos días. Disculpe pero la paciente no puede recibir visitas.- me respondió mirando al ordenador.

-¿Que? Por favor, necesito verla, necesito ver cómo está mi madre..

-Lo siento pero en la pantalla dice que no puede recibir visitas por ahora.

-Se lo pido por favor, déjeme al menos verla, necesito verla, joder.- empezaron a caer lágrimas por mis mejillas.

-Esta bien pero solo verla y salir, no está en condiciones de recibir visitas. -me miró con piedad y le sonreí. -está en la sala 407, cuarto piso.

-Muchas gracias.- respondió Lucy al ver que ya estaba de camino.

Subimos por el ascensor, se me hacía eterno, Lucy me cogió de la mano y enlazó nuestros dedos mientras que su cabeza se acomodaba en mi hombro. ~Ding~ llegamos al 4º piso y solté su mano, salí casi corriendo cuando el ascensor abrió sus puertas, buscando la habitación, al encontrarla puse mi mano en la manilla con cuidado, mis manos temblaban, abro la puerta suavemente con la mirada buscando a mi madre. Estaba en una cama llena de moretones, rasguños, por todo el rostro y partes del cuerpo que dejaba mostrar por las sabanas, con un yeso desde los dedos de la mano derecha hasta más arriba del codo y máquinas para que respiren por ella. Me puse a su lado derecho arrodillado, las lágrimas caían como si fuera una cascada.

-Mamá...- senti la mano de Lucy tocando me el hombro y arrodillándose a mi lado.

Besé la mano qué tenía libre mi querida madre y mire su brazo casi azul por los golpes. Mis lágrimas caían más y más. - Mamá...- dije casi sin poder, faltándome aire para hablar. - ¿Como has podido ser tan tonta? ¿Cuantas veces te pedí que dejaras a ese hijo de puta? ¿Porque no terminaste con el la primera vez que te pego?... Mamá, ¿porque no lo dejaste cuando te lo pedí?... Te juro por los abuelos que me vengaré de él.

-Alex... -la voz consoladora de Lucy me hacer calmarme un poco y volver respirar. -Tu madre se va a recuperar, ella es fuerte.

-No... No lo es. Ella es débil, frágil como una hoja de árbol seca, si no la tratas con delicadeza de puede romper.

-Ella es mucho más fuerte que una hoja y lo sabes. Tienes que ser fuerte con ella, si no la ayudas ella no se va a recuperar, lo que más necesita en estos momentos es apoyo y ayuda.

-La ayudaré haciendo que ese hijo de puta muera. -la mire a los ojos.

-Lo único que harás será empeorar las cosas...- Me pasaba sus dedos suaves y delgados por mis mejillas para quitar mis lágrimas.

Lucy tiene razón pero no puedo dejar que se salga con la suya ese cabrón, no puedo, no quiero, tengo que matarlo, es lo que más deseo en estos momentos, no puedo dejarlo libre.

-Alex, no pienses en como hacerlo o en que tienes que vengar a tu madre. Ella se va a recuperar pero a él la vida lo va a castigar por todo el daño que os ha hecho.

-¿Y si la vida no lo castiga?

-La vida es dura, pero correcta.

-No, la vida es una mierda, mira a la gente que sufre y que son inocentes, en la guerra, en Africa que mueren de hambre, de enfermedades. ¿Y ellos que han hecho para recibir eso? Lucy la vida es una mierda, es injusta.

-Alex...- Sentimos la puerta abrirse y gire la cabeza para ver quién era.

-Disculpen pero no pueden estar aquí, la paciente está muy grave y ahora nos la tenemos que llevar. -dijo el doctor agradablemente.

-¿Llevar? ¿A dónde?- pregunté desesperado.

-Tenemos que hacerle pruebas para ver cómo va.

-¿Que clase de pruebas?- Me levanté.

-Alex.- Lucy me cogió de la mano mientras se levantaba también. -Para de desconfiar, es un doctor.

-Enfermero.- respondió el hombre.

-Bueno, esta bien.

- ¿Nos vamos?- pregunto Lucy mirando fijamente a mi madre.

-Si... Creo que es lo mejor, tenemos cosas que hacer.

Lucy se gira para ver la cara del enfermero y se queda paralizada al verlo. Bueno en verdad los dos se quedaron mudos. ¿Quien es él?

-Hola.- dijo Lucy con una sonrisa.

-Hola. -respondió el enfermero. -parece que te voy a ver todo el tiempo. - se ríe.- ¿como estás desde la última vez?- ¡¿última vez?! Me estoy aguantando las ganas de cogerlo y pegarle. ¿Quien coño es?

-Si, voy mejor. ¿Y tu?

-Yo estoy bien.- se sonrieron mutuamente. ¿Hola? Estoy aquí, no hagan que no existo por favor.

-Ah disculpa, no os he presentado. Alex, él es David. El me atendió cuando vine hacerme la radiografía en las costillas y después nos cruzamos de nuevo cuando vine a ver a la yaya de Judith. -creo que empiezo a entender.

-¿Te hiciste radiografías?- respondí perturbado.

-Si... Por.. Bueno, ya lo sabes.

-Ah, ya entendí. -fue por culpa de Lucas.

-Y David, el es Alex. Mi novio. -sonrió.

-Un placer. -David puso su mano al medio.

-Igualmente.- le correspondió el apretón de manos.

Amores de adolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora