Estoy un poco ciega por la luz de la máquina, Chris aún seguía esperando afuera. David, el enfermero, me dijo que le esperara en la sala de espera de afuera y que cuando tuvieran las radiografías listas me iba a volver a llamar. Salí de la sala y Chris se levantó. Le hice una señal con la mirada para irnos de ahí.
-¿A dónde vamos?- preguntó confundido.
-Tengo que esperar afuera, David me llamara cuando tenga las radiografías.
-¿David?- me miró con cara rara.
-El enfermero.
-Vaya Lucy. Vas rápido, ya sabes su nombre.- bromeo con una sonrisa.
-Aiii, calla. - me reí.
-Seguro que has disfrutado cuando te tocaba con sus manos.- sigue bromeando.
-¡Chriiiis! - volví a reír.
-Estoy más que seguro a demás que te dijo sin sujetador, uii tú estabas ahí tipo... "Tócame donde quieras guapetón. "
-¡Oyeeee!
-No digas que no es mentira, Lucy. - me guiña el ojo.
-No voy a decir que es mentira pero tampoco diré que es verdad, además estaba todo el rato mirándole a los ojos, no consigo saber de qué color son y me estresa.
-¿¿Solo eso?? Yo pensé que había habido algo más ya que dijo que quería atenderte...
-No todos somos como tú.
-Oh. Que ataque más gratuito. - nos reímos los dos mientras que llegamos a la sala de espera.
La espera se hace más larga de lo que pensaba, miro a Chris y me acorde de que vinimos con mi hermano.-¿Dónde está Diego?
-Pues ligándose a unas cuantas por ahí seguramente.
-Que niño.
-Ya ves.
La figura del enfermero que me atendió hace unos minutos vuelve a parecer en la sala, por favor que guapo que es. Tendrá unos 25 años más o menos, es moreno de piel clara y la espalda ancha. Se ve que cuida su forma.
<<Lucy>>- escuchar mi nombre provenir de su voz es tan.... Inexplicable.
-Voooy. - dije mientras que me levantaba de dónde estaba sentada. -Chris, ¿no vienes?- pregunté viendo que él no se movía.
-Te esperaré aquí y si veo que tardas pues iré a buscarte.
-Vale, malote.
Seguí a David y llegamos a un esquina con varios pasillos con habitaciones. Seguimos caminando hacia la derecha y entramos en un cuarto un poco alejado de la sala de espera. Me senté al ver que el también lo hacía.
-Bueno, Lucy. En la radiografía no sale nada grave, te recetaré ibuprofeno. -dijo mirándome a los ojos.
-¿Si el ibuprofeno no consigue calmarme el dolor?
-Es frecuente que los traumatismos torácicos provoquen agudos dolores. En algunas ocasiones, existen fisuras en las costillas e incluso pequeñas fracturas que pasan desapercibidas en las radiografías inicialmente. Si dentro de 4 a 5 días aún tienes dolor y el moretón ya se te ha ido, vuelve aquí y te volverán a hacer radiografías.- no pude quitarle la mirada, ¿de qué color son sus ojos?
-Vale, muchas gracias.
-Bueno... Eso es todo.- se levanto para serrarme la mano.
-Adiós.- respondí.
-Buenas tardes.- me guiñó un ojo.
Salí del cuarto con la receta en la mano, volví a la sala de espera y vi a Chris hablando por teléfono.
Cogí mi bolso y busque mi iPhone, 3 llamadas perdidas de Diego y 4 de Alba. Bueno... Los llamaré después. Le hago un gesto a Chris para que se levante y vayamos a ver al yayo. Dios por favor, que esté mejor..-Si si ahora te la paso.- dice Chris mientras me da su iPhone.
-¿Quién es?- pregunté.
-Habla.
-¿Si?
-Lucy, Dios mío. ¡¿Por qué no me has contado que a pasado?! ¿¿Estás bien??- los gritos de Alba me rompen el tímpano de la oreja.
-Si, Alba estoy bien. No lo sé, me desperté y fue algo raro.
-¿Cómo es eso que lo habéis dejado con Alex?
-Me ha dejado el, Alba.
-Lucy, voy en camino. Cuando llegue me cuentas todo. Te dejo que estoy entrando en el metro.
Alba corta y Chris me mira con cara rara.
-¿Qué le has dicho?
-La verdad.
-Chris, joder.
-Es tu mejor amiga, tiene que saberlo. No le voy a decir nada a Jud por qué está mal, cuando se recupere su yayo le vas a contar todo.
-No sé.
-Lo harás. - dijo pero no respondí.
Subimos en el ascensor al 4to piso. Tengo ganas y a la vez no de ver al yayo. Tengo miedo de que esté peor...
Llegamos delante de su habitación. Chris me mira y adivino que no sabía qué hacer. Abrió la puerta y entró el primero. Al ver su reacción entendí que está muy mal aún. Entré y lo vi con más máquinas que ayer. "Dios mío.. Por favor tienes que hacer que se mejore..."- dije casi gritando con lágrimas en mis mejillas. Me duele mucho ver a un hombre tan bueno, en tan mal estado, él siempre lo ha dado todo por su familia, no merece estar así.
Las lágrimas salían solas, necesito salir de aquí. Chris siguió viendo la figura del yayo, estaba impactado. Creo que no pensaba que estaba así. Salí de la habitación con las manos en la cara, siento un choque y me caí al suelo dándome con el codo en las costillas. Qué dolor...-Lo siento mucho.- escuche esa voz tan sexy. - ¿Lucy? ¿Qué haces aún aquí?-dijo mientras que yo ponía mi mano en la cintura.
-Fue mi culpa, estaba... Distraída. - respondí mientras me ayudaba a levantarme.
-¿Te has hecho mucho daño?
-Si pero es soportable.
-¿Entonces por qué lloras?- dice mirándome a los ojos pero yo negué.
-No estoy llorando.
- Tienes los ojos rojos y hace un rato los tenías perfectos. -Me sonroje y baje la mirada.- Además que tienes el rímel corrido... No puedes negármelo.- dijo y fui a verme a un espejo pero un momento.. Esta mañana no me había maquillado. -Tu reacción acaba de responder por ti.- me miró fijamente a los ojos sin ninguna expresión en su cara.
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Amores de adolescencia
Roman d'amourMe llamo Lucy, Lucy Lara. Tengo diecisiete años, vivo en Barcelona con mi padres y mi dos hermanos Diego el mayor de 19 años y Roberto de 15 años. Tengo el pelo largo y castaño, los ojos grises, mido 1,67 y quiero estudiar modelaje. Son las dos pr...