Prólogo.

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Zara cerró sus ojos esperando que sus pupilas se volvieran a acostumbrar a su alrededor. Garret le realizaba día por medio un examen para verificar que todo estuviera bien con ella.

Aquel verano se lo tuvo que pasar en la veterinaria ayudando a Garret pues Malia había pasado un mes en una escuela de verano de Artes, había sido un regalo de su parte, pero eso no evitó que se sintiera arrepentida por aquella decisión. Ella la extrañaba pero solowen un rato debería regresar pues mañana era el primer día de su último año.

- ¿Llevas tu inhalador? - Ella se limitó a asentir. - ¿Y tus medicamentos?

- Si, Garret. - Repitió mientras Garret preparaba su brazo para quitarle sangre. - No sabía que también eras doctor.

- Sólo sé lo que debo saber. - Murmuró concentrado para encontrar la vena de Malia.

Si ella se tuvo que quedar en la veterinaria no sólo era por la ausencia de Malia, sino también por su extraño estado desde que habían atrapado a Jerard. Cuando sus ojos volvieron a brillar de aquel fuerte rojo su cuerpo no se sentía normal, seguía sintiéndose débil y Garret se había puesto en modo investigación para descubrir que era lo que estaba pasando con Zara, ella se había debilitado incluso cuando aún se destacaba en los deportes se cansaba más de lo normal e incluso a veces tenía crisis asmaticas dejando a todos preocupados, si ella hubiera nacido como humana hubiera hecho una investigación más simple. Mientras Zara estaba impaciente por ver a su novia, muchos kilómetros más lejos que ella un grupo estaban sentados en un circulo intercambiando miradas.

- ¿Ya lo saben? - Todos asintieron. - Estupendo, esto es información clasificada, debemos hacer que el consejo siga pensando que ella es una Omega.

- ¿Cuánto crees que dure eso, Bruce? - Habló con ironía Frederic. - Son el consejo, esos malditos lo saben todo. Además, ellos notaran la concentración de betas que hay ahí, donde hay betas, hay alfas.

- Frederic, ya lo tengo cubierto.- Bruce rodoo sus ojos. - He estado investigando con mis mejores fuentes y al parecer, algo le está pasando a la Alfa.

- Creo que nos olvidamos de algo. - Gwen dejó de hacer que su sangre se fuera a su cabeza y se enderezó. - ¿Cómo es que ella volvió a ser una Alfa?, ella sacrificó su poder por su mate.

- Algo estúpido. - Rio Jasper al escuchar eso. - Para peor era sólo una banshee, yo tengo una familia entera en mi manada.

- Sigue siendo su mate. - Frederic razonó. - Imbécil.

- ¿Cómo me has llamado? - Ambos se levantaron de sus asientos sin esperar nada, cuando la guerra de los antiguos enemigos iba a empezar las puertas se abrieron de golpe y un hombre camino hasta la silla desocupada. Ambos chicos se sentaron en sus asientos sin dejar de mirarse mal.

- Ella es una caso excepcional. - El hombre habló cuando todos pusieron atención en él. - Para empezar no es una Alfa de nuestra clase, ella es una verdadera Alfa pues no necesitó matar a nadie para serlo. Pero algo debe haber para que la diosa Luna no sólo le de poder una vez, sino que lo hizo dos veces. Tengo una hipótesis y esperemos que me equivoque, he estado pensado que ella podría ser la hija de la luna.

- ¿Cómo la canción? - Pregunto Gwen haciendo sonreír al escucharle.

- No es literal, Gwen. Hace años atrás hubo un Alfa verdadero que sin importar el peligro que corriera, él se mantenía a salvo. Sus habilidades eran excepcionales incluso cuando envejeció y muchos decían que todo era gracias a que era el consentido de la diosa Luna, le llamaban el hijo de la luna.

- Entonces, su teoría se basa en que ella es la consentida de la luna, ¿No? - El hombre asintió. - ¿Y cómo le venceremos si es así?

- Si no puedes con ellos únete. - Frederic murmuró. - ¿Quieres que ella se una a nosotros?

- Es la idea.

- Ella es un Alfa verdadero, los tipos como nosotros los aborrece, somos polos opuestos. - Jasper se cruzó de brazos.

- Ya hemos pensado en eso. - Bruce se levantó de su asiento. - El plan es buscar la forma de atraerle, incluso si es necesario hacerle pensar que el consejo sólo busca el mal para ella, eso nos ayudaría aún más.

- ¿Y cómo lograremos eso? - Preguntó Frederic, el hombre junto a Bruce se miraron.

- Es ahí donde entra Gwen. - La chica aplaudió emocionada.

- ¿Tengo que matar a alguien?

- No, Gwen. - El hombre le dio una mirada suave, él sabía manipular a las personas. - Pensé que podrían ser amigas, ser la única mujer aquí debe ser solitario, ¿No? - La chica asintió emocionada. - ¿Puedes traerla por nosotros?

- ¡Si! - La chica sonrió. - ¿Pero cómo lo puedo hacer?

- Tienes tus metodos, linda. Confío en ti, ¿Ustedes chicos? - Los demás asintieron con algo de fastidio.

- Okay, lo haré. - La rubia salió del salón emocionada para arreglar sus cosas.

- ¿Por qué ella? - Jasper miró al hombre.

- Porque ella es lo más parecido a puro que tenemos. - El hombre se acomodó en su silla. - Si ella falla, tenemos otros planes. Pero el objetivo sigue siendo el mismo. - Los más jovenes intercambiaron miradas.

- Acabar con el consejo.

Hija de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora