Capítulo 9

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Zara

Miré la herida aún abierta con algo de preocupación, no era una gran herida, pero ya debió de haber sanado. Me puse un suéter antes de bajar a la cocina por algo de comer, pero aquella mañana sólo pude comer un poco de comida.

- Buenos días. - Jane me sonrió. - ¿Cómo estás?

- Bien, me adelantaré hoy, ¿Te parece bien? - Fingí una sonrisa y ella sólo se limitó a asentir.

Cuando salí de casa me detuve de golpe al ver al mayor de mis hermanos parado con una mirada seria.

- Nos iremos esta noche a Inglaterra.

- ¿Qué? - Pregunté sorprendida, Chris mantuvo su posición, él definitivamente estaba hablando en serio, muy en serio. - No iré.

- Oh, si lo harás. Estar en este lugar te hace un blanco fácil para los enemigos que vengan por ti. Si vamos a Inglaterra tendremos asilo hasta que mejores junto a Kane, es nuestra mejor opción.

- No me iré de aquí. - Su mirada era desafiante. - Puede que ahora esté débil, pero sigo siendo tu Alfa.

- Eso es lo que me preocupa, si sigues siendo un Alfa sigues siendo un objetivo. No seas tan estúpida como para pensar que esto se solucionará por si solo.

- Christopher, sé que no estoy segura aquí como lo estaría con Kane, pero tú también debes entender algo. - Me acerqué a él tomando sus hombros. - Tengo una manada, tengo un hogar para mi manada y es este, si el peligro viene me las arreglaré para sobrevivir como lo he hecho todo este tiempo. - Vi como sus ojos se cristalizaron y él me abrazó algo fuerte.

- No podría soportar ver morir a mi hermanita. - Murmuró.

- No moriré, ¿Bien? - Acaricié su cabello castaño intentando que él se relajara. - Además, ustedes están haciendo un buen trabajo con eso de vigilar todo lo que haga. - Él se separó limpiando sus ojos.

- Nunca está mal saber si estás bien. - Sonreí levemente. - No le digas a nadie que he llorado. - Me amenazó y yo sólo besé su mejilla.

- Me lo llevaré a la tumba. - Un auto bastante elegante se estacionó en la acera, intercambié miradas con mi hermano quien se apresuró a ponerse delante de mí.

- ¡Hola jefa! - Suspiré aliviada al ver a Gwen bajando del auto. - Voy a la universidad, ¿Quieres qué te lleve a tu instituto? - Sonreí antes de asentir, pero no fui muy lejos pues mi hermano tomó mi brazo sin dejar de mirar a mi nueva beta.

- Cuídate, ¿Si? - Yo asentí antes de subir al auto con Gwen.

- Tus hermanos no confían mucho en mí, ¿No? - Yo le miré y por primera vez le vi tan seria.

- Mis hermanos no son personas que suelen confiarse de los demás. Pero tranquila, ya lo harán. - Le regalé una sonrisa que ella correspondió. - ¿Cómo van las cosas con Taylor?

- Ella es rara, pero me gusta. - Murmuró. - De todas formas es algo confusa, me da señales confusas.

- Dímelo a mí. - Sonreí algo divertida, pero ella me miró algo extraña. - Malia era algo así. Por cierto, ¿Qué estudias?

- Medicina. - La miré sorprendida. - Pedí un traslado de Yale.

- Espera, ¿Renunciaste a Yale por esto? - Ella se encogió de hombros.

- No me arrepiento, pude encontrar a mi mate. Y además te encontré a ti.

- Eres muy dulce y buena para este mundo. - Noté como su mirada se había entristecido. - ¿Pasa algo Gwen?

- Zara... tengo que... - Ella se estacionó en mi escuela y noté como el idiota de Josh molestaba a un chico.

- Me lo dices más tarde, ¿Sí? - Salí rápidamente del auto y me dirigí hacia Josh. - Eh, ¿Algún problema?

- Nada que te incumba, deberías tener cuidado o te puede dar una crisis asmática, superestrella. - Apreté mi mandíbula fuertemente. - Venga, vete. - Él volvió a mirar al chico tomando sus anteojos y antes de que los tirara los tomé.

- Déjalo en paz. - Gruñi antes de entregarle los anteojos al chico de primer año.

- ¿Me golpearas con tu inhalador? - Miré al chico quien escapó rápidamente. - Me acabas de hacer perder el dinero para mi almuerzo. - Él tomó el cuello de mi suéter. Quizás ya no tenía mi super fuerza, pero tenía mis habilidades y aún tenía más fuerza de lo normal.

- Yo en tu lugar no lo haría. - Lo miré directamente en sus ojos que me miraban con terror.

- Sueltale. - Vi a Finn tocando su hombro y él rápidamente me soltó.

- Josh, ¿No? - Keaton llegó con su mirada en llamas, si fuera un perro del infierno como Joe de seguro estaríamos en graves problemas. Josh se limitó a asentir.

- Como vuelvas a tocar a nuestra hermana... - Finn lo miró calmadamente.

- Te irá muy mal. - Terminó Keaton.

Ambos podían ser muy parecidos en bastantes aspectos, pero en el temperamento eran muy distintos. Finn podía ser muy tranquilo, siempre trataba de mantener la calma, pero eso no le quitaba lo amenazante que podía sonar en algunas ocasiones. Por otro lado estaba Keaton, solía enfadarse con facilidad y aquello no era bueno para nadie, mucho menos en luna llena, pero con el tiempo aprendió a controlarse, al menos ya no tenía sed de sangre.

Las clases habían terminado y con los chicos decidimos ir al bosque para probar el nivel de mis habilidades, debía al menos poder correr lo suficiente para que no me atraparan tan fácilmente. Cuando Joe corría tras de mí me distraje al ver a Gwen entrando.

- Tiempo fuera. - Le dije, pero él de todas formas de derribo.

- No hay tiempo fuera.

- Una excusa. - Él sólo sonrió dw una forma burlona. - Gwen, ahora si podemos hablar. - La joven del pelo platinado se acercó a mi y me abrazó fuertemente.

- Lo lamento. - Murmuró en mi oído dejándome confundida. Ella se volteó y pude observar como en su espalda recibía una flecha.

Todo pasó muy rápido, traté de tomar a Gwen mientras los chicos trataban de deternerles, pero no eran cazadores, todos lo sabíamos. Eran hombres lobos, y de alto rango. Cuando llevé a Gwen a uno de nuestros refugios en el bosque le quité la flecha notando que no tenía la punta y la herida era casi superficial, cuando miré a Gwen sus ojos brillaban de un rojo oscuro, antes de que pudiera siquiera gritar, ella tapó mi boca con un pañuelo. Cuando me atrapó y me tomó en hombro un fuerte grito se escuchó, Malia gritado deteniendo a muchos, pero Gwen seguía su camino. Ella me sacó del bosque haciéndome entrar a una camioneta.

- Muy bien, Gwen. - Miré a la chica quien bajó la mirada. - Haz salvado a nuestra Alfa favorita, Castiel estará muy feliz. - ¿Salvar?, pero si me ha raptado. - Quítale eso. - Ella me sacó el pañuelo. - Soy Bruce, por cierto. - Miré al chico a mi lado, debía tener unos 23 años.

- Si vas a matarme...

- Chica, te hemos salvado. - Él parecía confundido. - Los miembros del consejo atacaron tu manada y logramos descubrirlo a tiempo para salvarte.

- ¿Por qué me salvarían?

- Porque nuestro líder lo pidió, él está en contra de los horribles actos del consejo.

- El consejo... - Él me interrumpió.

- El consejo te teme, ser una hija de la luna es una mala noticia para ellos.

¿Hija de la luna?, ¿De qué diablos hablaban?

Hija de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora