Jane
- ¡¿Estás demente?!, ¡¿Eres al menos consciente de lo que pudo pasarte?! - Ella me miraba sin expresión alguna.
- Ella no me haría ni me hizo nada.
- ¡Ella atacó a Zara, pudo atacarte a ti! - No estaba emfadada, pero quizás era mi forma de expresar mi dolor. No, si estaba enfadada. Ella pudo ser asesinada frente a mis ojos por los colmillos de su mejor amiga.
- Yo ya estoy curando. - Murmuró Zara mientras uno de los gemelos limpiaba su herida. - Lento, pero lo hago.
- Si, pero tú aún puedes sobrevivir a algo así. Ella es completamente humana. Y no te metas en mi discusión. - Gruñí.
- Lamento causar tantos problemas. - Mi corazón se ablando al ver a Malia apartada mirándome apenada.
- Tú no tienes la culpa de nada.
- Yo tengo una solución. - Miré a Gwen quien comía unas frituras, ¿De dónde había salido?, se suponía que estaba noche estaba ocupada. - Ella puede controlar su lado banshee, pero la razón por la que aún no puede controlar su lado animal es porque no está conectada con ella. Ustedes siempre le controlan, lo que necesita es que se conecten. - Todos miramos a Garret.
- Puede tener razón, no lo había pensado. - Murmuró.
- ¿Y qué planeas? - Le pregunté y ella sonrió.
- Pues que medite en las cascada hasta que lo domine, nosotros no estaremos a su alrededor molestandole, pero si estaremos vigilando que no destruya la ciudad.
- Pareces saber de betas. - Ella asintió.
- Claro, lo soy.
- Ahora que te calmaste, - Volví mi atención a mi mate. - debo irme a casa.
- Claro, iré a dejarte.
- De hecho planeaba irme con Malia, ella necesita descansar y estar fuera de todo esto un rato. - Yo asentí y miré a Zara quien me imitó.
- Me parece una buena idea.
- Pero aún así las llevaré a casa, ambas pasaron una larga noche. - Y ellas terminaron por aceptar.
Ambas subieron al asiento trasero de mi auto y mientras conducía pude notar como ambas estaban dormidas, Malia recostó su cabeza en el hombro de Cassandra, sonreí levemente al ver lo tiernas que se veían. Con Zara eramos afortunadas de tenerlas a nuestro lado.
Cuando estacioné el auto fuera de la casa de Cass, tomé a Malia en mis brazos y la saqué del auto antes de dejarle en la acera.
- Despierta. - Le di un cachetada haciéndola despertar de golpe.
- ¿Qué diablos, Jane?
- No planeaba cargarte a la habitación de Cass.
- ¿Pero a ella si?
- No tengo porque hacerte ese favor, Malia. - Ella bufó antes de levantarse y limpiar su ropa. - Te odio.
- Ya, el sentimiento es mutuo. Deja la puerta abierta. - Ella asintió caminando a la casa de Cassandra, volví al auto y tomé a mi mate en mis brazos. - Casi haces que vomite mi corazón hace un rato. - Murmuré mirando su cara pacífica. - Estúpida.
- Te he escuchado. - Murmuró acomodandose entre mis brazos. - No planeaba asustarte, pensé que era lo mejor.
- Fue valiente, - Ella sonrió manteniendo sus ojos cerrados. - pero bastante estúpido. - Me las arreglé para entrar a la casa sin meter mucho ruido. - No vuelvas a hacer algo así a menos que te hayas vuelto sobrenatural, ¿Okay?
- Okay.
- Te dejaré con Malia, pero mañana por la mañana vendré por ti e iremos a la cafetería a tomar un buen desayuno.
- Que mandona.
- Te fascina.
- Tú me fascinas. - Y ella atrapó mis labios antes de entrar a su habitación.
- Yo también.
- ¿Tú también qué?
- Yo también te quiero. - Su sonrisa era simplemente la respuesta que quería.
Cuando volví a casa vi a Gwen saliendo tranquilamente, cuando bajé del auto ella se acercó a mi.
- Buenas noches, Jane.
- Buenas noches, Gwen. - Le di una sonrisa antes que ella se fuera. - Por cierto, - Ella detuvo su camino. - tenemos que hablar.
- ¿Cómo?
- Zara está débil y creo que tu sabes algo. - Ella me miró de una manera rara.
- Yo no sé nada.
- Tú debes saber como ayudarle, Gwen. - Tomé sus manos entre las mías. - Por favor, ayúdame a ayudarle. Tú pareces saber todo lo que podemos desconocer, por favor Gwen ayúdame a cuidarle y protegerle. Ahora tú también eres una de sus betas, pero ella es mi mejor amiga y no quiero perderla porque su cuerpo se volvió muy débil.
- Yo... Lo intentaré. - Ella murmuró mirándome con algo de pena, pero la verdad es que poco me importaba si ella era capaz de salvarle.
- Y Gwen, no le comentes a Zara que te he pedido ayuda. Ella no merece que le den falsas ilusiones.
- Entendido.
Cuando entré a casa subí a la segunda planta y pude escuchar un leve quejido venir de la habitación de Zara, me acerqué lentamente y abrí la puerta viendo como se retorcía en su cama. Garret me dijo que eso pasaría pues ella no podía curar con normalidad, me acerqué a ella y me acosté a su lado, toqué su estómago en donde se encontraba la herida que le había hecho Malia. Cuando toqué su estómago suspiré antes de empezar a absorber un poco de su dolor.
- Jane, no. - Murmuró.
- Zara, déjame hacer esto por ti. - Nos quedamos en silencio mientras yo trataba de absorber su dolor hasta donde pudiera. - Ahora podrás dormir, debes descansar.
- Detesto esto. - Ella me miró. - Detesto estar tan débil.
- Hey, recuerda que yo una vez fui una Omega y tú siempre estuviste a mi lado protegiendome, animandome y ayudándome. Déjanos estar a tu lado hasta que esto se acabe, ¿Puedes?
- Trataré. - Suspiró. - ¿Puedes quedarte hasta que me duerma? - Asentí levemente.
Cuando escuché su leve ronquido me levanté con cuidado, le puse una manta encima pues su cuerpo estaba algo frío. Cuando bajé a la sala vi a Garret quien tenía sus ojos vidriosos dejándome algo impactada, nunca lo había visto así.
- ¿Garret?
- No sé que hacer, Jane. - Ocultó su cara entre sus manos. - No sé que hacer para ayudar a Zara. He investigado en cada uno de los libros, he usado la ciencia, he preguntado en tribus antiguas, pero no encuentro nada. Sólo tengo una opción.
- Lo sé, pero aún tenemos tiempo. No puedes irte ahora que ella esta vulnerable, eres el único que puede mantenerle con vida.
- Por ahora, si ella sigue así podría morir en cualquier momento. - Ambos intercambiamos miradas, debíamos encontrar una solución para salvar a nuestra Alfa.
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Hija de la luna
RandomZara tiene una nueva oportunidad para ser un Alfa y poder llevar una vida normal junto a su mate, o al menos intentarlo. Los rumores empezaron a circular en el mundo sobrenatural haciendo que nuevos ojos se pusieran en la Alfa tan conocida, trayendo...