Capítulo 3

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No sé si lo habían notado pero en la anterior temporada ponía las letras así para indicarles si narraba Malia o Zara, esta temporada he decidido cambiarlo, bueno en realidad es agregarle algo. Al parecer les gustó la idea de que la mate de Jane sea Cassandra así que he agregado sus puntos de vista y además será una buena forma para que la historia se desarrolle frente a otros puntos de vistas sin que el centro sea nuestra Alfa con su mate. Ahora vamos al capítulo.

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Cassandra

- ¡No puedo creer que lo hicieras en mi trabajo, Margaret! - Cerré mis ojos fuertemente. - ¡¿Sabes lo humillante que ha sido?!

- ¡¿Humillante?! - Cerré mi puerta con cuidado. - ¡Humillante es el hecho de que todo el maldito club sabe que te has tirado a otra! - Suspiré antes de buscar mis malditos audífonos, no quería seguir escuchando su discusión.

- ¿Es qué no me amas lo suficiente para perdonarme?

- Tú no me amaste lo suficiente para no engañarme.

Mis libros se resbalaron por mis dedos con torpeza, debía de tranquilizarme antes de que me diera una crisis de pánico o algo así. Recogí rápidamente mis libros, pero me faltaba el de Cálculos, cuando alce mi mirada lo vi en las manos de Jane, de todas las personas del mundo, ¿Tenía que ser ella?

- Gracias. - Murmuré tomando mi libro rápidamente, que gran primer día.

- ¿Te ayudo con eso?

- Puedo sola, sólo son unos libros. - Empecé a caminar rápidamente, pero ella estaba siguiendome. - ¿Puedes dejarme en paz?

- Yo sólo voy a mi clase. - Murmuró y vi su semblante caer haciéndome sentir mal.

No es que ella no me gustara, al contrario me encantaba, ella era tan tierna y dulce conmigo, incluso cuando con los demás podía ser una perra. Pero no podía estar con ella, no quería amarle y luego salir lastimada, si la vida me había enseñado algo es que el amor no es tan fuerte como todos creen y no quiero que algo así me destruya, ni mucho menos quiero destruirle.

- Hey, Cass. - Para cuando me di cuenta Jane ya no estaba conmigo, miré a Malia acercándose a mi con una sonrisa antes de recibir en un abrazo, la había extrañado.

- Mírate, ¿Cómo puedes cambiar en un mes? - Ella me miró confundida. - Te ves radiante, Malia.

- Me gustaría decir lo mismo de ti, ¿Hay algo que quieras decirme?

- Hoy hay una fiesta y planeaba ir, ¿Tú irás con tu chica? - Ella me miró seriamente. - Si ya lo sabes, ¿Para qué quieres que te lo diga?

- Porque se supone que somos mejores amigas y esperaba que tú me lo dijeras, duh.

- No es nada importante.

- ¿No lo es? - Intercambiamos miradas.

- No.

Dejamos el tema y fuimos a nuestra clase, mentirle no me sentaba bien, pero era mejor así. Ella sacaría su discurso sobre el verdadero amor y empezaría hablar de su relación con Zara, era lo que menos quería en este momento.

- Cassandra. - Me giré a mirar a Josh sin importarme mucho, desde que había terminado con Malia poco me importaba su existencia, siempre fue un idiota incluso cuando lo consideré un amigo. - ¿Cómo has estado?

- Ve al grano.

- Me preguntaba si querías ir conmigo a la fiesta, ya sabes. - ¿En serio?, esto era ridículo.

- No me interesas.

- Sé que soy el ex de tu mejor amiga, pero no creo que a Malia le importe.

- Si crees que ese es el motivo por el cual no me interesas, estás muy equivocado. - Él frunció el ceño y yo seguí buscando en mi casillero mi labial.

- Venga, sólo quiero una oportunidad.

- Ella ha dicho que no esta interesada. - Me tensé al escucharle.

- Este no es tu asunto.

- ¿Eso crees? - Los miré por el rabillo de mi ojo y pude ver el miedo de Josh, él sabía que lo mejor era marcharse y eso hizo. - Yo... me iré.

- Jane.- Me voltee a mirarle, pero ella ya no estaba ahí. Suspiré fuertemente antes de tirar el labial dentro del casillero.

Estaba arruinandolo pero el miedo me tenía dominada. Yo no era tan fuerte como Malia para asumir las cosas tan fácilmente, entiendo eso de lo sobrenatural, pero eso no me quitaba el miedo a que ella simplemente se quedara con alguien mejor, más fuerte, inteligente, linda, lo que sea. Ella era sin duda una chica linda y era evidente que ella recibía la misma atención que Zara. Además, ella tenía un mate.

- ¿Y tú ya has encontrado a tu mate? - Le pregunté mientras encendía la fogata, ella se levantó y puso una toalla sobre mi. Aquel día habíamos decidido ir a la playa con los demás para celebrar la paz y fui cordialmente invitada.

- Todos lo tenemos. - Dijo con una sonrisa.

- Me refiero a que si sabes quién puede ser. - Ella me miró por un momento.

- Sí.

- ¿Y por qué no está aquí junto a ti? - Fruncí el ceño confundida.

- Es algo más complicado de lo que crees. - Ella se sentó a mi lado cuando el fuego había tomado vida. - El asunto de los mate puede ser algo complejo en algunos casos.

- ¿Y este es uno de estos? - Ella asintió. - Lo siento.

- No debes disculparte, además estoy bien contigo a mi lado. - Ella besó mi mejilla haciéndome sonrojar. - Eres muy linda con tus mejillas sonrojadas.

- Basta. - Le empuje mientras reía. - Deja de molestarme, Jane.

- Es irresistible, como tú.

Cuando entré a mi casa fui directo a mi habitación, sabía que mamá estaría en su turno en el hospital así que le dejé una nota donde la pudiera ver para avisarle que iría a la fiesta de bienvenida que se realizaba cada año en el bosque. Luego de prepararme fui directamente al bosque siguiendo las luces, sabía que Zara llevaría a Malia así que no me preocupaba. Adolescentes bailaban y bebían lo que sea que encontraban, busqué a mi amiga y cuando la encontré no pude evitar ver a Jane a lo lejos con sus jeans ajustados, un top que dejaba ver su abdomen y su cazadora. Ella era tan ardiente con ese estilo de chica mala.

Definitivamente sería una larga noche.

Hija de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora