Malia
- Malz, ¿Estás segura que esto funcionará? - Yo asentí siguiendo las instrucciones de la hoja que tenía con las instrucciones para invocar a la diosa luna. - ¿Y ahora qué?
- Pues debemos hacer un círculo en el suelo, apresurate antes de que Garret llegue. - Ella asintió y me ayudó a formar el círculo con los polvos que había conseguido crear.
- ¿Qué tan segura estás de esto?
- Un setenta por ciento. - Me encogí de hombros. - Decía que era para invocar espíritus, supongo que también sirve para la luna. Ahora cállate.
- Que mandona. - Yo sonreí levemente.
- Somacovin a al asoid anul. - Zara me miraba confundida. - El libro decía que debía hablar al revés. -Le expliqué.
- Tu sigue.
- Diosa Luna, por favor manifiestate. - Miré a Zara esperando por algo, pero nada. - Creo que no ha funcionado.
- Creo que tendré que limpiar la alfombra. - Entonces el timbre sonó, ambas bajamos rápidamente y al abrirlo vimos a una chica con su pelo platinado y ojos grises mirándonos con una sonrisa. - Ha funcionado. - Murmuró.
- Hola. - La chica nos saludó animada.
- Oh mi Dios. - Dije emocionada si había funcionado. - Por favor adelante, ¿Quieres agua o algo?
- Un refresco estaría bien. - Miré a Zara y ella rápidamente fue a la cocina volviendo con un vaso de Coca Cola. - Gracias.
- Por nada, Luna. - Zara parecía admirada.
- ¿Cómo? - La chica parecía confundida. - Bueno no importa, te buscaba Zara.
- ¿En serio? - La chica asintió. - Me siento honrada de esto.
- Tienes que venir conmigo. - El timbre de la casa sonó una vez más y yo fui a abrir, era mi hermana.
- Oye, es tarde y pasaba por aquí así que pensé que podrías llevarme a casa y decirle a nuestros padres que estabamos juntas. - Ella pasó sin siquiera invitarle a pasar.
- Creo que no estás entendiendo nada. - La chica miraba de una manera extraña a Zara. - Yo no soy... - Ella no terminó de hablar al ver a mi hermana, ella estaba retocando su maquillaje en uno de los espejos que Zara tenía en el salón. Mi hermana se giró y la chica se acercó a ella tomando su cara entre sus manos para besarle. Okay, eso si que no me lo esperaba, miré a Zara que se veía igual de confundida que yo. Mi hermana parecía sorprendida, pero aún así le siguió el beso.
Algo me decía que papá estaría feliz de que ninguna de sus hijas se vaya con un chico estúpido.
- Mate... - La escuché murmurar. - Mi mate.
- ¿Qué? - Taylor parecía algo aturdida.
- Espera, tú no eres la diosa luna. - Zara se levantó rápidamente.
- Eso trataba de decirte. - La chica ni siquiera se alejó de mi hermana. - Soy Gwen.
- Soy Taylor. - Mi hermana sonrió levemente. - Me gusta tu cabello.
- Me gustas tú.
- Oye, ¿Por qué tú no reaccionaste así? - Miré a Zara con el ceño fruncido, creo que no me hubiera molestado que hubiese reaccionado así, incluso nos hubiera ahorrado bastante cosas.
- ¿Querías que reaccionara así? - Me encogí de hombros.
- No me hubiera molestado.
- Eso no es lo importante ahora. ¿Qué haces aquí y por qué me buscabas? - Ella la separó de mi hermana metiéndose entre ambas.
- Oh, yo... quería unirme a tu manada.
- ¿Manada? - Taylor aún no sabía nada. - ¿De qué están hablando?
- Taylor, es hora de irnos. - Tomé su mano intentando llevarmela, escuché un gran gruñido de parte de Gwen.
- Eh, relájate y no te atrevas a gruñirle otra vez. - Zara le miró seriamente. - Son hermanas.
- Lo siento. - Murmuró.
- Nos vamos. - Taylor asintió.
- Llámame. - Le gritó a la chica antes de que le llevara afuera y le metiera a mi coche. Miré la casa una vez más con algo de preocupación. Decidí mandarle un mensaje a los gemelos para que se mantuvieran atentos.
- ¿Desde cuándo besas a chicas desconocidas?
- Nunca lo había hecho, pero no me quejo. ¿Quién es ella?
- No lo sé, pero lo descubriré.
- Hablando de descubrir, ustedes me están ocultando algo. - Yo negué levemente, mientras menos supiera será mejor.
- Mejor hablemos del hecho que has besado a una desconocida y le has dicho que te llamara. - Ella se encogió de hombros.
- Un poco de diversión no le hace mal a nadie.
- Ella no es la clase de chica con la cual puedas solo pasar el rato. - Mi mirada estaba pendiente de la carretera, pero aún así podía sentir su mirada sobre mi.
- Hablando de pasar el rato, ¿Tú y Zara se acostaron de nuevo?
- Nunca debí comentartelo. - Murmuré escuchando su risa. - No pienso volver a hablar de mi vida sexual contigo.
- Venga, ya me has metido en esto. - Yo le miré por el rabillo del ojo. Ella tenía razón involuntariamente ella estaba dentro de este asunto de lo sobrenatural, pero me encargaría de dejarle al margen, al menos dentro de lo que pueda pues es Taylor y a Taylor le gustaba estar dentro de todo.
- No, no nos hemos acostado de nuevo, estabamos ocupadas.
- ¿Haciendo qué?
- Cocinando una nueva receta, pero no salió como lo esperabamos. ¿Qué hacías a estas horas fuera de casa?, mañana empiezas la universidad deberías descansar.
- Y tú mañana empiezas tu último año.
- Okay, buen punto. - Sonreí levemente.
Cuando llegamos a casa mamá ya tenía lista la cena así que cenamos, sin papá pues debía cumplir con su deber. Subí a mi habitación y me cambié de ropa, cuando miré por la ventana vi la luna, pronto sería luna llena y aún tenía miedo de lo que podía pasar, la última vez las cosas no fueron nada bien.
- ¡Malia! - Intentaba detenerme, pero el animal me tenía bajo su control. - ¡Malia le matarás! - Tenía miedo, Jade tenía razón si no me controlaba iba a matar a Zara quién sólo trataba de defenderse, incluso en este estado ella no quería dañarme.
- Malia, tú eres más fuerte que esto, confío en ti. - Le escuché murmurar y pude sacar las fuerzas para controlar al espíritu animal que existía en mi interior. - Bien... - Murmuró y Jade me separó rápidamente mientras Joe tomaba a Zara entre sus brazos para llevársela.
Miré mis manos que empezaban a temblar, debía calmarme. Me tiré sobre mi cama y me escondí bajo mis cobijas, debía aprender a controlarme para evitar hacerle daño a cualquiera. Un dulce aroma invadió el lugar y un cálido cuerpo se acostó a mi lado, su brazo pasó por mi cintura y me sentí a salvo.
- ¿Qué ha pasado con la chica?
- Se ha ido a su hotel, mañana por la tarde hablaríamos con calma y con el resto. - Murmuró besando mi mejilla. - Gracias por intentarlo.
- Debí suponer que no funcionaría, Garret lo hubiese hecho.
- El intento es lo que cuenta, además yo ya tengo a mi luna y está entre mis brazos. - Sonreí inmediatamente. - ¿En serio querías que actuara así?
- ¿Tú querías hacerlo?
- Quizás, pero me contuve, tú te hubieras alejado.
- Quizás tengas razón, me costó mucho admitir mis sentimientos.
- Eso ya lo sé. - Ella ordenó mi cabello antes de dejar un tierno beso en mi cuello. - Buenas noches, mi luna.- Buenas noches, mi amor.
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Hija de la luna
De TodoZara tiene una nueva oportunidad para ser un Alfa y poder llevar una vida normal junto a su mate, o al menos intentarlo. Los rumores empezaron a circular en el mundo sobrenatural haciendo que nuevos ojos se pusieran en la Alfa tan conocida, trayendo...