Capítulo 7

5.7K 547 16
                                    

Cassandra

Tragué fuertemente al ver a Jane con su ropa deportiva que dejaba mucho a la imaginación, demonios ella me lo hace tan difícil. Desvíe la mirada de su cuerpo hacia mi mejor amiga que me hablaba de lo preocupada que estaba por Zara, yo también lo estaba, pero el maldito cuerpo de Jane me mantenía distraída.

- ¿Le estás mirando el culo? - Miré a Malia sonrojandome, ella me había atrapado. - A veces eres tan descarada.

- Cambiemos de tema, ¿Qué pasa con tu hermana?

- Pensé que utilizaría a esa chica, pero he notado como ha mantenido su distacia, es raro.

- ¿Eso no es lo que querias?

- Exactamente. - Ella chasqueo su lengua. - Es Taylor, ¿Cuándo ha hecho algo que quiero?

- Quizás no le gusta.

- No lo creo, creo que ella está ocultandome algo.

- Pídele a alguien que le vigile, eres la novia de la jefa de esos chicos.

- Yo no tengo ese poder.

- Consideralo un favor, ellos técnicamente igual te obedecen y te protegen, ¿No?

- Porque soy parte de su manada.

- Y porque eres la luna de su alfa. - Le molesté y ella sólo rodó sus ojos. - Mirale, ella es como...

- ¿Perfecta? - Yo asentí viendo como jugaba basquetball mientras esperabamos a que el resto de la clase se cambiase. - Si, eso solía pensar de Zara, aún lo pienso.

- Basta.

- Tú eres quien ha empezado. - Ella se encogió de hombros, la pelota chocó en mi pie y alcé la mirada para verle, mi pecho se sintió raro al ver su mirada de cachorrita viéndome. Tomé la pelota antes de acercarme.

- Gracias... - Murmuró.

- Jane. - Ella tomó la pelota y jugó con ella un poco. - ¿Cómo has estado?

- Bien. - Ella la tiro al aro haciéndola entrar. - Quiero hablar contigo.

- Lo estamos haciendo.

- Hablo en serio.

- Encesta la pelota y lo haremos. - No sabía si ella era capaz de algo así por su estatura, pero esperaba que ella lo hiciera.

- Okay. - Cuando ella corrió al aro pensé que no lo haría porque su salto no era lo suficientemente alto, pero ella trepó en la red antes de encestar la pelota y dejarse caer. - ¿Hablamos? - El silbato sonó indicando que debíamos ir con la entrenadora, odiaba gimnasia.

- Nos vemos después.

Y aquel después pensé que no llegaría pues ambas parecíamos estar ocupadas en diferentes cosas, había salido a tomar aire al patio de mi casa cuando escuché un ruido, me giré y vi como Jane saltaba mi cerca.

- ¿Qué haces aquí? - Ella se acercó con un paso decidido mientras arreglaba su chaqueta.

- Dijiste que hablaríamos.

- Mis padres...

- Tus padres están divorciados y ambos están en sus trabajos. - Suspiré. - Cass, en serioes importante para mi que hablemos.

- Lo sé. - Suspiré. - Okay. - Me senté al borde de mi piscina y ella se sentó a mi lado.

- Empezaré yo. - Miré sus ojos y vi esa mirada fuerte e intimidante que podía tener a veces. - ¿Por qué me temes?, yo nunca te haría daño, me lastimaría a mi antes de siquiera hacerte algo.

- No te temo de esa forma... - Murmuré bajando la mirada. - Le temo a lo que estoy sintiendo por ti, - Vi como sus ojos se iluminaron. - tengo miedo de tenerte porque eso significaría perderte en algún momento, todo esto es complicado para mi no por el hecho de que tu seas una mujer lobo, es complicado porque tu tienes una mate que podría aparecer en cualquier momento.

- Ya ha aparecido.

- Ves, vas en contra de tu naturaleza.

- No, ella en serio me gusta.

- ¿Entonces por qué estás aquí y no con ella?

- Porque estoy aquí, con ella. - Ella tomó mi cara entre sus manos. - Tú eres mi mate, Cass. - Golpee su brazo. - Auch.

- ¿Por qué no me lo dijiste?

- No quería presionarte.

- ¿Sabes cuánto me he torturado con ese tema?, por dios Jane quería... - No pude terminar pues ella había atrapado mis labios entre los suyos, cuando ella se separó vi como sus ojos brillaban  de un intenso amarillo. - Tus ojos...

- Es porque mi corazón late demasiado rápido y mi adrenalina a subido. - Murmuró. - Supongo que son los efectos de besarte. - Sonreí levemente.

- Gracias.

- ¿Por qué?

- Por venir a este estúpido pueblo. - Ella rió levemente. - ¿Podemos tomarnos esto con calma?

- Claro que sí, Cass. - Ella acarició mis mejillas. - Podemos tomarnos toda con calma, tenemos toda una vida para eso.

- Creo que te quiero. - Su sonrisa era lo más hermoso que había visto.

Pero aquél momento no pudo durar demasiado, escuchamos un fuerte aullido y por instinto llevé mis ojos hacía el cielo oscuro, era la noche de luna llena.

Malia.

Miré a Jane quien se había levantado de golpe, ella me dio una mirada de disculpa y antes de siquiera poder detenerle para que me llevase, ella ya había saltado mi cerca y su ropa rota estaba esparcida en mi jardín. Entré rápidamente a mi casa y busqué las llaves de mi auto, sabía que ellos tratarán de mantener a Malia lejos del pueblo y para ello debían llevarle al bosque. Cuando apagué el motor mis manos temblaban, sabía que Malia aún no se controlaba al cien por ciento, pero también sabía que podía intentar que ella recobrara la consciencia. Tomé una larga respiración antes de entrar al bosque con una simple linterna.

Estuve caminando sin rumbo alguno por un rato hasta que escuché un pequeño ruido, mientras más me acercaba podía sentir una extraña vibra.

- Malia, por favor recuerdate a ti misma que eres más fuerte que esto. - Me detuve al ver a Zara frente a un gran lobo, otros estaban alrededor mirándoles fijamente. - Malia. - Sólo recibió un gruñido. - Amor, por favor. - Vi sus intenciones y me acerqué rápidamente desviando su atención a mi. - ¿Cassandra que haces aquí?

- Oye, estúpida. - Me crucé de brazos y traté de verme lo más segura posible aunque mis manos seguían temblando. - ¿En serio eres tan débil como para dejarte dominar? - Malia se puso frente a mi y a mi casi me da infarto. - Venga, que eres mucho mejor que esto. Has pasado por cosas peores y las has superado, tienes el corazón y el espíritu de una guerrera. - Cuando ella gruñó cerré mis ojos esperando lo peor, pero en realidad unos brazos se envolvieron en mi cuerpo.

- Gracias, Cass.

- Si, ahora devuelveme el favor poniéndote algo de ropa, es raro.

Hija de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora