- Dame eso. - Jane trataba de quitarle su teléfono a Cassandra.
- ¿Qué tiene que tome tu celular? - Cassandra puso su mano sobre la cara de Jane para mantenerle lejos.
- No me gusta que tomen mis cosas, menos mi celular. Tengo derecho a tener privacidad.
- Lo tienes, ¿Pero desde cuándo no te gusta que tome tu celular?
- Sólo dámelo.
- Sólo quiero ver que te hizo sonrojar así. - Cassandra puso su huella digital en el celular para desbloquearlo y apenas vio la imagen lo dejó caer al suelo impactada.
- No es lo que parece, Cass. - Jane tomó el celular agradeciendo que no le pasara nada. - Es solo una compañera de trabajo, es mi amiga.
- ¿Y por qué te has sonrojado? - Jane bajó la mirada. - Ni siquiera era un desnudo o algo así, era solo una selfie de ustedes dos, aunque ella besaba tu mejilla.
- Es... Lo que pasa es que.... - Jane volvió a sonrojarse. - Lo que pasa es que nunca había tenido una amiga que fuera humana. - Cassandra le miró sorprendida. - No soy muy buena tratando a los humanos y ella es con quien mejor me llevo en la oficina, además ella es casada.
- Eres tan linda. - Cassandra apretó sus mejillas. - Podrías invitarle a cenar un día.
- ¿Y quién cocinará?
- Yo, claramente. - Jane hizo una mueca.
- ¿Por qué quieres espantar a mi única amiga humana? - Cassandra golpeó su hombro. - Auch, sólo decía la verdad. No eres la mejor cocinera, cariño.
- Puedo aprender por Youtube. Como esa vez que preparé el pavo de acción de gracias. - Cassandra se cruzó de brazos.
- Cariño, la mayoría comimos porque somos capaces de comer carne cruda y biológicamente no podemos enfermarnos. - Cassandra hizo un puchero. - Pero podríamos intentarlo juntas. - La castaña sonrió. - O mejor dejamelo todo a mí.
- Que molesta eres. - Cassandra rodó sus ojos.
- Sabes que te amo, incluso cuando no sabes cocinar.
- Supongo que gracias. - Jane besó su mejilla.
La vida de Jane y Cassandra se había mantenido en paz, la mayoría pensaba que ambas sólo eran mejores amigas por la relación que llevaban, muchas veces en cenas de los trabajos de cada una debieron explicar más de una vez que ellas en serio eran una pareja y que en serio llevaban juntas desde que iban en la secundaria. Muchos lo veían como algo raro, pero ellas no decían nada al respecto.
El sistema de los mate se comparaba al amor verdadero de los humanos, aunque estos muchas veces eran distintos por la especie de seres sobrenaturales, ellos sabían que estaban destinados a una sola persona y la unión era tan fuerte que parecía algo imposible estar muy lejos del otro, sobretodo perderle de alguna forma significaba una tortura si no era la muerte. Para ellos tener un acompañante de vida era sumamente importante.
- ¿Qué haces? - Preguntó Jane al ver como Cassandra tocaba su vientre.
- Sólo pensaba. - Murmuró.
- ¿Puedo saber en qué? - Ambas se acostaron en su gran cama y Jane apoyó su cabeza en el abdomen de la castaña.
- En lo de Malia, en todo eso en realidad. - Jane le miró. - Recuerdo que cuando eramos niñas siempre nos vimos en un futuro viviendo a un lado de la otra con nuestras respectivas familias, incluso pensábamos que nuestros hijos podrían ser los mejores amigos, como lo eramos nosotras.
- ¿Quieres tener un bebé? - La rubia fue directa al entender lo que su pareja estaba diciéndole.
- Pues la verdad es que lo he pensado desde hace mucho y sí, si quiero tener un bebé. - Cassandra fue sincera. - No te lo había dicho antes porque sabía como son ustedes con esa idea de que sus hijos no sean biológicamente suyos.
- A mi eso no me importaba, Cass. - Jane desvío la mirada mientras que con su dedo dibujaba patrones invisibles en el abdomen de Cassandra. - Debiste decírmelo, podíamos hablarlo simplemente.
- No quería ponerte en esa situación. Sé como eres con el tema de hacerme completamente feliz, eres capaz de dejar tu felicidad de lado para hacerlo y eso no es lo que quiero. - Jane suspiró.
- Okay. - Cassandra le miró esperando algo más. Se quedaron en un largo silencio hasta que Jane habló. - Tengamos un bebé también, debemos aprovechar que somos jóvenes.
- ¿Lo haces por mí? - La rubia le miró a los ojos.
- Lo hago por ambas. Tener un bebé no es algo que aceptes porque si. Es una decisión seria que... - Ella no pudo terminar de hablar cuando Cassandra tomó su rostro para besarla.
Habían pasado los días y guardando el secreto Cassandra fue quien se sometió al tratamiento de inseminación artificial. Todos podían observar como poco a poco el vientre de Malia iba creciendo, pues el tiempo de duración de gestación de los licántropos era de tan sólo 68 días como máximo, como si de perros se tratarán. Luego del embarazo los niños crecían con normalidad, pero al llegar a la mayoría de edad se tardaban bastante en envejecer.
- Ese niño será gigante. - Gwen tocó el vientre de Malia con una sonrisa. - Solo esperemos que se parezca a ti, Malia.
- Hey. - Zara gruñó. - Yo soy bastante popular por mi belleza. - Malia le dio una mirada. - Pero sólo tengo ojos para Malz.
- Eres una gobernada. - Jane le molestó mientras le daba un vaso de agua a su mate.
- Tú también lo eres. - Zara se defendió.
- No, sólo me preocupo por mi mujer. - Cassandra besó su mejilla.
- Te detesto.
- Y yo a ti. - Ambas se sacaron la lengua.
- Yo no entiendo como son amigas. - Cassandra negó con su cabeza.
- De la misma forma que yo sigo aguantando tener a Malia cerca de mí. - Taylor rió haciendo que su hermana solo bufara.
- Tenemos algo que decirles. - Jane miró a su mate. - Jane ha hecho una amiga.
- Aww, si eres tan mona. - Zara tiró de sus mejillas haciendo que la rubia se quejara.
- Ah, y estoy esperando un bebé. - Todos se quedaron en silencio mirando a Cassandra. Todos escucharon un sollozo antes de ver como Malia abrazaba a su mejor amiga.
- Estoy tan feliz por ti. - Le dijo Malia. - En serio.
- Ya, ya lo sé. Que emocional te has puesto. - Ambas rieron disfrutando de su abrazo. - Gracias, Malia.
- ¿Por qué?
- Sin ti no hubiera podido con todo lo que pasó hace siete años.
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Hija de la luna
RandomZara tiene una nueva oportunidad para ser un Alfa y poder llevar una vida normal junto a su mate, o al menos intentarlo. Los rumores empezaron a circular en el mundo sobrenatural haciendo que nuevos ojos se pusieran en la Alfa tan conocida, trayendo...