Capítulo 28

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Jane

Noté como Cassandra salía del estudio de Garret, me preguntaba que hacía ella ahí. A Garret le gustaba su privacidad y era por eso que había hechizado su estudio para que nadie pudiera molestarlo, ni escuchar sus conversaciones a menos que estuvieras adentro, la verdad es que lo entendía, no debía ser vivir con tanta gente, sobretodo con seres con súper oído y por lo general somos una raza bastante curiosa.

- ¿Qué hacías con Garret? - Ella se volteó con una vaso de agua en sus manos.

- Nada muy importante, sólo le preguntaba algunas cosas. ¿No crees que se están tardando mucho? - Ambas miramos en dirección al bosque.

- Si, pero hablamos de un Alfa de Alfas, supongo que debe ser alguien muy fuerte como para que todos le obedecieran y nadie intentara asesinarlo para obtener más poder.

- Eso no me deja más tranquila. - La miré rápidamente.

- Por favor, no lo malinterpretes. Solo estaba pensando un poco en la situación. Bueno, de todas formas tienen a Frederic, él también es muy fuerte y Gwen se ha quedado también para asegurarse de que no asesinen a Zara.

- Ya. - Ella se cruzó de brazos, cuando toqué su brazo sus ojos cambiaron a un color blanco asustandome, pero en segundos eso cambió.

- ¿Qué te ha pasado?, ¿Estas bien? - La miré preocupada.

- No es nada. - Ella respiraba algo agitada.

- Eso no fue "nada", Cassandra. Sé que me estas mintiendo por tus latidos, dime la verdad, por favor.

- ¿Por qué debería decírtelo cuando tú no eres sincera conmigo?

- ¿De qué hablas?

- Hablo de lo que ha pasado con tu familia biológica, - La miré asombrada. - hablo de lo que pasó allá mientras estaba inconsciente, y hablo de su idea de mudarse de aquí.

- ¿Cómo sabes todo eso? - Eran cosas que ella no podía saber así como así.

- Porque algo pasó cuando estaba allá y ahora puedo ver tanto como el pasado como el futuro. - Ella parecía molesta. - Ahora poco me importa explicártelo, quiero que me lleves allá.

- Eso sería peligroso, tanto para ti como para Zara. Eres un blanco fácil.

- No te he pedido tus consejos, quiero que me lleves allá. - Suspire.

- No puedo.

- Entonces me las arreglaré para ir por mi propia cuenta. - Ella me dio la espalda, pero rápidamente la detuve.

- Esta bien, sólo no hagas nada estúpido. - Ella sonrió levemente. - Iré por un cambio de ropa.

- Okay. - Subí rápidamente a mi habitación por algo de ropa y cuando llegué a su lado ella parecía pensativa. - Cuando todo esto termine tendremos que hablar.

- Si, lo sé. - Le entregué mi mochila antes de convertirme.

- Hasta al infinito y más allá. - Yo sólo negué con la cabeza antes de irme en dirección a lo que fue el campamento de Castiel.

Mientras corría no podía dejar de pensar en lo que había visto Cass, no por el hecho de que pensábamos en irnos, eso sería algo que hablaría con ella después. Me preocupaba que haya visto lo que había pasado con mi familia biológica y lo que tuve que vivir cuando me fui de mi manada original. No me gustaba recordar mi pasado, menos hablar de este, era algo que simplemente he estado deseando olvidar desde hace años.

- Jane. - Me detuve antes de chocar contra un árbol, debía concentrarme. - Hey, tranquila. - Ella me dio suaves caricias, suspire antes de retomar mi camino.

Nos detuvimos unos metros antes para poder transformarme y ponerme ropa, tomé su mano y la guíe por el lugar para llegar en donde peleaban. Al llegar ahí me quedé estática al ver como Castiel sangraba al igual que Zara, los demás solo observaban.

- ¿Qué esta pasando? - Nos acercamos a Malia.

- Estamos procurando que no la asesine. - Malia suspiró. - Ella no nos ha dejado pelear. ¿Qué hacen aquí?

- Pues Cassandra quería venir.

- ¿Y le has hecho caso? - Yo sólo me encogí de hombros.

- Quiero intentar algo. - Ella miraba fijamente a Castiel. - Él tratará golpearle, pero Zara le fracturara la muñeca. - Y eso pasó. Ella hablaba en serio.

- ¿Y eso?

- Resulta que es vidente. - Le respondí a Malia pues ella seguía mirando a Castiel.

- Zara no esta consciente, esta usando sus últimas fuerzas para evitar que les haga algo. - Yo miré a mi amiga quien tenía su vista apagada, ella estaba luchando inconsciente. - ¡Gwen cuidado! - Cassandra gritó llamando la atención de la joven de pelo platinado. Pero era tarde, Castiel le atacó, fue como el interruptor para que Zara lo atacara dejándole inconsciente.

- ¡Llevenlo a la prisión! - Fue lo último que Zara pudo decir antes de caer al piso inconsciente. Malia corrió hacia ella para tomarle en sus brazos.

- Frederic, marchate. - Le dije mientras tomaba el cuerpo de Gwen.

- No puedo dejar así a Gwen.

- Tendrás que hacerlo si no quieres que el consejo te lleve. - Él suspiró antes de tomar a Cassandra en su hombro.

- Me da igual, no me perdonaría si le ocurriese algo a Gwen. Yo llevó a tu novia.

No preste atención a mi instinto posesivo y nos dirigimos de vuelta a casa y no perdí ningún segundo para llevar a Zara y Gwen al sótano para que Garret le tratase. Frederic se había encargado de entregarle a Castiel al padre de Kiara. Me sorprendí al verlo bajar para estar al lado de Gwen, pensé que el padre de Kiara se lo llevaría.

- ¿Por qué no estas en prisión?

- Le pedí un favor, sólo quiero asegurarme de que ella este bien. - Él tomó su mano quitándole el dolor a Gwen.

- Ella te importa mucho.

- Claro que sí. - Él me miró seriamente.

- ¿Gwen? - Taylor bajó rápidamente y se dirigió a la cama de Gwen. - ¿Qué le pasó?

- ¿Quién eres tú? - Frederic le miró confundida.

- ¿Quién eres tú?, ¿Y por qué le tomas la mano a mi novia? - Alcé una ceja, me encantaba el drama.

- Lamento interrumpir su escena, pero debo curarle. - Garret se sentó a su lado y rompió su polera para dejar a la vista la gran herida que tenía en su abdomen. - Vaya. - Garret suspiró antes de empezar a limpiar la sangre.

- Taylor. - Gwen murmuró. - Siempre te amaré. - Evité reír ante lo dramática que era.

- No me dejes, Gwen. Por favor, no ahora que he entendido todo. - No puedo creer que Taylor se crea todo.

- Adiós. - Gwen cerró sus ojos.

- Gwen, por favor no. - Taylor ya había empezado a llorar cuando Gwen rió a pesar del dolor.

- Hey, Tay sólo era una broma. - Taylor le dio un golpe. - Auch, estoy herida.

- Debiste pensarlo antes de hacer algo así. - Noté como Garret sólo sonreía mientras empezaba a tratar a Gwen. Fui a ver a Zara que seguía inconsciente.

- Con tu permiso. - Malia asintió y rompí su polera para ver sus heridas, me senté a su lado para limpiar la sangre que ensuciaba su piel. - Cada día me sorprende más esta mujer.

- Dímelo a mí. - La miré de reojo.

- ¿Sabes?, creo que cuando ella despierte deberíamos hablar de algo.

- ¿No podemos hacerlo ahora?

- No, porque es ella quien debe tomar la decisión.

Hija de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora