La señal del vampiro (Igereth #2)

El juego de geiks

(Por: Emmeline)

—No otra vez —se quejó James.

—Eres un mal perdedor —se burló Kyle.

—No es posible —siguió repitiendo James.

—Anda James, es solo un secreto.

James se cruzó de brazos como un niño pequeño y entrecerró los ojos en mi dirección. Le había ganado todas las veces que jugó contra mí. Hasta ahora, era la única que no había dicho un secreto.

Le di vueltas un segundo.

—Algo sobre tu familia —dije tomando los dados.

La mano de James inmediatamente se cerró sobre la mía.

—No —me pidió—. Por favor.

Irina empezó a refunfuñar algo pero no podía despegarme de la intensidad de la mirada de súplica de James. ¿Qué estaba pasando?

—Bien, entonces, elige tú. Quiero uno bueno.

Me sonrió de vuelta, recuperando su actitud confiada.

—Soy un experto en arte decorativo, puedo diseñar por completo fiestas enteras, combinando colores y todo lo demás. Puedo probarlo cuando quieras.

—Me debes una fiesta decorada, entonces.

—Cuando salgamos de aquí, estaré encantando de hacer una demostración.

Fue el turno de Kyle. Analicé su situación rápidamente y me di cuenta que podía obtener tres puntos si pedía una carta y lograba obtener una buena suma en los dados. Incluso si conseguía un dos, ganaría un punto contra Irina, quien solo podría ganar un punto para empatar si tenía mucha suerte. Pero ya empezaba a darme cuenta que a Kyle se le daban fatal los geiks rúnicos. Decidió mover una ficha y lanzar los dados para ganar una jugada más. No le fue bien y perdió tres puntos. ¿Alguien siquiera le había enseñado a jugar?

Irina, quien definía la ronda, pidió una carta y bajó un full de cuatros y sietes. Se me escapó una sonrisa, al comprender su jugada. Movió dos fichas y me hizo perder un punto que recuperé al lanzar los dados en mi turno. No moví cartas porque no podía batir el full de Nina pero al colocar una ficha más, logré atrapar dos de las fichas de James.

James no perdió el tiempo y tomó los dados. Le tocó un tres y gruñó. Luego, repasó sus cartas y torció la boca un segundo, como si pensara arriesgarse. No me tragué su actuación.

—Pido carta de reto —dijo mirando a Irina.

Si pedía una carta de reto era probable que tuviera un póquer armado y librarse de una carta le diera igual. Sin embargo, Irina no parecía darse cuenta. Tomó cuatro cartas de lo alto de la baraja y se las ofreció. James tomó la segunda casi sin pensarlo. Tal como imaginaba, bajó un poquer. Movió tres fichas en línea recta y le quitó a Irina ocho puntos.

Irina estaba tomando aliento cuando él se apoderó de los dados.

—Me pido la pregunta —dijo antes de lanzar.

Un diez.

Kyle sacó un seis.

Miré a Irina antes de lanzarlos.

Un dos.

—¿Por qué nunca pasan estas cosas cuando juegas? —bromeó James.

Me encogí de hombros y él se volvió hacia Nina.

—Quiero que respondas esto: ¿Por qué no me das una oportunidad?

Ella se vio sorprendida por un instante pero se recuperó con rapidez.

—Solo soy un juguete brillante. Algo que te llama la atención. En algún momento, te vas a cansar de mí si decido hacerte caso. Te evito hasta que te des cuenta que es mejor que me dejes en paz. Además, eres insoportable.

James la miró con los ojos abiertos durante todo un minuto hasta que ella cruzó una mirada conmigo como preguntándome si creía que estaba bien.

—Algún día Irina Britt —dijo James de repente— vas a darte cuenta de que no bromeo cuando se trata de ti. Tú no eres un reto. Los retos terminan cuando consigues lo que quieres y luego se pierden. Yo no quiero perderte.

Irina se quedó mirándolo como si acabara de hablar un idioma que no conociera.

—No es cierto.

James no la contradijo, solo me miró y dijo:

—Anda, repite el dos de hace un minuto.

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Hola a todos!

Espero que les haya gustado este capítulo :)

El siguiente se llama "El secreto de James"....pero van a tener que esperar hasta el Jueves para averiguarlo.

¡Besos y calma!

Valeria