Control

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(Por: Emmeline)

Irina y James rompieron contacto visual para enfrentarse a Víctor, Christopher y Mauricio Hendrix.

Los tres nos miraban con sonrisas desagradables, aunque era difícil decirlo con Mauricio, que tenía pinta de tonto.

—Deja en paz a Karelle —repitió Víctor—. No es recomendable que te metas con nosotros, vampiro.

—Lo mismo te digo...humano —se burló Nina.

Víctor caminó hacia nosotros y sus secuaces se movieron con él.

—Sigues buscando problemas, chica —dijo sin rastro de miedo—. Acabas de llegar, deberías ser más cautelosa. No sabes cómo funciona este lugar, los secretos que esconde, las reglas que podemos usar a nuestro favor.

Irina se le enfrentó.

—No necesito buscar problemas porque al parecer tú los encuentras para mí. Acabo de llegar pero yo también tengo habilidades, genio. He memorizado el reglamento completo, escucho conversaciones y sé más secretos de los que crees.

Luego se acercó a él y dijo algo en voz tan baja que sólo Víctor pudo escucharla. Inmediatamente retrocedió.

Sin embargo, se dio cuenta al instante que había sido un mal movimiento y volvió a su lugar.

—No me interesa —respondió—. Mis amigos lo saben.

Detrás de él, Christopher y Mauricio lo estaban delatando con una cara de confusión idéntica.

—Dije que dejaras en paz a Karelle, ¿lo harás?

—Tus amigos lo saben —dijo Nina en tono burlón—. ¿Qué tal Karelle Lamont?

—Sobre ella te hablo, déjala en paz, ¿me harás caso?

—Te voy a advertir —Nina recalcó la última palabra—. Primero te advierto y si insistes en ser fastidioso, te mato.

—No te conviene, vampiro.

—No me digas —ironizó Nina—. No voy a evitarlo, te estás consiguiendo un viaje a tu tumba con todos los gastos pagados.

James dio un paso adelante y cuando volví a verlo, me estaba mirando.

"¿Crees que estará bien?" preguntó con la mirada.

Le rodé los ojos. Era Irina, por supuesto que iba a estar bien.
—¿Me estás amenazando? —La enfrentó Víctor.

—Me gusta tu cara de susto.

—Hablas mucho y actúas poco.

—Estás deseando que te muerda, ¿verdad?

—Bueno, hazlo y no te sorprendas cuando te clave una estaca en la próxima clase de Ataque y Defensa.

Irina gruñó y logró estamparlo contra la pared. Víctor intentó resistirse sin éxito. Sus amigos corrieron pero Kyle y James ya estaban allí para detenerlos. Yo fui la única que no se movió.

Había visto esta escena cientos de veces, con Irina intimidando a la gente cuando se molestaba. Sin embargo, esta vez había algo diferente. Sus manos temblaban, sus colmillos se alargaron diez veces más rápido de lo normal y sus ojos eran tan negros como la noche.

—No te sorprendas si te mato antes de eso.

La señal del vampiro (Igereth #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora