(Por: Emmeline)
Algo curioso sobre los planes suicidas es que a pesar de que sabes que mil cosas pueden salir mal, igual te sientes terrible cuando suceden.
La mirada de Irina decía que me iba a matar. De una forma muy dolorosa. Esperaba que todos los años de amistad contaran y lo hiciera rápido.
Tragué saliva. Escaparse en Beckendorf era una cosa muy difícil cuando eras simplemente humano y después de todo lo que Kyle y yo acabábamos de pasar para lograr salir al bosque, no me podía creer que Nina nos hubiera encontrado cuando apenas habíamos caminado dos minutos.
—¿Qué hacen aquí? —Susurró furiosa.
Tragué saliva. Si Nina parecía molesta, James estaba prácticamente temblando de ira.
—No lo puedo creer —espetó—. Toda la tarde diciéndoles que salir es peligroso y ustedes solo se saltaron...
—Si James y yo no hubiéramos decidido cenar —gruñó Nina—, se hubieran escapado esta noche y nunca hubiéramos podido...
De repente, se detuvo en medio de la frase como si acabara de oír algo. Se volvió rápidamente en dirección al castillo.
—Rápido, han tocado la alarma del fin de la cena. Tenemos que volver.
Kyle y yo habíamos conversado detenidamente sobre esto, investigado qué podríamos encontrar, reuniendo información acerca de científicos a través de los tiempos intentando conectarlos con la comunidad de Vantra. Había sido como estar en uno de esos documentales donde todos son secretamente Illuminati. Me resistía a que mi elaborado plan se viera destrozado porque ella hubiera usado sus habilidades vampíricas para rastrearnos.
¡No era justo!
Empezamos a correr de mala gana hacia el castillo a pesar de que podía decir que Kyle estaba aliviado.
Casi veía nuevamente la línea del bosque cuando Irina le puso una mano en el pecho a James y él se detuvo. Detrás de ellos, también tuvimos que hacerlo nosotros.
—La guardia del castillo se acerca —susurró ella apresuradamente—. Tenemos que volver...no, hay otro más en el vestíbulo de entrada.
—¿Otro qué?
El aullido de un gingec nos dio la respuesta. La expresión de Irina se vació por completo.
—Vienen para acá. Y Hammock no está cerca.
—¿Qué significa...?
—Al bosque —lo cortó ella—. Ahora.
—¿Estás loca? —empezó a decir Kyle. No se detuvo a pesar de que Nina lo fulminó con la mirada—. El bosque es peligroso y a esta hora de la...
—Ustedes iban a ir de todos modos, ¿no? —dijo Irina jalando a James con ella—. Si quieres quedarte para que te atrapen, es tu problema.
Sin volver la mirada, se adentró en los árboles.
—El bosque es peligroso —lo imité yo—. ¿En serio, Kyle?
Él bufó y empezó a correr. James insistía en que no debíamos alejarnos del castillo y era evidente que Irina trataba de no adentrarse más y en su lugar prefería mantenernos pegados a la línea de salida hasta que pudiéramos huir. Dimos vueltas y vueltas, siempre cambiando de rumbo en cuando las ramas quebrándose delataban la presencia de un gingec.
Sin embargo, una hora después de seguir ese plan, ella solo gritó que la siguiéramos y empezó a correr hacia el norte.
Cuando por fin nos detuvimos, estábamos tan lejos que la academia que ni siquiera podía escuchar los aullidos de los gingoc que nos perseguían hace varios minutos.
—¿Qué pasó?
—Los gingoc no sin idiotas —murmuró ella—. La mitad de la manada nos estaba rodeando desde el otro lado. Me confundieron con el olor debido a la dirección del aire, que afortunadamente cambió a tiempo. Esto ya está casi al límite de los terrenos autorizados de la academia. Quedémonos aquí o chocaremos con la barrera de contención.
Más calmados por no estar siendo perseguidos, ella se acercó a mí.
—Mel, ¿qué diablos estabas pensando? ¡No podemos venir aquí! Apenas sobrevivo a veces porque tengo un gingic en casa, pero podrían habernos destrozado, están entrenados para ello.
Le expliqué mi razonamiento y ella me miró como si fuera idiota.
—Aunque no los quieran a ustedes, podrían usarlos como una trampa para nosotros.
Estaba a punto de decir algo más cuando volvió la cabeza hacia el bosque y siseó.
Oh, no. Díganme que es una broma.
—¿Irina? —Preguntó James.
Mire a Kyle y casi se me escapa una carcajada. Su mirada decía claramente: "Maldita sea. ¿Otro hombre lobo?"
ESTÁS LEYENDO
La señal del vampiro (Igereth #2)
FantasyÉl: La sigue persiguiendo. Ella: Lo sigue evitando....creo. Sus amigos: Están planteándose seriamente fingir que no los conocen. Lo que los une: El contenido de las malditas cartas. (Sinopsis mejorada....en proceso).