(Por: Kyle)
El grito que Emmeline soltó hizo que todos empezáramos a hablar al mismo tiempo. Irina deshizo su pentagrama y un segundo después estaba inclinada sobre el muchacho.—Se transformó con él, así que no es un tatuaje —murmuró como si intentara matar cualquier esperanza.
Sin poder evitarlo, mis dedos se movieron para intentar "curar" la marca. El camino de la impresión me hizo tragar saliva. Seguía tan adentro hacia su piel que incluso si cortaba la carne, hubiera seguido allí. Era como si se abriera camino hacia lo más hondo de su presa.—¿Lo conoces? —Repitió Emmeline—. ¿Quién es?
Su pregunta me sacó de mi estupor.
El rostro del chiquillo, con los pómulos hundidos, la barbilla prominente y la nariz ganchuda era bastante particular.
—Es el hermano del tipo de la misión de año nuevo. Había una foto en el expediente...
Y se parecía a su hermano. Incluso el tipo de lobo en el que se transformaban tenía la misma tonalidad chocolate. Y ahora los dos estaban muertos.
—¿El tipo que se lo había comido? —Preguntó James.
—Bueno, supongo que no se lo comió.
Eso me chocó como nada hasta ahora. ¿Cómo era posible? Estaba completamente seguro que este era el hermano pequeño. Eso hacía que la historia se volviera más enredada. ¿Por qué el hermano mayor había sido condenado si su hermano estaba vivo? ¿Cómo se había determinado que los restos encontrados eran los del niño cuyo cadáver estaba frente a nosotros? ¿Lo habían incriminado? Si no era un criminal...entonces yo era un asesino.
—Tú no lo sabías, Kyle —dijo Emmeline como si pudiera leer mi mente—. Y él los atacó, así que era legítima defensa. No es culpa tuya. Alguien pagará por esto cuando el cuerpo llegue a la Cofradía.
—Pero eso no va a solucionar nada —repliqué—. Están muertos.
Antes de que ella pudiera responder, James nos cortó.
—Es un lobo recién convertido, esta debía ser su primera luna llena —reflexionó en voz alta. Acto seguido alzó la vista al cielo y supe que algo andaba mal. Seguí la dirección de su mirada, preparándome para lo peor pero no logré alcanzar nada.
—¿Qué miras?—pregunté—. No veo nada.
—Exactamente, ¿no debería haber luna allí arriba?
—Era un purasangre —recordé—. El padre de ambos era licántropo, probablemente estaban en los registros de la hermandad Lupus.
—¿Se transformó tan joven? —Repuso James—. Da igual, eso no explica la herida.
—Una lucha con la manada tal vez....
—¿Y la marca de Driggers? —Nos interrumpió Irina—. Dejen de discutir trivialidades para evitar el tema principal. La energía que logré sacar de él no era la de un demonio, de modo que todavía no había sido poseído, pero él tiene la marca.
—¿Cómo sabes estas cosas? —Inquirió James.
—Hay muchas cosas sobre mí que nadie sabe, Sandler —contestó ella dirigiéndole una mirada fría—. He vivido mucho más que ustedes porque mi capacidad de tener las noches a mi favor me da un tiempo del que otros no disponen. Pero no es tiempo de hablar de mí. Tenemos que llamar a Mantor pronto o vamos a estar en problemas.
—Él tiene la marca, pero no había sido poseído. Y tenía una herida podrida, hecha por algo demoniaco —resumió Emmeline—. ¿Tal vez intentaban poseerlo y fallaron?—Tal vez.
Irina tenía la vista perdida, como había notado que hacía cuando se sumía en sus pensamientos y analizaba quince hipótesis diferentes al mismo tiempo.
—Estaba distraído al inicio, como si él mismo tuviera un choque de energía demoniaca —recordé—. Quizás realmente lo atacaron.
—¿Pero qué lo atacó? —Insistió Emmeline.
—Todos los lobos que matamos con Driggers se convirtieron de vuelta —añadió James al instante—. Este no.
—No se convirtió de vuelta hasta que Irina lo liberó de la energía. ¿Driggers habrá hecho eso como una forma de evitar que el lobo perdiera su transformación para que fuera más fácil que el demonio lo controlara? —Emmeline empezó a emocionarse con la posibilidad—. Evidentemente es más fácil controlar la forma lobuna que la humana, tiene menos consciencia.
—Era un purasagre —rebatí—. Tiene plena conciencia.
—Bueno, entonces Driggers lo hizo para evitar que alguien descubriera que era el hermano desaparecido —exclamó James con ironía.
—Pero Driggers está muerto —reclamé yo.
—Entonces solo hay una opción, ¿cierto? —dijo Irina como si llevara un buen rato esperando que llegáramos a la misma conclusión— Driggers no era el único que quería matarnos.
ESTÁS LEYENDO
La señal del vampiro (Igereth #2)
FantasyÉl: La sigue persiguiendo. Ella: Lo sigue evitando....creo. Sus amigos: Están planteándose seriamente fingir que no los conocen. Lo que los une: El contenido de las malditas cartas. (Sinopsis mejorada....en proceso).