(Por: Kyle)
Estaba seguro de que pronto iba a tener la mitad de los huesos rotos.
Irina podía lanzarme contra el piso en cualquier instante. De hecho, podía hacerlo con cualquiera de nosotros. James, Em y yo no éramos más que mosquitos comparados con su fuerza sobrehumana.
Sin embargo, ella dejó que la detuviéramos y arrastráramos lejos de Víctor y sus amigos, que ni siquiera se movieron, demasiado asustados para seguirnos.
O quizás porque Irina escupía veneno cada pocos pasos, siseando ininteligiblemente.
Finalmente, entramos en los setos y ella se derrumbó junto a la banca.
Emmeline se sentó a su lado.
—¿Qué te ha pasado? —Susurró.
Irina negó con la cabeza, todavía respirando como si acabara de correr una maratón.
—Me molesté —respondió simplemente. Luego hundió su cabeza entre sus rodillas.
Todos cruzamos una mirada y finalmente James se sentó a su lado también.
—Irina...¿cómo te sientes? ¿Qué sentiste cuando lo atacaste?
Ella no contestó así que él empezó a acariciarle la espalda, como intentando consolarla. Irina ni siquiera se movió, haciendo esa cosa de me-congelo-completamente-porque-soy-un-vampiro-y-puedo-hacerlo.
Fue Emmeline quien finalmente consiguió hacerla hablar, siguiendo el ejemplo de James y acariciándole el cabello.
—¿Nina? ¿Ya estás mejor?
—No lo entiendo —dijo ella de repente—. Solo sentí la adrenalina correr en su sangre y eso me disparó los sentidos.
—¿Su sangre? ¿La...la de Víctor?
—Su sangre corría más rápido, sus venas latieron con más potencia...sólo...me dio hambre.
Al instante, estaba buscando formas de controlar su respiración nuevamente.
—Irina, ¡detente! —Gritó James.
Su grito sirvió para que incluso yo dejara de respirar.
—Bien —siguió él, más tranquilo— ahora, haz una inspiración que dure cuatro segundos. Vamos, uno, dos...
Después de eso, James siguió haciendo ejercicios de inhalación hasta que los cuatro tuvimos nuestras respiraciones controladas.
—Gracias —sonrió Irina cuando él dijo que estábamos listos.
—No hay problema. Ahora bien, o la sangre de ese insecto huele demasiado bien o me apuesto mi belleza a que nunca antes te había pasado algo así.
—No ha pasado antes y es una lástima que sea cierto, me concentraría mejor si no fueras tan guapo.
Demoró cerca de tres segundos en darse cuenta de lo que acababa de decir. Si no fuera un vampiro, estoy seguro de que se hubiera sonrojado. James puso una sonrisita de suficiencia cuando Irina se negó a hacer contacto visual con nadie.
Finalmente, Emmeline se aclaró la garganta.
—Bueno...entonces algo tiene que haber cambiado.
—Estás rara desde que vinimos aquí —logré decir—. ¿Por qué?
—Nina —insistió Emmeline—, tenemos que saber qué te pasa.
Ella se limitó a asentir. Todavía parecía conmocionada por su repentina declaración sobre la belleza de James.
—Es una lástima —James parecía estar recuperándose también— me gustaría librarme de Víctor.
—Chicos, sin violencia —los riñó Emmeline—. Ya tenemos suficientes problemas.
—De todos modos, no me agrada ese tipo —dijo finalmente Irina—. Hay algo raro con él.
—¿Por qué?
—Es tan temido por todos y el rey del instituto, pero lo he visto vagando por las noches y he escuchado las cosas que comenta con su amigo, Christopher. Parece inteligente, e incluso amable. Y lo he escuchado con...alguien más —su duda me intrigó. ¿Por qué no decía el nombre de ese alguien? No veía que tuviera suficientes razones para proteger a nadie—. Es como si fuera otra persona.
—¿De qué hablas? —Reclamó James—. ¿Ese tipo siento agradable?
—Creo que es todo una actuación, pero me sacó de quicio hoy —luego, miró a James directamente a los ojos— . Y no entiendo tu incredulidad, nadie diría que puedes llegar a ser soportable.
Los cuatro nos quedamos en silencio, asimilando ese nuevo pedazo de información sobre Víctor hasta que finalmente Emmeline nos devolvió a la realidad.
—Necesitamos hacer algo, Nina. Hay algo raro aquí. Estás enferma desde que vinimos aquí, hombres lobo con mordeduras demoniacas...
—No voy a decir nada a la Cofradía. Soluciono mis propios problemas.
"Y mira cómo nos salió eso la última vez" quise decir. Pero me contuve, no quería ser yo el que terminara con la yugular desgarrada.
—Ya llegará la oportunidad, ¿cierto?
Y por increíble que parezca, la oportunidad no tardó en llegar.
ESTÁS LEYENDO
La señal del vampiro (Igereth #2)
FantasyÉl: La sigue persiguiendo. Ella: Lo sigue evitando....creo. Sus amigos: Están planteándose seriamente fingir que no los conocen. Lo que los une: El contenido de las malditas cartas. (Sinopsis mejorada....en proceso).