9.

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    Respiré profundo.

    Me puse en cuclillas; o al menos pensé en hacerlo, hasta que lo recordé.

    —¿Necesita ayuda?

    Me volví hacia donde escuché la ronca voz.

    —Sí —titubeé—, es decir, no, gracias. Sólo..., estoy un poco cansada —le sonreí.

    —¿Está usted segura?

    —Claro, sólo falta una cuadra para llegar a mi casa. De verdad, gracias.

    Me miró fijamente, y sus ojos desafiantes me inyectaron inseguridad.

    —Creo que no debería caminar en ese estado. En fin, ¿quién soy yo para decirle qué hacer? Quizá nos veamos luego —sonrió.

    Se alejó cuando notó que no estaba dispuesta a responderle y yo permanecí recargada del árbol unos minutos más.

    Divisé a Gerard y él a mí cuando miró casualmente la calle.

    Corrió hacia mí y detrás de él, Bandit.

    Noté que ambos tenían puestas las botas y cargaban con unos enormes abrigos de piel.

   Trineos no, por favor.

    —¿Por qué caminas?

    —El estúpido auto.

    Bandit aulló.

    —Estás enojada, mamá, ¿cierto? Has dicho una mala palabra.

    Asentí porque no quise decir nada más.

    —¿Adónde iban?

    —Íbamos a buscarte; Bandit quería probar con los trineos este año.

    —No —determiné, sin pensarlo mucho a decir verdad.

    Ambos me miraron.

    —Quiero superar lo del año pasado.

    Miró sus rosadas botas y comenzó a jugar con los mechones más largos de su cabello.

    Hubo un silencio de casi treinta segundos.

    Decidí actuar antes de que se echara a llorar.

    —Quizá puedas, pero con muchas precauciones, ¿sí?

    Dio pequeños saltos alrededor de Gerard y subió a su cuarto para buscar sus guantes.

    —¿Cuándo dejaré de ver tu cabello tan rojo, Gee?

    Me miró de reojo, y sonrió.

    —El jefe no me ha reprochado nada.

    —El jefe es muy tolerante entonces.

    —Y muy guapo también.

    Quedé pasmada.

    Pero sólo reí.

    —¿Quieres saber cuál es su nombre?

    —¿Cuál? —lo abracé.

    Besó mi cabeza antes de responderme: 

    —Way, Gerard Way.


Mine | Gerard WayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora