8.

1.2K 124 13
                                    


    —Milla..., Milla —murmuró, removiendo mi brazo izquierdo.

    Tenía el cabello revuelto y estaba sentada correctamente, cosa que creí imposible.

    —Bandit.

    —Acaba de despertar.

    Acaricié su mejilla y su hombro también.

    Las motas rojizas se notaban menos, pero su ojo aún estaba morado e hinchado. Juré que palpitaba.

    Su mirada estaba perdida.

    —¿Qué le pasa?

    —Hace minutos que no quiere responderme, por eso te desperté.

    Miré el reloj de pared, cuyo sonido de manecillas era lo único que se escuchaba ahora.

    —¿Por qué no has avisado al doctor?

    —Iba a hacerlo, pero antes iba a decírt...

    —Llama al estúpido doctor, Gerard.

    No le di tiempo de hacer nada, porque lo hice yo misma.

    Pero no lo encontré.

    Casi me echo a llorar.

    —...cuando te despertaste, seguro vuelve pronto —susurró.

    Casi tiro la puerta.

    —Bandit...

    Pero no me respondió.

    Casi me desmayo.

    —Papá, tengo sed.

    Casi me caigo.

    —Iré a llamar a alguien para que la traiga, ¿sí?

    Casi le doy una bofetada a Gerard.

    —Sí —y continuó viendo por el ventanal.

    —¿Quieres otra cosa, hija?

    Sólo me miró.

    —No, mamá.

    Me sentí mejor esta vez.

    —Jamás te vuelvas a subir a un trineo sola, corazón.

Mine | Gerard WayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora