19.

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    —Ella..., ¿ella quiere venir?

    Asintió.

    —Ha salido hace dos semanas. Me pidió que le llamase más tarde y le dijese qué pensabas tú.

    El sol me daba de lleno a la cara, pero lo agradecí, porque no salía desde hacía días.

    —Sí. Que venga.

    —¿Segura?

    Lo miré.

    —Sí. Quizá pueda aclarar más cosas que yo no recuerdo. Y tú no estabas ahí cuando sucedieron.

    Estrechó los labios. Se pasó la mano por el cabello y bebió jugo del vaso.

    —Está bien. Le diré eso, entonces.

    Anisa, como siempre, llegó a decirnos que quedaban diez minutos.

    —Cada vez queda menos tiempo para que salgas, Milla.

    Acarició mi cabeza, y me atrajo a él. Me rodeó con sus enormes brazos. Fresas.

    Besé su mejilla. Me alejó un poco de él, para verme a los ojos.

    —Has mejorado bastante, ¿eh? —susurró—. ¿Puedo?, ¿yo?

    —Sí.

    Me besó la mejilla, luego la nariz, y luego la comisura de los labios.

    —Te quiero. Mucho, Milla. Te quiero muchísimo.

    —Yo también, Gerard.

      


Mine | Gerard WayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora