3~ Primer Día

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Multimedia ~ Chico

Me desperté pesadamente, tenía frío... me dolían las muñecas, me intente sentar y me di cuenta de que ya lo estaba, solo que mis brazos estaban sobre mi cabeza y atados a las patas de una cama, de la cual estaba a un costado.

La habitación es oscura, solo hay una cama y una ventana, desde la cual se asoma el brillo y presencia de la Luna, majestuosa y semitapada por las nubes.

Me intente soltar, y es en ese momento en que mi mente es bombardeada de recuerdos. Mis lágrimas salen sin permiso y comienzo a llorar en posición fetal, con mis rodillas en mis ojos y la espalda toda encorvada, todavía con mis brazos arriba que de vez en cuando jalaba, solo consiguiendo daño a mis muñecas.

<<●>>

Después de un tiempo la puerta se abre y yo solo seguí inmóvil, sin darle la atención que el hecho merecía.

-¿Cómo despertaste?- esa voz no es una que mi mente haya archivado, no la recuerdo. No quería hablar y que se notara que estaba llorando, opte simplemente por callarme sin moverme ni un solo milímetro -Te hice una pregunta- su voz se acercaba a cada silaba que pronunciaba, de hecho en este momento tengo su boca de seguro sobre mi nuca, pues siento su aliento, que no es precisamente olor Rosa.

-... eh... m-mal- tartamudee y siento que me jalan del cabello, intento moverme pero solo consigo que me duelan las muñecas y me jalen con más fuerza.

-Para la otra me contestas enseguida- Me dijo molesto -¿Entendido?- asentí con la cabeza, sin moverla mucho pues el jalón y la presión me mantienen adolorida -Contéstame- me jalo con más fuerza el cabello y estalle.

-¡Si entendí! ¡¡Maldito enfermo, suéltame de una rechingada vez!!- le grite molesta, odio que me toquen el pelo y no puedo decir que tuve una buena mañana que digamos.

-Vaya- sonrió un poco -Te recomiendo no volver a alzar así la voz- dijo como si estuviera apenado y me soltó del cabello, pero créanme que eso no sirvió de mucho para cambiar mi buen humor.

-Tus recomendaciones y una mierda ¡¡Tú y todos tus malditos compañeros pueden irse a la mierda!! ¡Malditos Asesinos dementes!!- le grite con desesperación, odio y miedo de lo que provocarían mis palabras, mientras una débiles lágrimas rodeaban mis mejillas.

-Insúltame todo lo que quieras, pero sé que si lo sigues haciéndolo, David te escuchara y preferirás haberte mantenido callada- dijo con una sonrisa divertida y apenada a la vez, pero su voz era completamente tranquila.

-Yo no me arrepiento ¿De qué sirve? Sólo para mortificarte de algo que no tiene arreglo- digo ya más calmada -Y en cuanto a ese tal David... me dan ganas de enterrarle un palo de escoba por el ano- dije seria y siendo totalmente sincera.

Ese tipo me mira sorprendido y en una fracción de segundo se comienza a carcomer a carcajadas.

-No puedo creer que dijeras eso- dijo casi ahogado -¿Cuántos años tienes?- dijo ya más calmado y limpiándose una lagrimilla de cocodrilo.

-... 13...- le dije extrañada.

-¿Has leído o visto algún tipo de escena sexual?- me miro divertido y sentándose en frente de mí.

-... ¿Te importa?- dije tan antipática como pude.

-Ciertamente, no, pero intentaba poner un tema de conversación, claro hasta que llegue David- sonrió acercándose demasiado a mí -Debes obedecerle, si no lo haces de verdad no la pasarás bien, al menos has que esto sea soportable y un trauma para ti- sonaba sincero, demasiado... lo que hacía que sintiera un poco de miedo...

La Venganza [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora