36~ Un Terrorífico Despertar

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Multimedia ~ Raymon (Pay)

P.O.V. Omnisciente (Yiop)

El despertad era algo que se veía lejano, el sol la había gobernado, la luna le acunaba, mientras tanto la oscuridad la abrazada.

El miedo, la desesperación, el odio, el resentimiento y el arrepentimiento.

Sentimientos que gobernaban el cuerpo y alma de Jess, una muchacha de antecedentes lastimeros y tristes, dignos de la compasión de los más fríos y bravos.

El verdugo no deseaba sacarla de su tortura, lenta y dolorosa.

Aquel infierno entre cuatro paredes volvía, y con más potencia, a su vida.

El terror, el odio, sentimientos conocidos para ella, sería los que mejor ocultaría en su pecho, para que su máscara sea lo último en romperse.

Porque su cuerpo ya había sido despedazado, su alma descuartizada, su corazón desgarrado, sus esperanzas pisoteadas. Pero sus heridas, curaron, dejando a su paso una notoria y horrible cicatriz que se abre al más mínimo roce.

Era como una gota de agua, perfecta, delicada, y fácil de separar, de unir y convertir.

Estaba atada, encadenada a una muralla, mientras David metía su pene una y otra vez, ella no respondía, no se quejaba, no se movía.

Estaba petrificada, y es que no había modo de defenderse, no había fuerzas.

Había sido apaleada hace unos momentos y David se la metió sin siquiera preguntar.

Las violaciones son dolorosas.

¿Pero cuanto duele que se habra una vieja herida que uno creía olvidada?

David había mandado a sus fieles a raptar a Jess, mientras dormía con ese muchacho denominado Pay, él tampoco se salvó.

Se escuchaba la voz a kilómetros de Don Jorge, dando órdenes a todos para recuperar a su sobrina, dando millones para que alguien le diera alguna pista.

Pero todo había sido inútil, Jess ya había vuelto a su pasado, sin poder salir, era como si hubiese sido un recreo de 4 años.

David se fue, dejando a Jess como si fuese un pedazo de basura. Como había sido desde hace una semana que para la niña fueron meses.

Dolor punzante, mareos, vómitos de sangre, cortes y azotes, en eso se baso el tiempo de Jess entre esas nuevas rejas.

-¿Cómo has estado?- le dijo David entrando a la celda.

Jess le miro desde abajo, acostada de lado en el suelo, su única cama, dura y fría.

No contesto.

-¿Quieres ver a alguien?- dijo ese hombre y chasqueo los dedos, dando la orden a sus compañeros de traer al saco de papas ante ellos, Pay.

Jess se sorprendió y por un momento su semblante cambio. Pero su máscara se remonto enseguida, su corazón vio cada uno de los pasos de David, sabiendo a la perfección lo que haría, y su mente lloraba por ello.

Mas rato volverían a sus posiciones originales, pero ahora ella quería romper su mente y su corazón guardarlo.

-J-Jess....- susurro él, con voz rasposa, una voz de dolor y agonía, de alguien que sabe que morirá y esta resignado a la os de su verdugo.

-Pay... lo lamento- susurro ella, temblorosa, pero fría, no le daría el lujo a David de verle llorar, ni siquiera le dejaría ver su dolor.

-no es tú culpa, Jess-

La Venganza [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora