46~ La Nueva Luz

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Multimedia ~ Marissa Calderón
(Es la joven de la derecha, 
es un pequeño adelanto a una historia de más adelante)

Los terribles acontecimientos ocurridos con David habían llegado a su fin, ese hijoputa nunca volvería a dañar a ninguno de los seres amados por Jess, y a ella las heridas psicológicas se las estaba curando su familia, y las más íntimas su novio Bruce, si, Bruce se había tomado la molestia de invitarla a comer y decirle "Jess, me harías un gran honor si aceptas ser mi novia", la joven sonrojada acepto con una sonrisa y desde entonces no hay día en que no se vean y se den un cálido beso, que es una simple goma que elimina el dolor del pasado.

Pero ahora ellos estaban recostados en la cama, Jess tenía pesadillas, y jadeaba levemente, Bruce la miraba con tristeza, había pasado ya un mes desde la confirmación de la muerte de David pero su pequeña aún seguía con pesadillas.

Y entones tomo cartas en el asunto, tomo la mano de Jess y la beso, luego su cuello, y tomándola de la cintura la apego a su cuerpo, susurrando cosas tranquilizantes y llenándole de besos dulces, hasta que Jess dejo de temblar, se apegó a su cuerpo e intento relajarse aún rodeada por la inconsciencia que el sueño le brindaba.

Y como a las 12 de aquel mismo día el timbre de la casa sonó, una muchacha estaba del otro lado de la puerta hasta que se abrió el pedazo de madera, aquella dulce muchacha sonrió levemente y dijo que veía a ver a Jess, presentándose como Marissa Calderón.

Esta muchacha era la joven más noble que posiblemente llegarías a conocer, su cabello era ondulado y de cabello rubio, sus ojos eran embriagadores y su cuerpo de diosa, pero su personalidad conservadora y amorosa encantaba antes y después de su cuerpo.

La señorita la dejo pasar y Marissa se sentó en la cama, hasta que le indicaron que fuera a la habitación de Jess, fue apurada y al verla solo le abrazo con fuerza, no la había visto como en dos o tres meses y venía cada semana a buscarla, a pesar que le pedían que dejara de hacerlo, o que se había ido a otra ciudad, Marissa tenía un mal presentimiento y ella siempre obedecía a sus presentimientos.

-M-Marissa...- dijo anonadada la mujer mirando a su compañera de colegio que por poco y era su única verdadera amiga, siempre tan atenta con ella, preguntándole que pasaba cuando miraba al vacío y ante ver su incomodidad llamaba a todos y se ponían a jugar y reír... Jess le debía poder confiar a ella.

-Jess~ ah~ que alivio que estés bien~- dijo melodiosa la joven, aun apretándola entre sus brazos, se acercó a su oído luego de besar delicadamente su frente -¿Dónde has estado?...-

Jess ya no deseaba ocultarse... ni siquiera callar, así que abría la boca para decirle toda la verdad, todo su pasado, todo aquello que la marco y había terminado. Pero no pudo articular palabra, sus labios se movían pero su voz no salía, estaba muda del miedo de materializar sus vivencias y desgracias.

Y Silvia le quito aquel terror que la invadía, la recostó en el colchón y acaricio su cabello, con tanta delicadeza que uno pensaría que estaba quitándole los dolores con sus dedos, estaba curando su mente con solo su tacto. Jess se rompió en unos segundos después, comenzó a llorar y a apegarse a Marissa, con desesperación propia de una niña de 13 años, aquella edad en que todo se fue a la mierda.

Contó todo, susurrando aquellos que gritaban sus ojos, que opacaba sus sonrisas y con lo que la atormentaban las pesadillas, matanzas, violaciones, castigos, obligaciones, secretos, amores, rupturas, traiciones, desilusiones... tan solo con 17 años ya había visto lo que ancianos por morir ni se imaginaban, era mucho para una vida tan corta, maltratada y joven. Le contó después lo que hizo como venganza, matanzas, violaciones, castigos, secretos, amores, rupturas, traiciones, desilusiones... tan solo con 17 años ya había hecho lo que ancianos por morir ni se imaginaban, era mucho para una vida tan corta, vengativa y joven.

La Venganza [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora