Capítulo 13 (3/3)

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*Atención: (Si, otra vez ando shingando) ustedes ya saben como es esto :v si no les gusta lo zetzual vayanse >:V :3 con musho amor... yo :D

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Entró con ella y la colocó con cuidado sobre la cama. Estaba nervioso.
No era la primera vez que estaban juntos, pero era la primera que ninguno de los dos estaba enfadado. La primera que los dos se miraban a los ojos y empezaban a besarse y a desnudarse sin ninguna excusa que lo justificase; sencillamente porque querían estar juntos. Kai se colocó delante de ella y le tendió una mano, y cuando ____ la aceptó, la ayudó a ponerse en pie y empezó a desabrocharle los botones de la blusa que llevaba. Ella levantó las manos y las colocó en el torso de él y mantuvo la cabeza agachada, observando fascinada como los dedos de Kai temblaban encima de todos y de cada uno de los botones.
Él malinterpretó el gesto y le colocó un dedo bajo el mentón para levantárselo y encajó los labios con los de ella. El beso empezó despacio, pero no tardó en aumentar de intensidad y pronto los labios de Kai se movían frenéticos sobre los de ella, robándole el aliento, mareándola.
______ se estremeció entre los brazos de Kai y él tiró de la blusa hasta deshacerse de ella, pegándola contra su cuerpo inmediatamente a continuación. Ella deslizó las manos hacia la cintura de los vaqueros de él y tiró de la camiseta; la prenda le molestaba, quería tocarlo y notar la piel y los músculos bajo sus palmas. Frenética y nerviosa como estaba, la camiseta se enredaba entre sus dedos, hasta que él reaccionó y se la quitó con un único movimiento. Kai quedó despeinado y la miró con ojos ardientes y sin ocultar nada de lo que estaba sintiendo, ni el deseo ni la confusión. Acercó las manos a los hombros de ella y le recorrió la espalda hasta llegar al cierre del sujetador. Lo desabrochó y lo apartó despacio.
______ notó que tanto él como ella estaban temblando. No recordaba haberse sentido tan desnuda delante de ningún hombre, sentía incluso vértigo, aunque al mismo tiempo sabía que se suponía que era así exactamente como tenían que ser las cosas entre un hombre y una mujer.
Kai no dijo nada, la verdad es que parecía incapaz de hablar, y la levantó en brazos para tumbarla en la cama.
Y de repente estaba en todas partes. Tocándola, acariciándola. La pellizcaba con los dedos, tiraba de su piel. La lamía y la besaba. La mordía.
No paraba de decirle con voz ronca lo mucho que le gustaba. Se detuvo un único instante y se sentó en la cama; le quitó la falda y las medias y él se deshizo de los pantalones. Cuando volvió a tumbarse, le dio un beso en el ombligo y siguió descendiendo hacia abajo.
—¡Mac! —suplicó ella convencida de que moriría del deseo que él no paraba de avivar sin llegar nunca a saciárselo. En las ocasiones anteriores, los dos habían estado impacientes por alcanzar el orgasmo, por apagar, aunque fuese solo un poco, el fuego que los consumía. Sin embargo ahora,
Mac no parecía tener ninguna prisa. Todo lo contario.
—Kai —la corrigió él.
—Kai...
Sin saber qué hacer ni qué decir, lo único que podía hacer _____ era tocarle los hombros, el maravilloso pelo, la musculosa espalda cubierta de sudor. Kai era una obra de arte, tenía un cuerpo que la excitaba con solo mirarlo. El cuerpo de un guerrero, de un hombre dedicado a un deporte físico y violento como el fútbol. Antes había creído que era solo eso, ahora sabía que era mucho más. Y le daba miedo. Él debió de notarlo porque se apartó de los muslos de ella, que había estado besando con adoración, y se acercó a su rostro.
—Confía en mí, _____. Dame una oportunidad, sé que puedo hacerte feliz —le dijo con absoluta certeza de que nunca se había arriesgado tanto con una mujer. Diciéndoselo le estaba dando el poder para destruirlo.
A pesar de que en ningún momento le había confesado lo que sentía por ella —porque estaba convencido de que ella no estaba preparada para oírlo—, era evidente que él no le pediría a cualquiera una oportunidad de esa clase.
_____ asintió y levantó un poco la cabeza para besarlo. Kai apoyó las manos a ambos lados del cuerpo de ella y la penetró.
Se detuvo un instante. Intentó mantenerse inmóvil y esperar a que el sexo de _____ se habituase a tenerlo dentro de él, pero no podía dejar de temblar. Apretó la mandíbula con fuerza y soltó despacio el aire por entre los dientes.
_____ había vuelto a cerrar los ojos y se mordía el labio inferior. Había entrado demasiado rápido; Mac podía sentir los frenéticos latidos del corazón de ella en su miembro. Si pudiera pasarse toda la vida dentro de ella, tal vez podría volver a respirar.
Ella aflojó los dedos de las sábanas y levantó las manos para colocarlas encima de los antebrazos de Kai. Los sintió temblar del esfuerzo que estaba haciendo por no moverse y mantener su peso separado de ella. Pasó los dedos por entre el vello que los cubría y noto como él se excitaba más.
Ella no había tenido jamás ese efecto sobre otra persona.
Dejó la mano izquierda encima del bíceps derecho de Kai y con la derecha siguió subiendo hasta alcanzar su rostro. _____ seguía con los ojos cerrados y cuando la mano llegó a la mejilla de Kai, él giró el rostro y le besó posesivamente la mano.
Abrió los ojos y encontró los de él completamente abiertos, entregándose a ella sin ocultarle nada.
Kai le dio otro beso en la palma de la mano y después pasó el rostro entero por la mano de ella, buscando desesperado esa caricia.
—Separa un poco más la piernas —dijo él con la voz ronca.
______ lo hizo y notó que el miembro de Mac la penetraba todavía más.
Echó el cuello hacia atrás sin apartar la mano del rostro de él que seguía pegado a su palma.
Kai siguió inmóvil, exceptuando el temblor que desprendían sus músculos, y una fina capa de sudor le cubrió la espalda. Necesitaba que ____ estuviese muy excitada, porque cuando empezara a moverse no podría contenerse y la poseería de tal manera que podría sentirlo dentro de su cuerpo toda la vida.
______ jamás consentiría que otro hombre la tocase. Tal vez su mente o su corazón jamás le pertenecerían, pensó con tristeza, pero después de esa noche su cuerpo sería suyo para siempre.
Igual que él ya le pertenecía a ella.
—Dobla la rodillas.
Ella obedeció al instante y Kai apretó los dientes al sentir cómo su
erección entraba todavía más dentro.
—Kai... Por favor —gimió _____—, haz algo.
Lo único que hizo él fue mover levemente las caderas y asegurarse de que su miembro llegaba al final del sexo de ella. Allí se detuvo. El calor era prácticamente insoportable. Él estaba tan excitado que podía sentir cómo los muros de ella temblaban para adaptarse a la intrusión. Y lo encerraban dentro de ella.
Se retiró un poco y volvió a entrar un poco más.
_____ cerró los dedos de la mano izquierda alrededor del bíceps derecho de Kai y la otra mano tembló junto al rostro de él. Kai separó los labios y le mordió la muñeca un instante. Ella extendió los dedos y él succionó levemente con los labios.
El sexo de ____ se humedeció todavía más y Kai sintió alrededor de su miembro las pequeñas contracciones que indicaban que ella estaba cerca del orgasmo. Movió la mano derecha, aguantando todo su peso con la izquierda, y le buscó el muslo derecho.
—Kai —susurró ella al notar los dedos de él encima de la piel.
Él no dijo nada, cada vez que ella pronunciaba su nombre se excitaba más, pero le separó ligeramente la pierna hasta que su pelvis tocó el cuerpo de ______.
Ella tembló y él siguió besándole la mano y la muñeca hasta que notó que el interior de ______ se apretaba alrededor de su miembro y volví a encerrarlo dentro de ella.
Despacio volvió a apoyar la mano derecha en las sábanas y repitió muy lentamente el mismo proceso con la otra pierna de _____.
Nunca había estado tan dentro de una mujer. Nunca había estado tan desesperado por poseer a ninguna de esa manera.
—Quiero meterme dentro de ti —farfulló cuando sus caderas quedaron por fin pegadas completamente a _____. Su miembro oculto dentro de ella —. Quiero que me sientas incluso cuando no esté.
Bajó lentamente los brazos hasta quedar apoyado en los antebrazos y no en las palmas de las manos.
—Kai, por favor —suplicó ____ —, muévete.
Él guió las manos hasta los hombros de ella y la encerró completamente dentro de él. Necesitaba que ____ estuviese quieta, si se movía llegaría al final.
Y todavía no estaba listo para eso.
Respiró despacio y apoyó la frente cubierta de sudor en la de ella. Era como si su propio cuerpo, pensó Kai, fuese incapaz de tener una sola parte lejos de _____. Necesitaba estar en contacto a lo largo de cada centímetro de su piel.
El vello de su torso se pegó a los pechos de ella y sintió cómo a _____ le temblaba el estómago.
Eso fue su perdición.
Kai contrajo los glúteos para ver si así contenía el placer, pero los labios del sexo de ella se apretaron alrededor de su miembro y empezó a eyacular.
El fuego empezó donde se unían sus cuerpos y se extendió súbitamente por los dos. _____ sintió cómo el orgasmo la sacudía de los pies a la cabeza y lo único que pudo hacer fue rodearlo con los brazos y suplicar por que él supiera qué hacer.
Ella estaba completamente perdida.
Kai hundió el rostro en el hueco del cuello de ella e intentó en vano contener los temblores que le sacudieron el cuerpo al alcanzar el orgasmo más intenso de su vida. Le lamió el pulso y apretó los dedos que tenía en los hombros de ella para que no se moviera, pero mantuvo el resto de su cuerpo completamente inmóvil.
Cuando terminó, notó que _____ le acariciaba el pelo y comprobó que sus cuerpos seguían unidos. Él seguía erecto, pero tras aquel orgasmo que habían compartido podía sentir a _____ completamente húmeda a su alrededor.
Suspiró aliviado. Por fin podía poseerla como quería.
Empezó a besarle el cuello y la oyó suspirar. Movió las caderas una vez y dejó que su miembro se deslizase por aquel pasaje que quería convertir en su hogar. _____ le clavó levemente las uñas en el hombro.
Él apretó los dientes para contener el deseo —no iba a perder el control otra vez— y deslizó una mano entre los dos en busca del sexo de ella.
Cuando lo sintió temblar tuvo que cerrar los ojos.
¡Dios! Ya volvía a estar al límite, pero esta vez iba a darle a _____ el placer que se merecía. Y le iba a demostrar que jamás encontraría a otro hombre como él.
—¿Te gusta? —le preguntó con la voz ronca.
—Sí —contestó ella.
Él siguió acariciándola lentamente y con suavidad, una suavidad que no encajaba con los movimientos fuertes y controlados de sus caderas. _____ echó la cabeza hacia atrás otra vez y Kai la retuvo por los hombros y la mantuvo prisionera bajo su cuerpo.
Apretó los glúteos y empujó con fuerza; su miembro tembló dentro del cuerpo de ella. Se retiró muy despacio, deleitándose en los temblores involuntarios de ______. Y volvió a penetrarla lentamente.
Era un tortura.
Un ritmo que terminaría por enloquecerlos a los dos.
—Kai... —gimió ella.
—¿Qué quieres, Susana? —Le lamió una gota de sudor que le resbalaba por el cuello—. ¿Qué quieres?
—Kai...
Se retiró despacio y se quedó completamente inmóvil durante unos segundos. Sus cuerpos temblaban. Los dos estaban cubiertos de sudor y apenas podían respirar. Volvió a penetrarla y los dos respiraron un poco mejor.
—Bésame, Kai —le pidió ella.
Kai se apartó para mirarla y supo que jamás olvidaría el rostro de ____ en aquel instante. Ella lo necesitaba, quizá incluso tanto como él a ella.
—______...
—Bésame, te lo su...
La besó, le mordió incluso el labio inferior de la pasión que impregnó el movimiento, y deslizó la lengua hacia el interior de su boca.
—Tú... —le dijo entre dientes al apartarse y apretando los glúteos— no... —retiró las caderas y volvió a entrar dentro de ella con más fuerza— tienes... —entrar y salir— que suplicarme nada.
Dios, iba a correrse.
Ella lo miró a los ojos y Kai comprendió que no era él el que la estaba poseyendo a ella, sino al revés. _____ le sujetó el rostro entre las manos y tiró de él con todas sus fuerzas.
Lo besó con idéntico fervor con el que Kai le había estado haciendo el amor y cuando él se estremeció y alcanzó el orgasmo, ella lo siguió.
Los dos temblaron de la cabeza a los pies y sus cuerpos se sacudieron con un orgasmo que nacía en lo más profundo de sus almas y no tenía intención de soltarlos jamás. Kai movió frenético las caderas, lejos estaba aquel amante controlado del principio, ahora solo era un hombre desesperado por perderse dentro de su mujer.
Cuando terminó, siguió besándola.
En realidad, no dejó de besarla en toda la noche.
Se quedaron en silencio un rato, acariciándose, besándose. Olvidándose de todo lo que había sucedido los últimos días. Solo importaban ellos dos y lo que sentían cuando estaban juntos.
_____ también parecía incapaz de dejar de tocarlo y Kai se empapó de esas caricias por si tenían que durarle toda la vida. Solo con pensar en eso volvió a necesitarla y ella pareció entenderlo. Estaban tumbados de lado, frente a frente, y Kai le levantó una pierna para colocarla con cuidado encima de su cintura. Sin dejar de mirarla a los ojos guió su miembro hacia el interior del cuerpo de ella. No estaba completamente erecto, pero sabía que le bastaría con sentir el calor de ____ envolviéndolo para tranquilizarse.
Ella le acarició el rostro y buscó sus labios para besarlo. Empezaron despacio.
Una caricia, un beso, y los dos fueron excitándose hasta alcanzar otro orgasmo esta vez abrazados.
Lo último que pensó Kai antes de correrse fue que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de que _____ permaneciese a su lado.

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