Tras despedirse de su agente, un hombre imponente que gritaba demasiado, Kai se fijó en la hora que era y vio que _____ estaba a punto de salir del trabajo. Él ya estaba en la calle, y uno de sus restaurantes preferidos se encontraba a escasos metros de donde estaba. Kai era cliente habitual, y una celebridad, así que aunque se presentasen sin reserva, seguro que les darían mesa. Sin dudarlo ni un segundo, sacó el móvil del bolsillo y la llamó.
—Hola, soy yo —le dijo cuando ella le contestó tras el primer timbre.
Sonrió al recordar por un instante que antes ______ dejaba que sus llamadas fuesen al contestador.
—Hola, tú, ¿sucede algo? ¿Quieres que me pare a buscar alguna cosa antes de que vaya a casa?
Kai sintió un agradable calor en el pecho al oír la palabra casa y al comprobar que ____ daba por hecho que él estaba incluido en esa definición.
—No, precisamente te llamaba para decirte que no estoy en casa. Acabo de salir de las oficinas de mi agente y he pensado que hoy podríamos cenar fuera.
—¿Ah, sí?
Ella sonaba algo insegura, pero pensó que tal vez eran imaginaciones suyas.
—Estoy a pocos metros del Paper Moon.
—No tendrán mesa, hay que reservar con meses de antelación.
—Lo sé, pero no sé si sabes que tu novio es el capitán de los Patriots.
_____ tardó unos segundos en responder y Kai se negó a creer que era porque había utilizado la palabra «novio». A él, personalmente, le parecía un término demasiado infantil para definir la relación que tenía con
_______, le gustaba mucho más la palabra marido o pareja, pero la había elegido porque no quería presionarla.
Y porque tenía miedo de que ella lo negase.
—De acuerdo —accedió ella sin hacer ninguna mención a lo otro—. Nos vemos allí dentro de media hora.
—Allí estaré.
Colgó antes de caer en la tentación de añadir un «te quiero» o cualquier otra frase que pudiese espantarla. Kai se guardó el móvil y le dio rabia sentirse tan inseguro. Él quería ser comprensivo, pero al mismo tiempo no podía quitarse de encima la sensación de que mientras él se había entregado por completo, ella seguía manteniendo algo de distancia. «Son imaginaciones tuyas —se dijo—. Hace demasiadas semanas que duermes poco y te estás volviendo paranoico. ______ está contigo, así que relájate». Sacudió la cabeza y caminó con paso decidido hacia el restaurante.
Llegó al Paper Moon y el propietario salió a saludarlo. Tras una breve conversación de cortesía el hombre le aseguró que tendría una mesa lista en cuestión de minutos y lo invitó a tomarse una copa en la barra mientras esperaba. Kai aceptó la invitación y se sentó en un taburete para esperar a _____. Pidió un whisky, una especie de guiño a esa noche semanas atrás cuando vio la con aquel vestido que dejaba la espalda al aire, y lo bebió despacio.
—Hombre, Mac, no esperaba verte aquí —lo saludó Quin efusivo
cogiéndolo por sorpresa—. Hace semanas que no sé nada de ti.
El compañero de equipo de Kai le dio un abrazo.
—He estado ocupado —contestó Kai—. ¿Y, tú? ¿No te ibas de viaje con Patricia?
—Sí, volvimos hace unos días. —En aquel preciso instante apareció la esposa de Quin—. Patricia, cariño, Mac está aquí.
—Hola, Mac —le dio un beso en la mejilla—, ¿has venido a cenar solo?
—No, estoy esperando a...
—Mira quién está aquí —la frase de Quin impidió que Kai terminase lo que iba a decir—, qué casualidad encontrarte aquí, _____. —Quin se acercó a _____ que acababa de cruzar la puerta de la entrada y añadió—: Me enteré de lo de D.O. No sabes cuánto lo siento.
Kai se puso en pie decidido a dejar las cosas claras, pero las siguientes palabras de ______ lo dejaron sin habla.
—No te preocupes, Quin. Me alegro de volver a verte, y a ti también MacMurray.
¿Lo estaba saludando como si las cosas no hubiesen cambiado entre ellos? ¿Por qué? Tragó saliva y asintió.
—¿Estás bien, _____? —le preguntó Patricia mirándola a la cara—. Estás un poco pálida.
—Sí, solo estoy cansada.
—¿Has quedado aquí con alguien? —Patricia siguió hablando con ella.
—No, os he visto pasar y he entrado a saludaros.
Kai iba a ponerse a gritar en cualquier momento y la miró a los ojos para advertírselo. Él había accedido a no contárselo a D.O hasta que este volviese de París, pero no a convertir su relación en un sucio secreto.
Y así era como se sentía ahora, como si lo que estaban haciendo estuviera mal. Y no pudo soportarlo.
—¿Y tú, Mac, estás esperando a alguien?
—Eso creía —dijo entre dientes—, pero al parecer me he equivocado — añadió sin dejar de mirar a ______.
—¿Por qué no os quedáis a cenar con nosotros? —los invitó Patricia.
—No, yo...
—Vamos, _____, tengo ganas de hablar contigo —insistió Patricia—, y seguro que Mac y Quin sabrán distraerse hablando del equipo.
—¿Qué me dices, Mac, te quedas?
Él esperó a que ______ dijese algo. ¿De verdad iba a fingir que no eran nada?
—No sé, Patricia, no quiero molestar. Y la verdad es que estoy cansada.
Sí, iba a seguir fingiendo. Kai dudaba entre largarse de allí en aquel preciso instante o ponerse a beber como un cosaco.
—Tú no molestas, cielo —le dijo Quin—, y la verdad es que me gustaría hablar con Mac. Quedaos a cenar, vamos, no os hagáis de rogar.
—De acuerdo —accedió ______.
—Por mí perfecto —dijo Kai dejando la copa en la barra después de vaciarla.�(��b
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Las Reglas del Juego
Hayran Kurgu*ANTES QUE NADA* Esta historia NO ES MIA! debi pedir permiso a la autora pero la verdad es que lo lei en otros fics y ya ni se de quien es ;-; si la verdadera autora lo lee, que me mande un mensaje y quiere que lo siga subiendo o que lo borre defini...