Capítulo 15 (1/2)

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Decimoquinta regla del fútbol americano:

Safety: Se produce cuando la defensa logra derribar al jugador atacante que está en posesión del balón dentro de su propia zona de anotación

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Quin colocó una mano en la cintura de su esposa para acompañarla hasta la mesa. Kai tuvo que cerrar los dedos para no hacer lo mismo con ____, aunque a juzgar por como ella aceleró el paso para esquivarlo, habría tenido que hacerle un placaje como si estuviesen en el campo.
Kai estaba estupefacto, dolido, confuso y muy enfadado.
Sí, ella le había dicho que a D.O no quería decírselo por teléfono y él había accedido (a regañadientes), pero Kai le había dejado claro que no quería ser ningún secreto.
Él quería proclamar a los cuatro vientos que estaban juntos.
Y no entendía que ella no quisiera lo mismo. Peor, le aterrorizaba pensar en los motivos que podían justificar dicho comportamiento.
¿Acaso _____ quería volver con D.O?
—Esta es su mesa —les dijo un camarero a los cuatro separando primero una silla para Patricia y después una para ____.
Las dos mujeres quedaron sentadas de lado, frente a sus respectivas parejas.
«¿Pareja? ¡Ja!»
Pasaron unos minutos leyendo la carta y Kai oyó a Quin y Patricia comentar algunos platos. A él le latía tan fuerte el corazón que no tardaría en salirle por las orejas.
Pidieron la cena y el vino. Kai tenía los ojos fijos en _____ y podía ver que ella estaba nerviosa, le latía el pulso del cuello y con una mano apretaba la servilleta. Era ella la que los había metido en esa situación, pensó furioso, y ella era la única que podía sacarlos de allí.
—Me alegro mucho de verte tan bien, _____ —le dijo Patricia.
—Gracias —contestó ella escueta.
—Dime, ¿este brillo que tienes es mérito de Parker? Una prima mía os vio en la ópera —explicó Patricia—, creo que incluso os detuvisteis a charlar con ella y con su marido. Bob estudió en la universidad con Parker.
_____ miró instintivamente a Kai antes de contestar. Él estaba apretando la mandíbula tan fuerte que se le iba a romper un diente como siguiera. Como dijera que Parker era el responsable de la felicidad que él había puesto en su rostro, seguro que no podría seguir conteniéndose.
—No, Parker y yo solo somos amigos.
—¿Solo amigos? —la otra mujer no la creyó—. Mi prima me dijo que hacíais muy buena pareja, y sé de buena tinta que Parker está interesado en ti. Y ahora que no estás comprometida...
El ruido de la silla de Kai arrastrándose por el suelo las interrumpió.
—Disculpadme —dijo él levantándose—, acabo de acordarme de que tengo que hacer una llamada.
—¿Estás bien, Mac? —le preguntó Quin.
—Perfectamente.
Se alejó de la mesa y se dirigió a la barra donde antes había estado esperando a ______. ¿Cuánto le había durado la felicidad? ¿Diez minutos?
Se sentó en un taburete que eligió tras asegurarse de que ni Quin ni su esposa podían verlo desde la mesa y pidió otro whisky.
Allí estaba otra vez, esperando a _____. Aunque la escena de ahora no se parecía en nada a la anterior. ¿Qué habría pasado si hubiese elegido otro restaurante? ¿O si Quin y Patricia hubiesen llegado media hora antes, o media hora más tarde?
Cogió el vaso y bebió un poco.
Tenía que dejar de hacerse eso. Su relación con _____ no podía depender de tantos condicionantes. Él necesitaba que fuese sólida, era lo que se merecían sus sentimientos.
—Kai.
Oyó su nombre y no se giró. Sabía que ella estaba detrás de él. No había dudado un segundo de que _____ iría tras él, ¿para pedirle perdón?, ¿para exigirle que siguiera en silencio? No sabía para qué.
_____ no dijo nada y Kai no pudo soportar el silencio.
—¿Por qué, ______?
—Eres el mejor amigo de D.O.
Él sacudió la cabeza y ella lo interpretó como que esa explicación no le satisfacía.
—Es demasiado pronto.
Otra excusa y otro movimiento de cabeza.
—Dime una cosa, _____ —empezó él sin apartar la mirada de la copa —, ¿cómo te habrías sentido si yo hubiese asistido a la ópera con otra mujer, o si Quin me hubiese felicitado delante de ti por mi última conquista?
Ella se quedó en silencio y Kai se giró despacio hasta mirarla.
—Esta mañana he estado dentro de ti, _____. Te he hecho el amor y tú me has besado. Y ahora has sido capaz de negar que existo. Has sido capaz de tenerme delante y no tocarme. Has dejado que Patricia, una mujer por la que los dos sentimos cariño, piense que estás disponible y más que dispuesta a seguir viéndote con ese tal Parker. Quiero saber por qué. Me merezco saber por qué.
—La prensa todavía me pregunta por D.O y hay gente que todavía me mira con cara de lástima. No dicen nada, pero sé que piensan que soy una pobre chica a la que un guapísimo, rico e inalcanzable jugador de fútbol ha dejado plantada en el altar.
—Tú no eres una pobre chica, _____, y lo sabes. Lamento que la prensa siga molestándote, pero no entiendo qué tiene eso que ver con nosotros.
—Si saben que estamos juntos, me convertiré en el hazmerreír de la cadena cuando me dejes.
—Cuando te deje —repitió Kai notando que se le abría una grieta en el corazón. A pesar de que se había disculpado con él por haberlo prejuzgado y de que le había hecho el amor con desesperación, _____ jamás lo había visto de verdad. Si lo hubiera mirado a los ojos una sola vez, se habría dado cuenta de que era imposible que él la dejara.
—Sí —siguió ella ajena al dolor que a él lo derribaba por dentro—. No quiero ser la chica que se ha acostado con los dos jugadores estrella de los Patriots. Mi carrera profesional jamás se recuperaría.
«Su carrera profesional.»
—Podrías ser la chica que salió con uno de los jugadores de los Patriots y se casó con otro —sugirió Kai mirándola a los ojos—. O podrías dejarme tú a mí, tal como estás haciendo ahora.
______ abrió los suyos y se le escapó el aliento antes de contestar.
—No digas tonterías. Tú no quieres casarte conmigo.
Kai no se lo había planteado hasta ese momento, cierto, pero que ella lo negase con tanta rotundidad le revolvió el estómago. Ahora el comportamiento de _____ tenía mucho más sentido; su reticencia a contarle a D.O que estaba con él, todas esas noches que no quería salir de casa —de su apartamento—, los fines de semana que se habían pasado encerrados en la cabaña.
_____ estaba teniendo una aventura con él. Estaba cometiendo la típica locura que comete alguien cuando se divorcia, o cuando lo abandonan semanas antes de casarse. Para ella eso eran unas vacaciones de su vida.
Y él, el muy idiota, se había enamorado.
Para él eso, ella, era su vida.
Kai volvió a girarse y cogió de nuevo el vaso de whisky. Miró el líquido ambarino y respiró despacio. Tarde o temprano el dolor terminaría por desaparecer. Ella en ningún momento le había dicho que quisiera dejarlo, pero necesitaba estar seguro.
—¿Qué quieres de mí, _____?
—¿No podemos seguir como hasta ahora?
Una parte de él quiso decir que sí. Podía conformarse con eso y seguro que si se acostaba con ella cada noche terminaría por convencerla de que les diese una oportunidad. No, no tardarían en discutir. En unas semanas iba a celebrarse la cena de presentación del equipo para la nueva temporada y él iba a pedirle que lo acompañase. Ahora sabía que ella le habría dicho que no. Discutirían y _____ volvería a odiarlo. A fingir que no existía.
—No —dijo casi para sí mismo—, no podemos.
Vació la copa y se puso en pie. Dejó un billete de cincuenta dólares junto al vaso y se permitió mirar a ____ por última vez.
—Diles a Quin y a Patricia que me ha surgido un imprevisto. Tú quédate a cenar, por favor. Yo mientras iré a tu apartamento a recoger mis cosas.
—Kai, yo... —balbuceó—. No lo entiendo.
—Ya lo sé —afirmó él acercándose a ella para darle un beso en la mejilla—. Dejaré la llave dentro.
Se atragantó con la última frase. En ese momento le resultaba muy doloroso pensar que unos días atrás ____ le había dado una llave de su casa. Y, sin embargo, esa noche había sido incapaz de cogerle la mano delante de Quin y de su mujer.
Salió del restaurante sin mirar atrás.

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