Décima regla del fútbol americano:
El objetivo del equipo defensivo consiste en impedir que el equipo rival avance hacia la zona de anotación derribando al suelo al jugador atacante que tiene el balón o impidiendo o desviando el pase al que va a recibirlo.
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_______ salió de la casa de Kai y entró en el taxi que la había llevado hasta allí. A pesar de la locura que acababa de cometer, al menos había tenido el tino de pedirle al conductor que la esperase. Cuando bajó de su apartamento con la caja vacía de bombones su intención era ir a ver a MacMurray (no Kai) para decirle que no hacía falta que fingiese que se preocupaba por ella y que no quería volver a verlo nunca más. Durante el trayecto, también se dijo que así le demostraría a Pamela, y a sí misma, que eso de que se sentía atraída por él era una completa y absoluta estupidez.
Pero entonces llegó a su destino y MacMurray le abrió la puerta en pijama y despeinado.
Y de repente solo podía pensar en lo guapo que estaba. En la cantidad de veces que lo había visto colgado de una súper modelo sin dos dedos de frente. Y en que él la había llamado frígida y fría demasiadas veces. La mente de ______, sin duda inundada de tequila, empezó a preguntarse cosas tan absurdas como qué sabor tendría su piel o si sus piernas serían tan fuertes como aparentaba. Y lo había llamado Kai. ¿De dónde diablos había salido eso? «No le eches la culpa al tequila. Estabas prácticamente sobria y lo sabes.»
De acuerdo.
En su defensa, lo que sí podía decir era que los besos de Kai tendrían que estar prohibidos. Ella nunca antes había perdido la capacidad de razonar de esa manera. Cada vez que los labios de él la tocaban, todas sus neuronas desaparecían en combate y se convertía en una mujer desesperada por seguir sintiendo esas caricias. _____ se miró las manos y vio que estaban temblando y, sentada en la parte trasera del taxi, recordó cómo había enredado los dedos en el pelo de Kai. Juntó las rodillas para
contener también el temblor de las piernas, y entonces recordó que minutos atrás le había rodeado la cintura con ellas.
—¿Qué he hecho? —farfulló.
—¿Disculpe, señorita? No la he oído bien —dijo el conductor.
—No, nada.
El hombre asintió y siguió conduciendo, probablemente convencido de que llevaba a una lunática en el taxi.
______ miró a través de la ventana e intentó dejar la mente en blanco.
¿Qué le había pasado? Ella nunca había reaccionado así, se había comportado como si estuviese en celo. Aunque quisiera negárselo, algo que no iba a hacer, había sido ella la que había instigado el primer beso. Dios, si prácticamente le había ordenado que la besara. Y había sido ella la que había metido las manos en sus pantalones para desnudarlo. El deseo la había vuelto atrevida, mucho más que eso. Ni siquiera el tequila podía justificar lo que había sentido; la imparable necesidad de tocarlo, de sentirlo dentro de ella. Cerró los ojos y apoyó la cabeza en el asiento del taxi. No le había importado no estar en una cama, ni que él la golpease contra la puerta de madera, ni que se le arrugase el vestido, o que él le hubiese arrancado la ropa interior. Lo único que le había importado eran esos besos, esas caricias, la sangre corriéndole por las venas quemándola por dentro, el deseo de sentirse poseída allí mismo y de hacerle perder el control.
Era la primera vez que sentía todo eso.
Y lo había sentido por Kai MacMurray, un hombre al que llevaba odiando más de un año.
¿Era posible que ese odio se debiese a la fuerte atracción que evidentemente sentía hacia él? ¿De verdad se había comportado igual que una niña pequeña que se dedica a insultar al chico que de verdad le gusta? ¿Tan poco cariño sentía por D.O que apenas un mes después de romper con él se había lanzado a los brazos de su mejor amigo? ¿Y él? ¿Qué sentía él al respecto de todo eso? ____ tenía muy poca experiencia con los hombres, menos de la que creía a juzgar por lo que había pasado esa noche. ¿Kai besaba así a todas las mujeres con las que estaba? ¿A todas les susurraba y las tocaba como a ella? Cerró los puños y se dijo que no tenía ningún derecho a sentirse celosa del pasado, presente o futuro de Kai MacMurray. Ellos dos no eran nada.
O eran algo demasiado complicado que ahora no se veía capaz de definir.
_____ nunca había experimentado tanto placer sexual con nadie, pero por lo que ella sabía, quizá él sí. Quizá para Kai ese tipo de situaciones eran de lo más normal. Clavó las uñas en el asiento de cuero negro del taxi.
No, era imposible que él besara así a las demás. Ella no se había imaginado los temblores que lo habían sacudido, ni tampoco el gemido gutural que se había escapado de sus labios al terminar.
Ni el modo en que la había mirado antes de que ella saliera corriendo.
Daba igual, se dijo, jamás volvería verlo. «¿Por qué no?», le susurraron las hormonas de su cuerpo. No volvería a verlo porque no quería que él se riese de ella y porque no quería plantearse demasiado en serio la posibilidad de haberse pasado el último año de su vida enamorada (sin saberlo) del mejor amigo de su prometido. Era ridículo.
Además, incluso en el improbable caso de que sintiese algo por ella, aunque solo fuese curiosidad, ella jamás podría confiar en un hombre como él.
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Las Reglas del Juego
Fanfic*ANTES QUE NADA* Esta historia NO ES MIA! debi pedir permiso a la autora pero la verdad es que lo lei en otros fics y ya ni se de quien es ;-; si la verdadera autora lo lee, que me mande un mensaje y quiere que lo siga subiendo o que lo borre defini...