—Quiero que todo tu equipo médico este presente aquí en este momento ¡ahora! —Pep dio la orden desde en los campos de entrenamiento.
A los minutos de que el grito retumbara por las diferentes canchas del Säbener Straße, un grupo de personas vestidos de blanco y rojo llegaron al lugar. El grupo fue apartado de los jugadores quienes habían bajado el ritmo del entrenamiento por estar poniéndole atención a los médicos del lugar.
—Por los diferentes hechos que se han presenciado en estos últimos meses sobre el no progreso de mis jugadores con sus lesiones, se ha llegado a un acuerdo con las altas directivas del club —informo Pep mirando cada una de las personas presentes.
—Señor Guardiola... —quiso interrumpir el director médico pero él no lo permitió.
—Quiero que todos a excepción de Alana Wiesse, Elene Schopenhauer y de los nuevos practicantes; den un paso hacia el frente —Manuel soltó un balón al ver que Alana no se había movido de su lugar y mantenía con la cabeza gacha—. Aquellas personas que dieron el paso hacia el frente quiero que vayan por sus cosas y empaquen, todos están despedidos incluyéndolo a usted director médico.
Alana soltó el aire de sus pulmones y un jadeo mientras las lágrimas cayeron. Sintió un pedazo de su mundo caerse pues todas las personas despedidas son con las que había pasado las mejores etapas, las que conocía de casi toda su vida laboral, las que la habían acompañado en todo momento. Sentía en su corazón ahora un vacío más inmenso. Tocaron su hombro mientras aun no quería asimilar el hecho, levanto su rostro y se encontró con los ojos tristes del médico que lo consideraba como un padre.
—Dime que es una broma —murmuro mientras hacía pucheros. El medico solo le brindo una media sonrisa y negó con la cabeza. Alana de nuevo jadeo y lo abrazo permitiéndose poder lamentarse.
Las escenas de las diferentes personas llorando o saliendo con rabia del campo tenían en alerta a los diferentes futbolistas, todos se había quedado en sus puestos como estatuas empezando a sacar por si solos conclusiones en sus mentes. Alaba reacciono y se llevó las manos a la cabeza mientras que a su lado Rode no mostraba ninguna expresión. En un momento ambos se miraron y como si hablaron con las miradas soltaron solo una palabra "scheisse".
—Te quisieron dar otra oportunidad pequeña, no estés triste —susurro el doctor mientras quitaba las lágrimas del rostro de Alana con sus pulgares.
—Quiero irme con todos ustedes, ya no pertenezco aquí si se van —balbuceo—, por favor lléveme con ustedes, quiero irme de este club —puso su cabeza en el hombro mientras seguía llorando.
Manuel se sentía aturdido, sentía sus pies estar ancados en el suelos, sus labios estaba secos, su corazón estaba latiendo con fuerza y su respiración empezó a ser entre cortada. Busco palabras para preguntar algo a alguno de sus compañeros pero no le salieron las palabras. Su corazón se estaba deteriorando cada segundo que pasaba viendo llorar de esa manera a la mujer que él aun amaba y seguiría amando.
—Manuel ¿qué es lo que está pasando? —pregunto aturdido Alaba.
Alana se separó y al igual que el director, se brindaron una sonrisa floja. Él camino hacia las demás personas que estaban aturdidos por la noticia y empezó a hablar con ellos. La mujer tomo aire, limpio sus lágrimas y respiro profundo. Levanto la mirada y sus ojos se toparon con los preocupados de Manuel, le brindo una sonrisa floja de sus labios amargos por las lágrimas y se detuvo. Manuel parpadeo rápidamente y empezó a caminar hacia Alana.
Todo pasó tan rápido que la sensación del calor de sus cuerpos juntos no los dejó ni hablar. Alana agarró con fuerza la parte de atrás del cuello de Manuel mientras que sus piernas se enrollaron a su cuerpo y él la abrazaba de la cadera fuertemente. Ambos cerraron sus ojos y suspiraron más de una vez, sintieron sus mundos detenerse y para ellos solo existían las sensaciones que aquel abrazo empezaba a causar.
Sus brazos empezaron a ceder y se separaron. Alana mirándolo a los ojos, coloco su mano sobre la mejilla de Manuel y él la tomo con suavidad adorando la sensación.
—Manuel —los interrumpieron y se separaron aún más— ¡No me despidieron! —grito Daniela y saltó hacia él para abrazarlo. El guardameta la recibió en sus brazos con confusión y se acomodó mientras veía como Alana presenciaba la escena, el único gesto que hizo su rostro fue en el momento en que Daniela empezó a besar sus labios con alegría.
Levanto las cejas, abrió un poco la boca y miro hacia el frente donde venían sus dos amigos, Alaba y Rode. Distrayéndola, se abrazaron y empezaron a darle frases de aliento y a tratar de darle ánimos. Sin importarles la hora, los tres se fueron del lugar para uno más tranquilo tratar de pasar lo que restaba del día fuera del drama.
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HEART LIKE STONE / manuel neuer
SonstigesTodo a mi alrededor es de plata y oro, pero mi corazón nunca se cura. Mi corazón sólo se siente como una piedra. ©LiebeReus