36: un caso perdido

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—¿Quieres hablar? —preguntó Rode cuando vio a Alana tirarse en el sillón de su casa.

—Ya se le pasará a Manuel —cerró sus párpados descansando un poco.

—No hablo de Neuer —metió las manos en los bolsillos y caminó lentamente donde ella—, hablo de nosotros —Alana abrió los ojos y frunció el ceño—. Sabes a lo que me refiero.

—Lo sé —suspiro—, solo que no tengo nada que decir.

—Alana desde un comienzo yo he sido claro contigo, o eso creo. Vengo de una de las peores situaciones de mi vida, encontrarte a ti ha sido lo único que me mantiene fuerte en esos momentos. Amo esta amistad, me aferro a ella con gran entusiasmo y cariño pero tampoco me pondré en el camino de tú y Manuel.

—¿Cual camino? ¿De qué hablas?

—Sabes muy bien que si quieres recuperar tu relación con Manuel tendrás que alejarte de mí.

—No, no lo haré —bufó—, no terminaré una amistad por algo que ya pasó.

—Alana no me mientas por favor ¿tú sigues enamorada de Manuel? —Alana se quedó en silencio mirando hacia la nada— Por favor respóndeme, necesito saber si sigo arriesgando.

La mujer lo miro y se levantó del sillón, tomo sus cosas y se acercó al rubio. —Soy un caso perdido Sebastian.

Rode se quedó mirando los ojos de la mujer y luego paso a sus labios, Alana se dio cuenta de la tensión en el lugar y quiso salir de la casa pero la mano del jugador sosteniendo su brazo la detenía. La fisioterapeuta no alcanzo a reaccionar cuando ya tenía los labios del hombre sobre los suyos. Se dejó llevar por un momento pero luego el sentimiento de culpa la hizo apartar, miro a Sebastian quien mantenía la mirada en el suelo y ella le levanto el rostro.

El silencio de la habitación y la mirada sin expresión de Alana le dejo claro la situación a él. La mujer dio la vuelta y salió sin decir nada.

En el camino al trabajo Alana pensaba sobre lo que había ocurrido ayer, sus pensamientos en la noche no la había dejado dormir dejando que sus ojeras se expandieran más. Al llegar al estacionamiento vio el automóvil de Rode, su corazón se aceleró y decidió estacionarse en un lugar más apartado. Salió de su auto y puso su bata, cuando estaba entrando a la Säbener Straße apareció Rode asustando a la mujer.

—Hagamos como si no hubiese pasado nada —dijo Alana caminando hacia su lugar de trabajo.

—Eso pensé que ibas a decir y estoy tratando de actuar normal solo que esto me está matando ¿por qué no me contestas la pregunta y ya? Dejare que todo esto pasé —se detuvo.

—¿Quieres saber si sigo enamorada de Manuel? ¿Eso quieres saber? —exclamó— Sí, todavía estoy enamorada de él, lo amo y siento que lo voy a amar por toda mi vida.

Sebastian sonrió nostálgico, acepto con la cabeza y se retiró del lugar. Alana suspiro, restregó sus ojos con sus palmas y se dio la vuelta. Se detuvo cuando vio a Daniela y a Manuel a unos metros de ella, ambos la miraban. Daniela estaba seria y Manuel no tenía expresión en su rostro, el corazón de Alana latía rápido y se repetía una y otra vez en su mente "ojala no hayan escuchado la conversación". La nueva pareja de Neuer camino hacia ella y le entrego una carta.

—Hoy llegaron los resultados de las pruebas, me dijeron que te las pasara —Alana la tomo.

Un silencio incómodo apareció. Los tres personajes se quedaron quietos sin saber que decir, todos evitaban sus miradas. —Gracias —dijo Alana cortando el silencio, no los miro y siguió su camino para trabajar.

Después de supervisar el personal, Alana tomó el papel que le habían entregado en la mañana y se dirigió al vestuario de los jugadores donde estaba vacío. Sintió sus manos sudar y temblar, respiro y sin pensarlo destapó el papel.

—¡Alana! Es una urgencia —una mujer entró apurada al lugar.

Alana se levantó con rapidez y metió el papel a su bolsillo, corrió hacia la emergencia y vio desde lo lejos cómo llevaban a Bastian en una camilla a urgencias.

—Solo necesito a 4 personas aquí, los demás afuera —ordenó mientras ayudaba a pasarlo de camilla—. Bastian me vas a decir exactamente donde te duele —dijo con calma.

—En la rodilla —hizo una mueca de dolor.

Alana tomo la pierna del jugador y trato de levantarla pero el grito de Bastian hizo que se detuviera.

—Démosle algo para el dolor.

—¡Qué le pasó a mi jugador! —Guardiola entró enojado a la habitación.

—Le voy a pedir que se retire por favor.

—¡Se lesiona uno de mis mejores jugadores y usted me pide que me retire! Wiesse necesito unas explicaciones para este festín de lesiones ya mismo —le gritó.

—Estoy con un paciente, necesito que se retire.

—Hablaré con la junta de esto, les diré que te despidan —se fue.

Alana negó con la cabeza mientras atendía el dolor de Bastian. Después de unos minutos les dio órdenes a los demás médico para que atendieran al jugador y se lo llevaran a la clínica más cercana.

Alana recogió el material que se usó y lo boto a la basura. Tomó un respiro y se sentó en la camilla para luego tomar la hoja de papel de su bolsillo. La saco del sobre y leyó brevemente lo que decía al comienzo y luego empezó a notar los números. Sus piernas temblaban, sentía que el aire le faltaba y estaba mareada.

—¿Dónde está Bastian?—dijo alguien entrando a la habitación.

—Fui el puntaje más alto —susurró.

—¿Se lo llevaron? —dijo Manuel con el ceño fruncido sin entender lo que había dicho.

—Fui el puntaje más alto —lo miro—. Manuel fui el puntaje más alto en toda Alemania —sonrió sin creerlo. 

HEART LIKE STONE / manuel neuerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora