Carcajeo viendo su teléfono por última vez antes de entrar al departamento de salud en donde se sorprendió al ver a todos emocionados y sonrientes.
—Tenemos nuevos uniformes —informo Elene a su lado con una sonrisa y luego se fue a mostrárselo a los demás.
—Irónico ¿no crees?
—El hecho de que cambiemos de uniforme —pregunto.
—Justo en el momento que nos van a despedir a todos, es como un vean disfruten mientras les dure porque eso lo van a usar otros.
—Es inicio de temporada, no lo veo tan así.
—En el corte de temporada lo vas a ver así Alana —Daniela torció la boca antes de irse por el pasillo.
El hecho de que a todos los fueran a despedir en algún momento lo había dejado atrás por este tiempo pues se dio cuenta que estaba preocupándose por "cosas mínimas", ella era una de las mejores en el país y las cartas de trabajo que le llegaban eran diarias. Quería disfrutar por lo menos esos últimos meses que iba a estar con sus amigos y en el equipo pues ya había tomado una decisión en su vida siendo egoísta a la extraña y bonita "relación" que tenía con Manuel.
Había iniciado un día agradable y quería seguir así sin prestarle tanta atención al comentario de la practicante.
Hizo un gesto satisfactorio al mirarse al espejo, el nuevo uniforme no estaba tan mal, los colores le sentaban y una sonrisa de verdad (las cuales no había tenido desde hace mucho tiempo) salió de su rostro al ver al hombre mirándola desde la puerta.
—Te queda muy bien el rojo —dijo con una sonrisa.
—¿Acaso no me quedaba bien el blanco? —pregunto acercándose a él con una sonrisa pícara.
—Te quedaba muy suelta esa bata Alana —la tomo de la parte baja de su espalda para acércala con la misma sonrisa y posar su frente en la de ella.
—Y a ti el color azul, resalta el color de tus ojos —susurro mientras acariciaba sus mejillas y trataban de tener su mirada en la de Manuel—. Maravillosos —sonrió contemplando sus luceros.
Manuel se sonrojo de inmediato y soltó el cuerpo de la mujer para colocar sus grandes manos en su rostro y tapar sus ojos con vergüenza.
—Quería verte y también avisarte que esperan a todos en el campo para tomar las fotos.
Alana sonrió aceptando con su cabeza y salió de la habitación con Manuel a su lado mientras él le contaba algunas cosas que habían pasado hace un tiempo. Caminado listos para llegar al lugar, Alana visualizo por el rabillo del ojo una persona en la parte derecha sentanda en el suelo, disimulando un poco volteo a ver quién era y frunció el ceño al darse cuenta de que era Sebastian.
—Tengo que ir al baño —dijo rápidamente. Manuel arrugo la boca y siguió caminando para la salida.
Camino despacio hacia él y se sentó junto a él.
—Estoy bien —fue lo primero que dijo al mirarla a los ojos.
—¿Por qué no estas con los otros?
—No llego mi uniforme, tengo que esperar —miro el suelo mientras jugaba con sus propias manos.
—¿Quieres estar solo?
—No.
—Entonces vamos, comparte —tomo su hombro—, tenemos que aprovechar de este día muchas bromas se van a hacer hoy Sebastian.
Rode se quedó mirando por un momento a Alana, como si en la mirada le dijese todo lo que pensaba y no se atrevía a pronunciar por miedo a algo. Le sonrió antes de acariciar su mejilla suavemente para luego dar un beso en su mejilla.
Alana se sonrojo sintiéndose nerviosa y mordió su labio inferior. Ambos en silencio caminaron donde estaban todos y se separaron cuando llamaron a la mujer.
—Todos están aquí —pregunto el director médico, la mujer visualizo a todos pero no vio a Elene.
—Falta la nueva —se fue acomodando en el puesto.
—Oh no, ella no va a estar en esta foto —ella frunció el ceño al director que solo le brindo una mueca y un suspiro pesado.
—Le van a tomar fotos a los despedidos, a nosotros —reclamo en un susurro cuando el director llego.
—Solo trata de disfrutar este último momento con todos —le miro y luego sonrió para la foto.
Tomo aire para calmarse y tener una sonrisa para este día que al parecer iba a ser bastante divertido y largo.
Este era uno de los días más divertidos desde que había llegado hace cuatro años, siempre hacían bromas, capturaban los momentos de risas y el ambiente era de mucha alegría dentro del trabajo. Era fantástico tener días así dentro de este y con todas las personas que trabajaban para el club bávaro.
Sonreía mientras veía a cada uno de los del equipo hacer muecas y no quedarse quietos para las fotos individuales, y hasta a veces hacia comentarios que los hacían reír a todos y seguir molestando.
Se asustó cuando fuertemente tomaron de su cintura y la pegaron hacia un cuerpo abrazándola por completo y llenando su rostro de besos.
—Quiero tomarme una foto contigo —susurro en su oído alejándola de los demás.
—Creo que los fotógrafos ya tienen varias —señalo riendo.
—Luego las buscare y enmarcare en mi casa —río mientras sacaba su teléfono—, sonríe Alana —murmuro sobre su cuello haciéndola estremecer.
Manuel capturo uno de los momentos más felices de su vida, una foto junto a la mujer que ahora lo tenía delirando, haciéndolo cada vez más y más feliz, esperando que esa felicidad nunca se acabara; y como la foto, se quedara para siempre.
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HEART LIKE STONE / manuel neuer
RandomTodo a mi alrededor es de plata y oro, pero mi corazón nunca se cura. Mi corazón sólo se siente como una piedra. ©LiebeReus