Segunda parte.
Alana sintió la boca seca, como su cuerpo se enfriaba y lágrimas a punto de salir, tomo aire para llenar el vacío que sintió en todo su cuerpo y cerro sus ojos dejando libremente que una lagrima cayera para tratar que de esa forma saliera el dolor. Dio un paso hacia atrás cuando vio a Manuel caminando rápido hacia donde ella.
—Mi amor —grito mientras caminaba hacia ella ya de rodillas—, perdóname —dijo con una cierta ironía.
Frunció el ceño y miro a Alaba y Sebastian, ambos suspiraron pesadamente y tomaron a la mujer para que entrara a la casa de Bastian. Desde afuera se escuchó una risa y Alaba alcanzo de ver que eran de Manuel y Thiago quienes los miraban y hablaban con sonrisas.
—Iremos por nuestras cosas para irnos ¿ok? —le tomo de la cara Rode haciendo que lo mirara a los ojos.
—No se demoren mucho por favor —susurro con amargura. El rubio dio un beso en su frente y se fue.
Después de cinco minutos ambos hombres aparecieron con los maletines en sus espaldas, Alana tomo el de ella y camino con las piernas temblorosas hacia afuera, donde seguían la mayoría de personas. La mujer tomo la delantera para enfrentarse con Manuel pero dejo sus palabras en la garganta cuando vio a Elene saliendo del sauna, se detuvo y todos la miraron.
—Nosotros ya nos vamos —informo con miedo Alana.
—Pero ya estábamos pidiendo unas hamburguesas, ya ordenamos las suyas —grito groseramente Manuel.
Alaba frunció el ceño y suavemente haló a la mujer para que se escondiera en su espalda. —Pero si hace rato les estamos diciendo que pidiéramos algo y no hacían nada, nos cansamos de esperarlos así que nos vamos.
—Ustedes siempre con esa maldita actitud de mierda que no quieren hacer nada con nosotros —volvió a gritar Manuel levantándose de la silla—. Dejen de joder la vida.
—Solo cancelen el pedido, nosotros ya nos vamos —hablo calmadamente el austriaco.
Los dos hombres y la mujer se fueron del lugar sin despedirse. El camino fue silencioso hasta llegar al restaurante, en el solo hablaba Alaba sobre cosas había visto en internet y que le llamaban mucho la atención a veces Sebastian le agregaba información con respecto a lo que hablaba y Alana comía en silencio, escuchando la conversación pero estaba en la mente profunda de los recuerdos.
—Si necesitas algo no dudes en llamarme —susurro en su oído Rode cuando la dejo en la puerta de su casa.
Lo primero que hizo Alana al cerrar la puerta de su casa no fue llorar, gritar o romper todo. Estaba en un estado de sorpresa que aún no asimilaba todo lo que pasaba, creía que todo era una broma, que Manuel en realidad no había echo alguna cosa así y que cuando les grito no fue con intensión. Quería seguir viendo a Manuel con los ojos de enamorada con los que siempre lo veía, que cada error no importaba en su ya lastimado corazón, que solo era una mentira para tratar de dañarla. No quería admitir en su mente las palabras de Bastian sobre que Manuel se había besado con Elene. No quería aceptar ese dolor en su corazón.
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HEART LIKE STONE / manuel neuer
De TodoTodo a mi alrededor es de plata y oro, pero mi corazón nunca se cura. Mi corazón sólo se siente como una piedra. ©LiebeReus