Alana suspiro y llevo sus manos a la cara. —Manu...
—Dime la verdad Alana —camino hasta ella hasta tomarla de los hombros— ¿te vas?
—No he mirado las ofertas
—No tienes que hacerlo, puedes quedarte aquí —lamió sus labios—, podemos hacer que esto funcione, hacerte sentir más cómoda, si el problema es sobre el dinero quédate en mi casa, podemos vivir como una pareja tranquila y en un futuro no sé podemos convertirnos en una familia —Manuel soltó desesperado las palabras, había soltado a la mujer para ahora caminar de lado a lado nervioso.
—Manuel —lo tomo del brazo—, sabes que esto iba a pasar siempre te lo dije incluso antes de sentir lo que siento por ti.
—¡No puede ser posible! —gritó— Me pasé cuatro años de mi vida enamorando de ti para que te vayas y me de cuenta que esto no funciona.
Alana tomo aire y se acercó a él despacio, lo tomo del rostro llamándolo y obligándolo para que la viera. Cuando se miraron soltaron un suspiro triste.—Sabes que pudo funcionar —acarició el rostro del jugador—, lo que tuvimos fue extraño pero fueron los momentos más felices que tuve aquí, te amo Manuel —sonrió.
Manuel tomo a Alana del cuello suavemente para empujarla a él y besarla, la beso suavemente haciendo parecer que el tiempo se detuviera para ambos. El contacto de sus labios les devolvió algo que habían perdido con todas esas peleas absurdas, con todas esas preguntas sin responder. Disfrutaban el roce de estos y sentir sus cuerpos temerosos del futuro. Con ternura, Manuel se separó de Alana para ahora darle besos por todo su rostro y pasar al cuello, Alana sentía cómo su piel se erizaba ante los besos mojados del hombre en su cuello y sentía como sus piernas se debilitaban poco a poco. Volvieron a unir sus labios y el jugador la levantó de las piernas, las acomodo en su cintura y camino con ella hasta una pared haciendo que los besos se intensificaran y sus manos empezaron a recorrer sus cuerpos.
Las prendas fueron cayendo mientras se dirigían a la habitación de Alana, cuando sólo faltaba una prenda se acomodaron en la cama y los besos siguieron por todos sus cuerpos. Se sentían en el paraíso, sentían como sus nervios y la adrenalina los hacía temblar sintiendo sus cuerpos desnudos, hicieron lo querían hacer desde mucho tiempo y no fue nada como lo habían pensado, era mucho mejor. Era romántico pero a la vez salvaje, ambos querían dominarse y esa pelea en la cama los excitaba más y más, cuando los dos terminaron se miraron casi incrédulos y fascinados.
—Creo que si digo algo arruinaré este momento —carcajeó Manuel.
—Más tarde lo arruinamos, por el momento solo quiero disfrutar esto —le beso.
—Yo te amo también Alana —la subió a su pecho para abrazarla.
Alana sonrió mientras acariciaba el pecho del jugador, solo pensaba en lo que había ocurrido, se sentía en paz y feliz. Había olvidado que hace unas horas estaba pensando a donde irse.
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HEART LIKE STONE / manuel neuer
RandomTodo a mi alrededor es de plata y oro, pero mi corazón nunca se cura. Mi corazón sólo se siente como una piedra. ©LiebeReus