Día 17: Parte 2.

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Nada más que salimos al exterior una ráfaga de viento me hace temblar. Esto me recuerda a aquella vez que Potter me obligó a dar un paseo con él por el lago en la madrugada. ¿En qué demonios pensé al pedirle la chaqueta? Prefiero mil veces morirme de frío a aceptar su chaqueta.

La noche está más estrellada que cualquier día normal y eso automáticamente me hace recordar una parte de un libro que leí hace poco. Niego repetidas veces con la cabeza alejando esos pensamientos, ese libro es el más cursi que jamás he leído y eso nunca llegaría a pasar con James. Repito, nunca.

Me adelanto varios pasos en dirección al lago sólo para no tener que seguir viendo la maldita pero bien formada espalda de Potter. Lo siguiente, creo que ninguno de los dos se lo esperaba. El viento sopla más fuerte, haciendo que las puntas de mi vestido se alcen hacia arriba y mostrando un poco de lo que viene siendo mi ropa interior. Lo más rápido que puedo, vuelvo a ponerlo donde estaba antes mientras que un calor abrumador me inunda. Creo que nunca antes había pasado tanta vergüenza y ahora mismo me aterra ver la cara de Potter. Es por eso, señoras y señores, que Lily Evans odia los vestidos. Lo único que puedo hacer en un momento así es huir de él y acabar con todo este rollo de baile. En mi cabeza, creo que esa es la opción más factible así que me preparo para correr. Justo cuando iba a comenzar la maratón de mi vida, alguien me agarra del brazo y tira bruscamente de mí hacía atrás. En un acto reflejo, pongo mis brazos a la altura de los codos, evitando así chocar con la otra persona.

-Prometo por el mapa del merodeador que no he visto nada.

Me detengo un momento a observar a Potter. Quiero creerle, pero sus mejillas sonrojadas hacen que cualquier atisbo de esperanza en que no me haya visto se vaya. Sin darme cuenta, me quedo más tiempo del que debo observándole. James Potter es guapo, es algo que nunca podré negar. Sus rasgos bien definidos y su pelo despeinado siempre le da un aspecto de chico malo. Sus ojos te demuestran que en realidad puede llegar a ser buena persona y sentir algo de hempatía por los demás. Muchas veces puede ser un total tonto, y otras veces la personas más inteligente de este mundo. Realmente, James Potter es una persona muy compleja.

Cuando soy consciente de los que ocurre, me doy cuenta de que estamos demasiado cerca y que eso es muy peligroso. Si seguía así, acabaría enamorándome de James. Nota mental: nada de contacto visual con el enemigo.

Ahora que lo pienso, todo esto es una simple apuesta para él. Soy una estúpida apuesta, de la que tarde o temprano se cansará. Y, si yo llegará a enamorarme de él, acabaría destrozada. Por eso, aquí y ahora, prometo levantar un muro entre los dos. No me importa que tenga que estar años construyéndolo, o la cantidad de ladrillos que tenga que usar. Debo alejarme de él lo más antes posible.

Le empujo bruscamente, haciendo que se tropiece pero no llega a caerse. Doy varios pasos hacia atrás alarmada. Entre él y yo no hay nada de química, las cosas son claras. Entre él y yo no hay nada de química, las cosas son claras. Entre él y yo no hay nada de química, las cosas son claras.

Sin esperarle, y tratando de alejarme de él lo máximo posible, corro hacia el lago y me zambullo en el agua. Cuando pasan tres segundos me arrepiento de ello. Por un simple impulso de impotencia y vergüenza acabaré cogiendo un resfriado. ¿Lo peor de todo? Que Potter ahora mismo se está quitando la ropa. ¡Espera! ¿¡Qué acabo de decir!?

-¡Por las barbas de Merlín! ¿Qué haces?

-Si Lily Evans decide tirarse a un río, yo también.

-¡Estás demente! Yo solo trato de no acercarme a ti.

-¿Ah sí? Pues ya verás?

Termina quitándose el pantalón, quedándose únicamente en calzones. Apartó la vista avergonzado a más no poder. Seguramente ahora mismo mi cara roja es lo primero que se percibe a kilómetros.

Oigo al chapoteo del agua cuando James se sumerge en esta y luego siento como mi cabello comienza a mojarse. ¡El muy maldito me está echando agua! Decido no quedarme de brazos cruzados y devolvérselo. Lo que al principio empezó siendo un intento de asustar a Potter y escapar de él, ahora se ha convertido en una infantil guerra de agua.

Cada vez tengo más frío, y no es hasta cuándo estornudo que decido que es momento de salir.

Para mí mala suerte, Potter me ha obligado a ponerme su chaqueta, ya que esta no está empapada como todo mi vestido. En cuanto a él, decidimos esperar un poco a que se secase y después volveríamos al castillo. Es cuando él acabó de vestirse, cuando una gran duda se me hizo presente.

-¿Cómo haremos para entrar? -pregunto.-Si nos ven así los profesores de seguro que acabaremos con más de un castigo.

-Me sé todos los pasadizos de Hogwarts, no hay problemas. Vamos.

Agarra mi mano sin pedir permiso y empieza a arrastrarme hacia yo no sé dónde. No estoy pendiente de a donde voy ya que no puedo dejar de pensar en que estamos dados de la mano.

Una vez que salimos del pasadizo, aún con las manos entrelazadas, intentamos tener el mayor cuidado posible para que nadie de la Sala Común nos vea, y una vez que comprobamos que está despejado, nos vamos hacia la escalera.

-Bueno, creo que esta noche finaliza aquí. -asiento antes las palabras de Potter.

-Buenas noches.

James se acerca con la intención de darme un beso en la mejilla y es ahora cuando recuerdo el muro que me había propuesto construir entre ambos. Me aparto dejándole algo confundido y subo las escaleras mientras gritó un 'Pervertido' a todo volumen.

Si después de lo que he hecho hoy, Potter no cree que soy bipolar, es que realmente el chico es tonto.

Hey, hey hey....
Otro cap! Últimamente estoy inspirada.
Espero que os haya gustado.
Votad y comentad, no a los lectores fantasmas xD.

#Adioó

30 días para enamorarme (Jily) (Editando) #MundialesQD2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora