Día 8: 'Clases con Potter.'

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-Bien, Evans. Ahora sólo desplázate lentamente hacia delante. -sigo al pie de la letra las indicaciones de Potter. Aunque me tambaleo un poco, consigo llegar hasta donde él se encuentra. - Da media vuelta y ve ahora hasta los aros. -hago lo que me dice, pero justo cuando estoy girando, vuelvo a tambalearme y estoy a punto de caer. Gracias a Potter, no vuelvo a darme de bruces con el asfalto. Me ha agarrado de la cintura para que vuelva a enderezarme y me estabilice.

-Realmente eres una torpe.

-Si hubiera sabido que ibas a insultarme en vez de ayudarme nunca hubiera aceptado estas estúpidas clases de vuelo. -digo con un notable enfado.

Potter da varias vueltas sobre si mismo y luego baja hacia el asfalto. Yo le imito sólo que ni siquiera intento lo de las vueltas.

-Creo que así nunca aprenderás. -dice cuando llego a su lado.

-Gracias por darme ánimos. -pongo los ojos en blanco.

Ayer, después de lanzarnos un par de maleficios, Potter me propuso enseñarme a volar de una vez por todas. Claramente, yo, me negué. Pero el muy pesado ha estado, hoy, durante todas la clases, insistiendo, hasta que al final logró convencerme.

-Sé que no confías en mí. Pero creo que la táctica que se me ha ocurrido podrá funcionar.

-¿Qué debo hacer? -él me tiende su escoba y yo la agarro dudosa.

-Súbete en ella, pero no empieces a volar todavía. -ordena.

-¿Por qué quieres que use tú escoba?

-Confía en mí, al menos sólo esta vez. Además, la mía es mucho más resistente y veloz.

¿Realmente puedo confiar en Potter? La respuesta es obvia, pero aún así, soy lo suficientemente idiota como para hacerle caso y montar en su escoba.

-Bien. ¿Y ahora que hago?

-Ahora te quedas quieta mientras yo me monto contigo.

-¡Estás loco! La escoba no aguantará nuestro peso. -sus ojos me miran con diversión.

-Mi escoba es de último modelo, puede soportar nuestro peso. Ahora deja de quejarte y hazme un sitio.

Sin estar completamente segura, me hecho un poco hacia adelante dejando un espacio para que Potter pudiera sentarse.

-Bien, ahora vamos a volar así. Yo te guiaré y evitare que no te caigas. Torpe. -la última palabra la suelta con burla.

Asiento y trago duro. Odio la sensación de volar. Sin embargo, soy lo suficiente testaruda como para obligarme a superar ese miedo.

-Eres terca y reacia a que este cerca de ti...pero si quieres aprender a volar tendrás que aguantarte por un día.

Potter pasa sus brazos alrededor de mi cintura y apoya su cabeza en mi hombro. Luego, coloca sus manos sobre las mías, para poder dirigir.

Parecéis una pareja así.

«Esto es sólo por volar, Lily.», me repito miles de veces para no perder los nervios y empujar a Potter lejos de mi. Su respiración me hace cosquillas en el cuello y tengo unas ganas horribles de que acabe ya esto para alejarme de él.

Hoy, al igual que ayer, el día está nublado. Por lo tanto, casi nadie está fuera del castillo, cosa que sigo agradeciendo ya que si alguien me llega a ver con James así pensaría cosas que no son y luego, correría el rumor.

-¿Preparada?

Cada vez que dice algo me estremezco. ¿Por qué demonios no se aleja un poco? ¿Acaso no entiende el concepto de espacio personal?

30 días para enamorarme (Jily) (Editando) #MundialesQD2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora