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Sentí unos suaves golpes en mi espalda. Después, alguien había puesto sus manos en mi abdomen y me sacudió, haciéndome reaccionar. Quité las sábanas de mi cuerpo, dejándolas a la mitad de éste. Estiré mis brazos, tallé mi cara con ambas manos.

Abrí los ojos con suavidad, sintiéndolos pesados. Descifré que era muy temprano. Unos segundos después, mi cerebro despertó.

Hoy es mi cumpleaños.

Miré a Freddy, a cuclillas en la orilla de mi cama. Él me veía, entusiasmado. Por la ventana entraba poca luz. Observé el despertador de la mesita de un costado. 6:10 am.

―Alan - me llamó.

Por fin, logré espabilarme. Me incorporé, sentándome en la cama, recargando mi espalda en la cabecera. Sonreí.

― ¡Feliz cumpleaños, hermano!

Fue hasta mí y me abrazó con fuerza. Dio un apretón y luego intentó acomodar un cabello. Reí.

― ¿De verdad tenías que despertarme tan temprano para felicitarme? - bromeé.

Freddy rodó los ojos con gracia.

―Puedes volver a dormir si quieres.

¿Esto es en serio?

―Sólo no despiertes tan tarde - advirtió. - Hoy estarás muy ocupado.

Fruncí el ceño. Lo miré, para que siguiera con su argumento pero él no dijo nada, sólo rió un poco y se dirigió a la puerta de mi habitación.

Raro.

―Te quiero - susurró antes de cerrar la puerta.

Me quedé un tanto perplejo. Quise acomodarme de nuevo en el colchón, pero mi celular comenzó a sonar de golpe.

El aparato marcaba el nombre de Jos mientras vibraba continuamente. Contesté.

Hola, Jos.

Mi voz estaba adormilada.

Tienes cuarenta y cinco minutos para estar listo. Te veo afuera de tu casa.

Y colgó.

Bien, esperaba una felicitación por lo menos. ¿Un hola?

Se abrió la puerta de mi recámara de nuevo, sin avisar. Era Freddy.

―Ya escuchaste - me dijo. - Cuarenta y cinco minutos. Sal de ahí ya.

―Así que tú tienes que ver con esto - planteé.

La sonrisa que mostró después, me lo confirmó.


**


―Con este, son dos cumpleaños en los que te dejo solo en casa - expresé. ― ¿Estarás bien?

Alfredo asintió con simpleza.

―En primera, somos unos adultos. No tienes que estar conmigo siempre. Y, en segunda, estaré con un amigo.

Levanté una ceja.

―Lo conocí hace unos días. - aclaró. - Te lo presentaré cuando regreses.

Moví la cabeza de arriba abajo lentamente.

Se escuchó un claxon proveniente de fuera, y Freddy me lanzó una mirada de aprobación.

abreacción. - jnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora