Capitulo 1

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Al día siguiente fui a la casa de Sam para distraerme de la tensión de mi casa.

-Hola Sam ¿Puedo pasar?- pregunte estando en la entrada de su casa.

-Claro ven, ya están las chicas aquí nada mas te estábamos esperando-dijo jalándome del brazo y llevándome a su cuarto.

-Esperándome ¿para qué?- pregunte cuando estábamos subiendo las escaleras.

Ella no contesto hasta que llegamos al cuarto, su cuarto era de color naranja, las colchas de su cama son de color café a ella siempre le han encantado esos dos colores o al menos desde que la conozco.

-Porque quiero decirte algo- dijo sentándose en la cama junto con las chicas quienes me miraban ¿Felices?

-¿Qué cosa?

-Tu cumpleaños ya va a ser y quiero hacerte una fiesta-dijo Sam, ella tenia mucho dinero.

-No, no te molestes- dije, en realidad no me gusta llamar mucho la atención pero por alguna razón siempre llamaba de más la atención.

-Oh vamos, te prometo que va a ser pequeña solo unos cuantos chicos ¿Si?

Y ella si era popular, claro no era la típica presumida de la secundaria pero si era popular y conocía a muchos chicos.

-No, ya sabes que no me gusta llamar tanto la atención.

-Andale ¿Si? Va a ser pequeña- dijeron las tres al unísono mientras yo reía al escucharlas.

Cuando acabe de reír mire a las chicas- esta bien pero pequeña y me dejaras comprar...

-Nada de jeans, ni tenis, Emi va a ser una fiesta, no una ida al cine- dijo Danna, ella mas que nadie sabe que no me gustan los vestidos.

-...el vestido que quiera y claro que no me moleste.

-Esta bien, ¿Qué te parece si hoy vamos de compras?

-No traigo dinero recuerda solo salgo con lo necesario- mis padres eran muy paranoicos con lo de el dinero y los robos así que solo me dejaban llevar máximo cien pesos.

-Yo lo pago, la fiesta incluye vestido, zapatos bueno lo que no incluye es la posibilidad de que tu escojas a tus invitados- dijo con una gran sonrisa.

-Esta bien.

Bajamos y Sam le llamo a su chofer.

Ya estando en la plaza de los vestidos, recorrimos todas y cada una de las tiendas hasta que encontré el que mas me había gustado.

-Este, este es el que quiero- dije, era un bonito vestido. Era negro con rojo y me quedaba a la perfección.

-Si, a mi también me gusta- dijo Danna.

-Si, solo que ahora ¿Qué zapatos te vas a llevar?- dijo Sam.

-No lo se ¿Y si me llevo esos zapatos negros?- dije señalando unos zapatos negros que estaban en uno de los estantes de la tienda, eran negros con una rosa negra en la parte de enfrente de buen tamaño ni muy grande ni muy pequeña- perfectos y sin tacón.

-Me parece bien pero aparte llévate otros con tacón tan siquiera para el vals- dijo Kayla.

-¿Va a haber vals? pero ¿Por qué?- replique.

-Si, si va a haber así que escoge unos zapatos- dijo Sam secundando lo que había dicho Kayla.

-Bueno entonces quiero esos- dije señalando otros bonitos zapatos de tacón que estaban en otro de los estantes.

-Señorita ¿Cuánto cuestan esos zapatos?- pregunto Sam.

-Cuestan quinientos dólares- respondió la señorita que nos atendía.

-Emi eso esta muy caro ¿En serio los quieres?- dijo Sam.

-Si, tu dijiste que debía escoger unos zapatos de tacón y yo los escogí o ¿Es acaso que no quieres que haya vals?- pregunte obviamente ganando la pequeña discusión, adoraba cuando ganaba porque solo se quedaban calladas.

-Esta bien quiero este vestido y estos zapatos- dijo Sam mientras yo me metía al probador a quitarme el vestido.

Sam pago y nos fuimos de regreso a la casa de Sam pero esta ves cuando llegamos yo les dije que debía irme ya que tenia "cosas" que hacer, la verdad no tenia nada que hacer pero quería ir a caminar a la plaza yo sola.

Cuando llegue a la plaza me senté en una de las mesas del Starbucks a tomar un café cuando me lo termine lo tire la basura y regrese a la mesa para agarrar mi mochila que siempre llevaba conmigo; era donde tenia mis dibujos, pero cuando llegue alguien ya estaba sentado en la mesa.

Era Alejandro.

-Emm... amigo esta es mi mesa- dije fingiendo que no sabia quien era.

-¡Oh! ¿Enserio? no me di cuenta- dijo sonriéndome e haciendo una seña para que me sentara, me senté.

-Pero si ahí esta mi mochila- replique.

-Tu eres amiga de Adrian ¿no?- directo al grano, definitivamente no se había sentado ahí por accidente.

-Si ¿Y?

-Curiosidad, ¿Quisieras caminar conmigo ya que ayer no me dejo preguntarte Adrian?- dijo sonriéndome, su sonrisa era hermosa.

-Y dime ¿porqué iría a caminar contigo si no te conozco?

-Yo soy Alejandro Moore y ¿Tu eres?

-Yo soy Emi... Emilia Namnum.

-Ok Emi entonces ya nos conocemos ¿Quisieras ir a caminar conmigo?

-Mmm... esta bien pero solo quince minutos- si lo se fui presa fácil pero es que es demasiado guapo como para decirle que no y además no parecía tan malo como había dicho Adrian.

El se levanto y empezamos a caminar platicamos sobre el ya que yo le dije que quería saber de el por que ¿qué tal si era un narcotraficante tratando de matarme? lo se, horrible escusa para no hablar de mi vida.

El me conto que le gusta lo extremo, las motos todo lo que tiene que ver con adrenalina también me conto que se peleaba muy seguido con los amigos de Adrian solo que no me quiso decir por que.

-Y entonces eres mecánico y tu madre los ha dejado cuando tenias nueve años- dije en forma de pregunta.

-Si, pero es mejor que tener una- dijo mirando hacia donde se acercaban Adrian y sus amigos- será mejor que me valla antes de que los señores se molesten.

-No, primero dame tu numero por si necesito transporte- mentí quería olvidarme de Adrian y Alejandro era una buena opción además no era tan malo bueno al menos conmigo no.

Le di mi celular y apunto su numero después me lo entrego y se fue.

-Emi ¿Qué hacías con el?- pregunto Adrian como si yo fuera la hija que hizo algo malo y el mi padre regañándome por lo que hice.

-¿Con quién?- finji no saber de que hablaba.

-Con Alejandro- interrumpió Bill.

-¿Te hizo algo?- dijo Adrian examinándome de pies a cabeza.

-No, nada solo hablamos y ya.

-Te dije que no te le acercaras.

-Pero tu no eres mi padre y yo puedo hacer lo que yo quiera con quien quiera- dije y me di la vuelta para irme, a veces el era muy sobreprotector y eso no me gustaba nada.

No me dejes (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora