Kè...

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Estaba dibujando en mi habitación, nada interesante, sólo unos ojos avellana que bien conocía. No me los quitaba de la cabeza, es como si se me hubiesen clavado en el cerebro. Obviamente no podía igualarlos, los reales eran más luminosos, expresaban más cosas... pasé a dibujar unos labios cualquiera, pero mi mano se movía sola, y fue tarde cuando me dí cuenta de que estaba dibujando los suyos, sus labios, con aquél característico aro en su labio inferior. ¿Qué es lo que me estaba pasando? ahora lo único que dibujo es a él, a Frank. Suspiré. "Basta Gerard, ¿qué es lo que te pasa?" me pregunté a mí mismo. Algo extraño en mí dibujar tanto a una persona que a penas conocía de unas cuantas semanas. Aunque no es extraño dibujar a uno de mis mejores amigos... ¿no?... AGH! estoy confundido. Bueno, bueno, vamos a calmarnos... no me pasa nada, está bien, no es raro que se me revuelva el estómago cada vez que le veo sonreír, o sentir un calambre cada vez que me roza la piel, o que se me acelere el pulso cada vez que le veo, o que me sonroje cuando me abraza, o que necesite sentir su tacto cada vez que estoy con él... vale, puede que sea raro... puede que me sienta un poco atraído por él... pero se me pasará, es mi amigo por dios, ¿cómo podía pensar esas cosas cursis? ¡por el amor de dios! ¡es un chico! y encima uno de mis mejores amigos. No, Gerard, mal.

Miré mi reloj, eran las 16:30, teníamos que estar en el instituto a las 17:00. Suspiré y decidí ir a despertar a mi hermano, quien se había quedado dormido en cuanto había tocado el cojín del sofá.


-Mikes... despierta.- le moví un poco.- Mikey.- le agité un poco más fuerte. Él se removió un poco, pero no se despertó.- Michael...- le dí toquecitos en el hombro. No despertaba. Se nos hacía tarde así que... en situaciones desesperadas, medidas desesperadas...- ¡MICHAEL, LEVANTA CACHO DE VAGO!- Mikey abrió los ojos y se cayó al suelo.


-G-GERARD!- gritó un poco aturdido. Yo me partía el culo de risa.


-es que no te despertabas ni a tiros...- le dije entre risas.- llegaremos tarde si no te das prisa.- me miró mal mientras se levantaba e iba hacia el perchero de la entrada y cogía su abrigo. 


-pues andando.- giré los ojos y me encaminé a la entrada, donde se encontraba ya Mikey. Cogí mi abrigo, las llaves y la bufanda, y salimos en dirección al instituto.


En el camino Mikey estaba todavía adormilado, así que no hubo conversación. 


Al llegar a la entrada del edificio, buscamos a los chicos entre la multitud. Cuando los divisamos, corrimos a unirnos a ellos.


-¡Hey Gee!- gritó Frank, para después abrazarme. Me sonrojé y le devolví el abrazo. "sólo es un amigo, sólo es un amigo, sólo es un amigo, sólo es un amigo, sólo es un amigo..." me repetía una y otra vez. "sí, pero un amigo muy guapo" me dijo mi subconsciente. "no, no, no, basta, es mi amigo... sólo mi amigo" discutía conmigo mismo. "sólo un amigo... ya claro, como si te pudieras mentir a mismo" Me separé del abrazo, y lo miré sonriente, como si no tuviera una pelea interior.


-¿y para Patrick no hay abrazo?- preguntó el mismo Patrick, haciendo un puchero con los labios. A todos les pareció tan tierno...


-bah... te abrazo yo...- dijo Pete, abrazando a mi rubio amigo por la espalda, haciéndolo sonrojar violentamente.- eres como un osito de peluche. ¿verdad chicos?- todos rieron y asintieron. Es la verdad, Patrick es muy tierno...


-idiotas, yo no soy tierno, yo soy sexy...- dijo Pat sacando la lengua. Pete rió.


-claro que sí.- dijo, y le dio un corto beso en la mejilla, (el cual pilló desprevenido a Patrick) y se separó del abrazo, dejando a un Patrick confundido y jodidamente sonrojado.


Café, libros e invierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora