Café, libros e invierno.

They wanted darkness.

"You said you want my pain? And i gave you pain"

[Narrador Omnisciente]

Frank estaba sentado en el sofá de casa de Bob, junto a Mikey, ambos sumidos en un silencio incómodo que ninguno tenía intención de romper.

En cuanto escucharon el sonido de la puerta principal siendo abiertas, los dos chicos se levantaron a la vez para correr hacia allí.

–hola.– saludó el rubio dejando las cosas de Frank en el suelo y respirando tranquilo.

–¡Bobbu!– gritó Mikey lanzándose a abrazar a Bob, quien lo recibió con los brazos abiertos.

–genial, mis cosas...– murmuró Frank con una sonrisa al ver a su amada guitarra.

–sí, no sabes lo que me ha costado traerte la puta guitarra.– dijo Bob en cuanto se separó de Mikey. El castaño lo miró con una ceja arqueada.– es una larga historia que... bueno, olvidémosla.– dijo nervioso.

–estaba allí, ¿verdad?– preguntó Frank con un semblante serio. Bob suspiró y asintió. Joder, eso le dolió bastante... al fin y al cabo, su subconsciente tenía razón, su presencia no había significado nada para Gerard.

Sin decir nada más, cogió sus pertenencias y las llevó al cuarto de invitados que tenía Bob en el segundo piso.

Tiró la bolsa con fuerza, haciendo que esta chocara contra el cabecero de la cama, rebotase en la cama y cayese al suelo.

Volvía a tener lágrimas en los ojos, lágrimas que se escapaban sin permiso. Tenía tanta rabia acumulada, quería romperlo todo, quería tirar la casa por la ventana... pero Bob no se lo permitiría, así que simplemente fue a buscar amplificadores al garaje para tocar un rato.

***

Gerard ya no sabía que hacer. Debbie estaba llorando desconsoladamente en el sofá como si se hubiese muerto alguien, y él intentaba contactar con Frank y con Lindsey, pero parecía que se los había tragado la tierra.

Vamos, no sabía lo que hacía, estaba con las defensas bajas... a demás, no entendía por qué Frank se había puesto de esa manera, no eran nada, y sabía que el castaño no sentía nada por él.

Mientras que con Lindsey la había cagado pero bien... todo se fue a la mierda por un error que cometieron los dos.

Los había llamado más de doce veces a cada uno, estaba harto. Tiró el móvil contra la pared y lo reventó, asustando a Debbie.

–¡JODER!– gritó el pelinegro tirándose al suelo.

–idiota, podrías haber llamado a Jamia para saber dónde mierda se ha metido Frank.– le gritó Debby limpiándose las lágrimas.

–¡¿y yo qué sabía?! Estoy de los nervios.– gritó Gerard.

–vamos a buscarlos.– dijo Debbie mientras se levantaba del sofá.

–conduces tú.– dijo Gerard levantándose y yendo detrás de ella.

***

Lindsey abrió los ojos con pereza al escuchar ruidos en la cocina.
Se levantó y se dio cuenta de que no se encontraba en su casa, ni tampoco era ese horrible apartamento donde había estado atrapada...
entonces recordó toda la noche anterior...

Frances se le acercó con una sonrisa y le entregó un vaso de zumo.

–buenos días.– le saludó sin quitar la sonrisa, contagiándosela a la pelinegra.

–buenos días.– dijo Lindsey aceptando el vaso.

–gracias por haberme cuidado anoche.– le dijo la chica mordiéndose el labio inferior.