"Best" night ever...

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Lau iba corriendo delante de sus hermanas por las calles de Small Monroeville. La casa de Brendon no estaba muy lejos, así que decidieron ir a pie desde la estación hasta allí.

Eran las seis de la tarde y la fiesta comenzaba a las nueve, todavía tenían tiempo de arreglarse y ayudar a Brendon a preparar las cosas.

–¡sois unas lentas!– gritó Lau para que sus hermanas acelerasen el paso.

–¡tú vas muy rápido!– gritó Sixteen mientras corría tras ella y reían. Shey sólo tenía su atención en el
–¡espérame!– gritó de nuevo.

–¡quiero ver cuánto puedes correr!– le respondió Lau a lo lejos. Sixteen suspiró y comenzó a correr de nuevo para alcanzarla.

–¡casi hemos llegado!– gritó la rubia alcanzando a Lau.

–una carrera hasta la casa de Bren.– sugirió la pelinegra. Sixteen asintió y las dos comenzaron a correr de nuevo, dejando a Shey más atrás.

–¡parad ya!– les gritó Shey. Pero sabía que sus hermanas ya estaban demasiado lejos como para escucharla.– por dios, no debí haberles dejado comer tarta de chocolate... ni tomar ese redbull.– se decía a sí misma. Desde pequeñas habían tenido un problema de hiperactividad.– y yo soy la responsable...– se seguía quejando.

Las dos chicas habían desaparecido de su campo de visión, así que decidió acelerar algo para alcanzarlas.

No lo consiguió.

Si esto fueran dibujitos animados, Lau y Sixteen habrían dejado un camino de fuego en el suelo. Iban demasiado rápido.

Igualmente, llegó a casa de Brendon y sus hermanas estaban saltando en la nieve con mangas cortas.

–pero ¿qué hacéis? Hace frío.– las regañó Shey.

No le hicieron caso. Shey rodó los ojos y llamó al timbre, ignorando a esas dos.

–¡SHEEY!– gritó Brendon abriendo la puerta de golpe, asustando a Sheyla y haciendo que se caiga de espaldas en la nieve.

–¡BRENDON BOID URIE!– gritó la morena enfadada.– me cago en...

–vamos Shey, no te enfades o te saldrán arrugas muy pronto.– le dijo Brendon extendiéndole la mano para ayudarla. Esta aceptó la ayuda para incorporarse rápidamente.

–gracias por nada.

–de nada por nada.– le respondió su primo con una sonrisa.

–¡BRENNY!– gritó Sixteen corriendo hacia el chico.

Terminaron los dos en el suelo de la entrada de la casa de los Urie, Sixteen encima de Brendon.

–madre mía Sixteen...– se quejó Brendon.

–donde las dan, las toman.– saltó Shey sonriendo maliciosamente.

–el karma te matará algún día.– le dijo Brendon desde el suelo. Shey le sacó la lengua y entró en la casa.

–¡BRENDAMN!– escuchó gritar a Lau. Ya sabía lo que venía ahora.

Abrazo aplastador.

–Lau me ahogas...– decía el moreno. Lau dejó de abrazarle y le apretó los mofletes.– Lfau Pafa Fya.

–vale vale...– la pelinegra dejó de espachurrarle y entró con su maleta para dejarla en la habitación.

–era un siete.– dijo de repente Sixteen, a lo que Brendon le miró raro.

Café, libros e invierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora