Capítulo 21: ¿Real?

46 3 0
                                    


--Kate PDV--

--¿C..calmada?-- reí, nerviosa.

--Tranquila-- se giró --Lo que trato de decir es que me escuches con atención.

Asentí, aún algo nerviosa, y permanecí en silencio.

--¿Conoces algo acerca de Licaón?

--Licaón.. ¿No fue un rey de Grecia?

--Específicamente, Arcadia-- se volteó y caminó hasta el borde de la roca --¿Es lo único que sabes?

--Si no mal recuerdo, le dió de comer carne de un esclavo a Zeus y lo convirtió en.. ¿Lobo?

--Exacto-- sonrió --Pero no todo es completamente cierto..

--Nada de eso cierto

--¿Cómo reaccionarías si te dijera que Licaón si existió?

--No le creyera

Rió antes de seguir hablando.

--Licaón, a diferencia de lo que dicen en el mito, creía firmemente en Dios no en Zeus, convirtiéndolo en un rey muy noble-- se aclaró la garganta
--Pero, lamentablemente, sus hijos no, y eso los llevó a cometer actos imperdonables..

--¿Licaón tuvo hijos?

--Cinco para ser exactos, pero murieron misteriosamente cuando Licaón se enteró de lo que hacían-- giró lentamente hacia mí y permaneció en silencio.

--¿Me trajo aquí sólo para contarme una historia que, según mi opinión, es falsa?

--No Kate, te traje aquí para explicarte el porqué de nosotros.

--¿Nosotros?

--Licaón, no fue solo un mito, Kate-- siguió hablando sin responder mi pregunta --Tras la muerte de sus hijos, se dice que Dios lo condenó convirtiéndolo en lobo, pero no fue así, Dios le dió un milagro para que así pudiera proteger a su pueblo.. Y así lo hizo..

--No entiendo nada de esto-- me crucé de brazos.

--Licaón, es nuestro antepasado, Kate

Reí con sarcasmo.

--¿Está intentando decir que somos descendientes de un rey que puede cambiar de forma?

Asintió.

--Está bromeando ¿Verdad?-- volví a reír.

--No, Kate, hablo muy en serio-- se quitó los lentes que traía puesto y las tiró a un lado --Pero sabía que no me creerías

--¿Qué piensa hacer?-- pregunté mientras me alejaba un poco.

--Mostrarte..

Sus ojos cambiaron de color en ese momento, y su cuerpo también, tan rápido que ni siquiera me dió tiempo a reaccionar.

Un enorme lobo yacía frente a mi, justo donde antes se encontraba el director.

Me miraba fijamente provocando que un escalofrío de terror me recorriera por completo.

Retrocedí cuando intentó acercarse, el animal, en cambio, al ver mi reacción, bajó las orejas y se recostó.

--No tengas miedo.

Se escuchó, como si alguien susurrara a mi oído.

Inconscientemente, miré a mis alrededores, tratando de saber de dónde provino.

Comienzo De Un Mismo Todo  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora