Capítulo 40: Hablar

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--Kate PDV--


El silencio reinaba el lugar.
No sabía que decir, primero, porque no había entendido nada de lo que me acababa de explicar, y segundo, porque Ashley me había vuelto a ver con su típica inexpresividad y me daba miedo preguntar.


--¿No piensas decir nada?


Su voz nuevamente cortante y fría me llegó como balde de agua helada, logrando que el miedo que sentía se desvaneciera por completo.


--No se qué es un Mate


Hubo otro corto silencio antes de que riera, tal y como lo había hecho en la oficina del Director, y se tirara de espaldas a la cama que tenía detrás.


--Es verdad-- empezó severamente a calmarse --Había olvidado que eres nueva en esto, lo siento


Esos cambios repentinos empezaban a inquietarme un poco, provocando que me preguntara sobre su salud mental.


--¿Salud mental? ¿Qué está pasando?-- cuestionó Lía con cierto tono de burla en su voz.


--A la hora que apareces


Noté como Ashley se sentaba para poder mirarme.


--¿Me vas a contar lo que está pasando?


--No, ¿Sabes si Ashley es bipolar o tiene alguna enfermedad mental?


--¿Por qué no me lo preguntas a mi?


Fue Ashley quien respondió, para mi sorpresa, pero mantenía una divertida sonrisa en los labios.


--¿Me.. escuchaste..?


--Debes empezar a diferenciar cuando hablas mediante el enlace y cuando hablas para ti misma, en este caso, cuándo hablas con Lía


--Idiota-- me reprendió Lía con burla. Podía escuchar calramente sus risas en mi cabeza.


--¿Y cómo se supone que hago eso?-- cuestioné dirigiéndome a Ashley y empezando a ignorar a la chica que me hablaba a travez de mis pensamientos.


--Bueno, Lía lee la mente, sabe y escucha todo lo que piensas a pesar de que intentes ocultarlo, el enlace en cambio solo funciona si en tu cabeza tienes la idea de que estas hablando con alguien y quieres que ese alguien te escuche


--¿En palabras más simples?


--Perdón pero no se hablar tu idioma


Reí con sarcasmo.


--Que graciosa


En respuesta, solo recibí una sonora carcajada llena de insolencia y diversión.


Me dispuse a lanzarle una almohada pero golpes en la puerta evitaron que lo hiciera, obligándome a ir a abrir.


--Lía-- saludé a la recién llegada, justo en medio de la puerta.


--Hola-- sonrió --¿Puedo entrar?


--Ashley está adentro


--Por esa misma razón vine..



--Ashley PDV--


Ya habían pasado varios minutos desde que Kate fue a atender la puerta, no necesitaba ir a ver para saber quien era, me bastaba con diferenciar la esencia perteneciente a la persona que se encontraba cerca, además, se me hacía demasiado fácil poder reconocerlo solo con su aroma.


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