--Kate PDV--Mis ojos no terminaban de acostumbrarse a la cegadora luz de la mañana. Despertar un domingo al medio día no era algo de lo cual podía sentirme dichosa.
--¡Kate, hoy es el día!
¡¡Despierta!!Una presión en mi torso se hizo presente, Lía se encontraba encima con el objetivo de terminar pronto con mi adormecimiento.
--¿¡Cómo es posible que sigas durmiendo en un día tan importante!?
--Lía.. no molestes
--¿¡Por qué no estás emocionada!?
--¡Porque no puedo demostrar mi emoción contigo encima!
De un empujón la aparté, no sin antes asegurarme de que cayera al otro costado de la cama.
--Empezaba a quedarme sin aire..
Las risas de su parte no se hicieron esperar, siendo acompañada poco después por su hermana, quien apenas llegaba con el "desayuno" a la recámara.
Mi estómago rugió. El hambre atacó de forma voraz y repentina.
--¿Qué vamos a desayunar?
--Almorzar, querrás decir-- respondió Mía, dejando la bolsa en la mesita de noche --Faltan minutos para que sea la una
--Desayuno, almuerzo, merienda o lo que sea, lo importante es que es comida-- me levanté, dispuesta a saciar mi hambre.
--Alto ahí mujer, no comerás hasta que te cambies de ropa
--¿Qué tiene esta?
--Pues que ya la vas usando por mucho tiempo-- me respondió su hermana, poniéndose de su lado.
--Apenas son dos días
--Tres con este-- volvió a hablar Mía, alejando la funda de mis manos --Tienes que volver a tu habitación y traer otra ropa, lo único que tienes es tu cepillo de dientes
--No quiero volver
--Pues tendrás que hacerlo quieras o no
Entre ambas me llevaron a rastras a la salida, no tuve de otra más que aceptar y cumplir su pedido.
En el camino, la dejadez me hizo dudar entre ir a comer en otra parte o arreglarme y aceptar lo que las hermanas me ofrecían, no obstante, tras analizarlo detalladamente, preferí la opción más sencilla, en vez de caminar hasta el pueblo o soportar la extraña comida de la cafetería.
Pronto llegue a mi habitación, lugar que, al entrar, parecía el mismísimo infierno.
Botellas tiradas por todo el suelo, fundas de frituras en cada esquina, vasos y envolturas de dudosa procedencia encima de todos los muebles, y una única persona recostado de muy mala manera en el suelo. Era más que evidente que Ashley la había pasado excelente ayer en la noche.
Con cautela, me adentré en la recámara, pidiendo en silencio no encontrarme con alguna otra sorpresa allí dentro. Para mi suerte, todo estaba en orden así que me apresuré en escoger un conjunto de ropa y una toalla para tomar una rápida ducha en mi "nueva" habitación.
Tras comprobar que no olvidaba nada, me dispuse a irme tal y como había entrado, con sutileza, pero Ashley apareció de forma abrupta frente a mí.
--No esperaba verte
Su voz sonó ronca, agobiada, y en su rostro se notaban con claridad las ojeras provocadas por el desvelo. Se veía bastante mal.
--Descuida ya me iba, solo vine por algo de ropa
Su mano me retuvo cuando intente cruzar por su lado. Con rudeza me aparte.
--Kate, lo que Emma dijo..
--No quiero escucharte-- la acallé intentando de nuevo salir de ahí, pero esta vez sus brazos atraparon mi torso --Suéltame Ashley
--No hasta que hablemos, tienes que saber la verdad
--¡No pienso volver a creerte! ¡Nunca más ¿¡Entendiste!?
Está vez no me contuve, la empujé con fuerza y huí de ahí. Una extraña presión se presentó en mi pecho, dolía, por alguna extraña razón dolía..
--Kate, Dios.. ¿Qué pasó?
--Nada-- respondí con frialdad a la cuestión de Lía mientras tiraba la ropa encima de la cama.
--¿Y por qué lloras?
Mi mano fue a parar en mi mejilla. Estaba húmeda, muy húmeda y hasta ese momento no me había dado cuenta.
--No lo sé
--¿Ashley te hizo algo? Porque si es así, juro que está vez si le rompo su irritante sonrisa-- expresó Mía con fiereza.
--Tranquila, Mía, ya te dije que no vale la pena
--No respondiste a mi pregunta
--Me encontré con ella nada más..
La mirada que Lía me dió, claramente expresaba que estaba buscando entre mis memorias.
--Lía, ni se te ocurra leerme la mente
--Quiso hablar contigo..
--Si, pero no la dejé, eso es lo único que pasó, ¿Felices?
Ambas guardaron un incómodo silencio, logrando que sienta remordimiento por mis acciones.
--Losiento, no sé qué me pasa
--Tranquila, olvidemos el tema ¿Si?-- intentó reconfortarme Mía, colocando una de sus manos en mi hombro --Math nos invitó a comer, dijo que nos reunamos en su habitación
--¿Y lo que tú compraste?
--También lo comeremos-- sonrió, divertida, antes de salir de la habitación, con nosotras a la zaga.
Una vez nos pusimos en marcha, ambas hermanas agarraron una de mis manos, respectivamente.
La calidez que la unión de nuestras manos emitía, provocó un sentimiento de paz en mí. No supe por cuanto tiempo me perdí en ese acogedor efecto hasta que vi a Math de pie frente a la entrada de su habitación, esperando por nuestra llegada.
Nos recibió con una enorme sonrisa, típica de él, antes de romper algo forzoso mi agarre y jalarme en su dirección, rodeando sus brazos en mí.
--Feliz cumpleaños-- murmuró en mi oído mientras me estrujaba con más fuerza.
--No hay necesidad de ahogarme para desearme un feliz cumpleaños
--Losiento, estoy emocionado
--Más que Kate, al parecer-- opinó Mía con burla, a la vez que Math se separaba de mí.
--Si estoy emocionada
--Pues no parece
Su tono me hizo reír. Lo dijo tan seco e irónico que me causó gracia.
--No es que no esté emocionada, es solo que.. me siento algo nerviosa
--No son nervios lo que sientes, es tu lobo interior, pidiendo su libertad-- terminó por aclarar una voz detrás de mí.
Aquella voz logró que mi cuerpo se estremeciera, rememorando aquel juramento que le había hecho a Lía.
"Prometo, no juzgarlo sin antes hablar con él"
El momento de cumplir esa promesa, había llegado..
ESTÁS LEYENDO
Comienzo De Un Mismo Todo
WerewolfEn el corazón del inmenso y misterioso bosque Sweetline, se erige el Internado Mills, un refugio de saber y secretos, donde el eco del pasado se mezcla con las sombras del presente. Alissa Katherin Miller llega a sus imponentes muros de piedra y con...