12- Reencuentro con Emek.

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Desperté sintiéndome un poco débil, me senté y el dolor se hizo presente, tenía una sudadera y jeans, levante la sudadera y pude ver las vendas a mi costado, se dieron cuenta. Suspire y en ese momento entró Caly.

— ¿Te sientes mejor?

— ¡Meikel! ¿Cómo está? —Me puse de pie rápido, sentí un fuerte dolor en el costado y un ligero mareo.

— Tranquila, esa herida no cerrará si sigues así, perdiste mucha sangre, seguramente te sientes débil, él está estable... pero. ¿Por qué no mencionaste tu herida?

— Que alivio... no era tan importante como Meikel... ¿Cuánto tiempo dormí?

— Solo la noche, son como las ocho de la mañana.

— Quiero ver a Meikel... ¿Me ayudas?

— Esta bien, vamos pero con cuidado. —Salimos de la habitación, Emek giró y corrió en mi dirección.

— Kenzo dijo que tenías que descansar —su voz era firme y seria.

— Estoy bien Emek.

— ¡¿BIEN?! ¿Qué si se infectaba? ¡¿BIEN?!

— Emek... — intentó intervenir Caly.

— ¡Ahora no Caly!... estabas tan bien... ¡¿Tan bien como para no decirnos que tenías una herida?!

— Meikel necesitaba toda la atención. ¡Podía haber muerto!

— ¿Y tú qué? ¡Tú también pudiste haber muerto!

— Eso no importa.

— ¡¿Qué no importa?! —Me tomo de las muñecas, retire mi muñeca derecha rápido por el dolor, estaba llena de moretones por la presión que ejerció Meikel ayer— ¿Qué es eso?

— Nada.

— ¡¿QUÉ ES ESO?!

— Emek, tienes que tranquilizarte, Ahiry está bien...

— Vamos con Meikel —le pedí a Caly ignorando a Emek.

— Ahiry...

— Si no tienes nada más que decir, iré a ver cómo sigue mi esposo.

— Yo te acompaño. —Vi el dolor en Emek, aún me quería lo sabía, dejamos tantas cosas mal... tendríamos que hablar tarde o temprano, asentí a Caly y tomé el brazo de Emek, en cuanto entramos me senté junto a Meikel, aun inconsciente.

— ¿Por qué no mencionaste tu herida?

— Ya lo dije, Meikel estaba mal, necesitaba toda la atención.

— No tienes que arriesgar tu vida de esa forma...

— Es mi deber, como su esposa y princesa de Elder... es lo único que puedo hacer.

— Sé que cometí errores antes Ahiry pero...

— Esta bien Emek, todos cometemos errores, no estoy muerta y lo único que te debería importar es que tu príncipe no muera.

— Vamos Ahiry...

— ¿Qué?

— Tú sabes que quedaron cosas incompletas. Vamos afuera y hablemos...

— Lo siento Emek, tu príncipe, mi esposo, me necesita. —Soltó un golpe a la pared y maldiciendo dejó la habitación. Regrese mi vista a Meikel, su respiración era normal, las heridas estaban vendadas, las pociones se habían agotado.

— Parece que su cuerpo está respondiendo. —Lena entró con una charola.

— Que alivio...

2-Un nuevo inicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora