50- Nuestra boda.

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Dormimos abrazados, pero realmente me costó mucho trabajo tranquilizar mi emoción.

Lena me ayudó a arreglarme, no sabía quiénes estarían en nuestra ceremonia, pero realmente no me importaba.

— No puedo creer que Meikel realmente éste haciendo esto, muero de nervios —Lena terminaba de arreglar mi cabello y sonrió.

— Dudo que el novio diga un "no" como respuesta.

— ¿Así es como se siente una novia normal?

— No, ellas tienen miedo de que el novio no llegue. —Reí, sentía mi corazón a mil por hora, pero también me sentía feliz.

— Sin duda es el mejor hombre.

— Si, pero no puedes dejarlo esperando.

Bajamos y una carroza nos esperaba, al llegar a aquel lugar pude ver los pétalos blancos y azules adornando el piso cristalino, antes de llegar vi algunas bancas, ¿Cuántas personas vendrían?, busqué a Meikel con la mirada pero no lo vi, solamente pude ver a Maoki y a Doniel. Sentí que alguien tocaba mi hombro. Casi dejo salir un grito de alegría, Axel, Max, Emek, Caly, Dante, Amy y Kenzo.

— No pensabas casarte nuevamente sin nosotros ¿o sí?

— Claro que no, pero me sorprende mucho verlos.

— Stephen nos habló. —Vi una sonrisa tierna de Emek, asintió al ver mi duda, así que Meikel incluso pensó en eso.

— Ya veo.

— Bien, entraremos primero, no dejes esperar mucho al novio. —Pasaron al recibidor, Kenzo me tomó del brazo al igual que Lena.

— Aquí, ambos hacemos entrega de la novia, solamente los príncipes llegan solos.

— Ok. —Tomé aire.

Cientos de Dragas llegaron, música de campañas de viento comenzó a sonar, caminamos lentamente, Meikel no estaba en el lugar del novio, mire a Lena con preocupación, ella sonrió y asintió muy calmada. Meikel salió detrás de unos árboles, caminando lentamente hacia su lugar, no me había visto, estaba nervioso, lo podía notar. Sonreí, cuando llegamos a la mitad y él por fin giró, una hermosa luz pasó por sus ojos, ¿así es como se siente cuando te casas por amor?, cuando al final del camino está ese hombre que te observa como si fueras lo mejor de su vida; así es como se siente amar tanto a ese hombre al final del camino.

Él vestía un traje azul cielo y camisa blanca, sus ojos se veían hipnotizantes, él sería el hombre con el que compartiría mi vida, ese perfecto hombre frente a mí, con ese carácter tan difícil, sus dulces atenciones hacia mí, su cuerpo musculoso y esa sonrisa que corta el aliento. Lena y Kenzo depositaron mi mano en las de él, asintió con una reverencia, había un anciano frente a nosotros, el que nos había casado la primera vez, pero lo veian mas cansado y casi podía jurar que tenia una cicatriz en la barbilla, pero él es el único con el poder de hacer esto, unir dos corazones; casi no pude poner atención a la ceremonia, mis latidos eran muy ruidosos. Pero escuché perfectamente la parte que más sufrí en nuestra primera boda.

— Lady Green, ¿conoce usted la historia de este hombre?

— La conozco plenamente —sonreí, ahora no mentía.

— ¿Sabe usted el cargo y actividad que desarrolla como destino de su vida?

— Sí, la conozco y apruebo.

— ¿Está usted consiente, que el caballero Anwar, no es más de lo que él presume y no pretende ser una imagen falsa de perfección? —Cuánta fuerza reuní en aquella vez ante esta pregunta y ahora parecía tan sincera, tan real.

2-Un nuevo inicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora