32- Cita de despedida.

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Tomé la ropa que necesitaba y me fui a mi biblioteca, una vez acostada y viendo el techo recordé que este fue el primer lugar que conocí en Solun, mi lugar favorito en Elder.

¿Una cita de despedida?, eso significa que regresaré a la Tierra y ya nunca volveré a Elder, dejaré Solun, a Caly, Emek, Amy, Dante, Lena, Kenzo, Maoki y también a Meikel.

Sentí nostalgia y dolor, supongo que es por dejar a mis amigos y dejar que Velia termine casada con Merkel. Podría ser que no me preocupara mucho dejar a Meikel si supiera que no queda en manos de Velia. Pero también podría ser que le tengo más cariño a Meikel del que pensé... Me obligue a dormir sabiendo que ya estaba pensando en tonterías.

Soñé que tenía una cita con Meikel, él no era un príncipe de todos los seres, no existían los 11 mundos, éramos dos simples jóvenes humanos teniendo una cita, riendo y compartiendo recuerdos. Fue un buen sueño, mejor de lo que me permito admitir.

El ruido me despertó, movían muebles, corrían personas, cerraban puertas de un lado a otro. Me puse de pie y camine hacía la puerta cuando ésta de pronto de se abrió, la cara pálida y sorprendida de Meikel apareció, estaba por decir algo cuando corrió a mi lado y me abrazo, un abrazo firme y protector, recargo su cabeza en mi hombro, por la sorpresa estaba inmóvil.

— Pensé que no estabas aquí, creí que te habías ido, pensé que no te volvería a ver. —Sus palabras eran honestas, tiernas y con un toque de ilusión. Me sentí nerviosa. Muy nerviosa.

— Te quedaste dormido en mi habitación, no quise despertarte y corrí a mi lugar favorito. —Me soltó lentamente, me veía a los ojos, me ponía nerviosa saber que esos ojos tan hipnotizantes me observaban solamente a mí. Me gustaba ese pensamiento, me gustaba ver mi reflejo en sus ojos.

— Tienes razón, no te conozco, si supiera más de ti, éste habría sido el primer lugar en donde buscaría y no el último. —Parecía aturdido, quería que no apartará su vista de mí, palideció un poco.

— ¿Estás bien?

— Si, sólo un poco cansado.

— Ya comiste algo ¿verdad?

— Aún no.

— Pero después de emborracharte debiste... —sus ojos se abrieron como platos.

— ¿Te lastimé? ¿Dije algo inadecuado? ¿Estás bien? —Evite sonreír, supongo que fue su primera o segunda borrachera.

— Todo bien, pero tienes que comer algo.

— James no está en la cocina.

— Bueno, no soy la mejor chef pero lograré que no mueras.

Bajamos a la cocina, me sorprendió no ver a nadie en Solun, supongo que él los mandó a buscarme por todo Elder, sentí un poco de felicidad al pensarlo. Llegamos a la cocina y con lo que encontré prepare un caldo de verduras. Le serví un plato a Meikel y otro para mí, estábamos por comer cuando James y otros dos chicos que había visto en Solun aparecieron muy agitados.

— Señor, no la encontramos —se sorprendió al verme—. ¡Oh! Princesa, que gusto que este bien, los guardianes están haciendo conteo de los daños.

— ¿Daños? —Meikel me miró preocupado.

— Argrem... —la sangre abandonó mi cuerpo.

— ¿Qué?

— Atacó una aldea en la madrugada, creí que habías dejado Solun, por un momento pensé que estabas en manos de Argrem o aún peor...

— ¿Que aldea? ¡Amy! ¡Caly! Dante y Em... —no pude terminar de decirlo al ver el rostro de Meikel, ¿decepcionado?

— Ellos están bien, Emek está bien, atacaron otra aldea pasando fénix.

No me di cuenta cuando James se fue, Meikel y yo comimos en silencio. Terminó de comer y dijo que tenía que ir al salón para hablar con los guardianes sobre el ataque, no espere a que llegarán los encargados de cocina y yo misma llevé los platos, únicamente estaba James.

— ¡Oh! Princesa, no tenía que traer eso, permítame —se llevó los platos.

— Esta bien, no temo meterme a la cocina —sonrió.

— Usted cocinó esto para el príncipe, ¿verdad?

— Si, algo improvisado, será bueno que llamemos a Kenzo por cualquier cosa.

— No lo creo, después de todo usted ya cocinó para el príncipe y él para usted. — ¿Meikel cocinó para mí?

— ¿Qué? ¿Cuándo?

— Aquel postre extraño de la Tierra, decidió hacerlo él mismo para usted, nunca antes había visto a un príncipe entrar a la cocina. — ¿Él cocinó las nanaimo bars?

— ¿Estás seguro?

— Claro, yo mismo lo ayude, el príncipe estaba tan preocupado hoy más temprano cuando no la encontraba, no veía esa mirada en su rostro desde lo ocurrido con sus padres, es bueno verlos juntos, no olviden hacer sólida su relación con honestidad. —Me despedí y fui al despacho de Meikel, él tendría que regresar aquí en cuanto terminara su reunión. Por suerte no espere mucho tiempo, entró y parecía sorprendido de verme.

— ¿Ocurre algo?

— Vengo a agendar algo contigo —frunció las cejas, sonreí.

— Quiero saber qué días tienes libres, ya sabes, para nuestra cita. —Tomó aire y sabía lo que pensaba, "nuestra última cita", me molesto que pensara eso y no se emocionara por ir a la Tierra pero no podría hacer más, por ahora.

— Éste fin de semana.

— Bien, necesitaré 4 días —frunció el ceño—, vamos, yo viví meses aquí, 4 días es nada.

— Correcto, cuatro días entonces. —En ese momento entró Velia y sin importarle mi presencia se dirigió a Meikel. Dos puntos más a mi escala de odio hacia Velia.

— Necesito que me acompañes a Vampeira, quiero saber qué mis padres están bien, también recibimos ataques de Argrem. —Meikel me volteó a ver y yo bajé la vista, tendríamos que retrasar nuestra cita, Velia siempre estaría antes que yo.

— Perdón, no puedo ir, pondré a dos guardianes como tus escoltas, Axel y Max estarán contigo, podrás irte cuando quieras.

— Meikel, ¿estás diciendo que no me acompañas? ¿De verdad? —Parecía ofendida.

— Así es, tengo asuntos que atender con Ahiry. —Me volteó a ver con desprecio, pero sentía una felicidad inexplicable, Meikel me elegía a mi antes que a ella.

— No creo que cualquier asunto con ella, te impida acompañarme —Meikel tomó aire.

— "Ella", como tú dices, es la princesa de Elder, tú princesa y además es mi esposa, eso me impide de muchas maneras acompañarte. —Podía ver la sorpresa en Velia, pero sentía aún más la mía, la felicidad incrementó, la cual se apagó al recordar, que esos 4 días serían nuestra despedida.

Velia dejo Solun ese mismo día, dio todo un espectáculo ya que Meikel no la acompañaría. Yo regresé a mi habitación para planear nuestra cita. Tendría que llamar a Jorge, un amigo de Lena en Canadá, él me podrá ayudar mucho.

Finalmente llegó el primer día, baje a desayunar con uno de los vestidos comunes de Elder, esta era mi última oportunidad para usarlo. Me sorprendió ver a Meikel, estaba tomando un café y leyendo un libro, tal vez, después de tanto tiempo él dejó de interesarse en la situación, ¿soy la única que siente un mar de emisiones? ¿La única que siente miedo de terminar todo?

— Hola.

— Hola, ¿quieres desayunar algo?

— Solamente tomaré un poco de café y galletas.

Termine de desayunar, estaba nerviosa, tanto que estaba pensando en cancelar todo y simplemente quedarme aquí, no soy buena con las despedidas, así que mande una carta a Caly, Lena, Amy, Maoki, Emek, Dante y Kenzo.

También tenía una para Meikel, esa se la daría el día 4.


2-Un nuevo inicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora