45- Nuestros amigos.

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Regresamos a Solun. Me dedique a hacer algunos planes de mejora para cada planeta y Meikel a hacer estrategias contra Argrem, en ocasiones nos sonreímos o comentábamos algo, simplemente no resultaba incómodo estar así. Juntos.

Durante la cena nos dedicamos a planear la recepción de nuestros invitados, esa noche tardé mucho tiempo en quedarme dormida, necesitaba los brazos de Meikel y su dulce aroma, aquél olor a canela, su té favorito, claro con un toque de "esencia Meikel".

Me desperté al sentir un beso en mi frente, Meikel estaba sentado en mi cama viéndome, sonreí, ¿cómo llegó aquí?

— Buenos días mi princesa.

— Buenos días mi príncipe, ¿qué haces aquí?

— Me preocupe al no verte bajar y Maoki me dijo que simplemente estabas dormida.

— ¿No verme bajar? —fruncí el ceño y me senté.

— ¿Qué hora es? —sonrió y su mirada escondía un chiste personal.

— Ya es medio día —abrí de más los ojos por la sorpresa.

— ¿Medio día? —sonrió divertido por mi sorpresa y me besó la frente.

— Te dejo para que prepares tus cosas.

Tomé un baño y después me decidí a usar un vestido beige con encaje, nada exagerado, además la camisa de Meikel era de ese color. Baje y lo busqué en el salón principal, estaba indicado como acomodar los arreglos florales, me volteó a ver y me sentí tan dichosa, parecía que era la primera vez que me veía, como si fuera lo más preciado en su vida y en cualquier momento pudiera desaparecer, se acercó, me tomó de la cintura y sonrió.

— Estás radiante —me dio un beso tierno y después me abrazó—, gracias por seguir a mi lado.

— Gracias a ti, por ser el hombre con el que siempre soñé. Pensándolo bien no, por ser el hombre perfecto para mí.

Después de eso le conté aquel sueño, se divirtió mucho mientras le contaba el gran susto y confusión que viví.

Terminamos los detalles y finalmente llegó un chico delgado y con expresión graciosa, creo que se llama Thod, indicó que nuestros invitados ya habían llegado, Emek y Caly venían entrelazados de los brazos así como Amy y Dante, los chicos vestían pantalón de vestir negro, Emek una camisa azul cielo y Dante una de color blanco, Caly lucía un vestido por debajo de las rodillas en color menta y Amy uno color lila, se veían hermosas, Meikel me sacó de mis pensamientos.

— Bienvenidos, estamos muy felices de tenerlos aquí —todos inclinamos la cabeza ligeramente.

Tardó un poco de tiempo para romper la tensión, solamente los príncipes o reyes pueden invitar a alguien exterior a Solun; comenzamos a contar anécdotas divertidas, me gustaba ver este escenario, mis amigos conviviendo con el hombre que ahora es mi esposo. Y a quien amo.

Pasamos al comedor, por suerte nuestra selección fue de su agrado y Meikel sugirió como postre las nanaimo bars, cuando Emek, Dante y Caly los vieron se sorprendieron.

— ¿Qué ocurre? —Preguntó Amy, todos nos volteamos a ver, Meikel asintió y pude ver felicidad en su semblante al saber que Dante era tan leal que no había revelado lo ocurrido a su amada.

— Cariño, así como todo lo que comentamos esta tarde no puede salir de Solun, así también tendrá que permanecer lo que te contaré. —Amy asintió y él comenzó el relato, Caly, Emek, Meikel y yo agregábamos algo de vez en cuando, al finalizar Amy tenía cara de sorpresa.

— Es por eso que terminemos adictos a las nanaimo bars de la Tierra.

— Pero, ahora ¿ambos están bien?, ¿no fue nada grave? —Amy parecía preocupada.

— Estamos perfectamente, en todos los sentidos —Meikel entrelazo nuestras manos en la mesa y me sonrió, sentí sonrojarme un poco.

Meikel propuso mostrar las partes interesantes de Solun, yo comencé a hablar con las chicas, llegamos a la biblioteca general, ellas comenzaron a leer los títulos y yo volteé a ver a los chicos, vi como hablaban sobre tácticas de guerra, Meikel parecía disfrutarlo, se veía tan concentrado y seguro de lo que les explicaba que sentí una descarga eléctrica en mi cuerpo, ese hombre con tanto porté, seguridad, elegancia e inteligencia es mi esposo, me sentía feliz, tal vez iniciamos todo en desorden pero no puedo evitar sentirme egoísta al decir que aún en otra vida desearía que él fuese mi esposo, es un caballero completamente, será un gran rey.

Seguía viéndolo y me descubrió, sonrió, desvíe la mirada completamente roja, para ser rey, primero tendría que tener un heredero.

— ¿Te encuentras bien? —Caly me tomó del brazo asustada por mi aspecto, tomé aire.

— Si, perfectamente.

Seguimos recorriendo habitación por habitación, los chicos se habían quedado un poco atrás debatiendo algún tema, Caly y Amy me miraron de forma curiosa.

— Bien, yo sé que no podemos ir al tercer piso, pero dime, ¿cómo es su habitación? —dijo Caly en voz baja.

— Bueno la mía es amplia y con mucha iluminación tiene vista al jardín, la de Meikel es ordenada y en color azul —estaba por seguir con más detalles pero el rostro de sorpresa de ellas me desconcertó, fruncí el ceño, Amy tomó la palabra.

— ¿Quieres decir que están en habitaciones separadas?

— Sí —fue después de decir eso cuando me di cuenta de la gravedad del asunto.

— Pero están una habitación al lado de la otra, ¿verdad? —Caly parecía aturdida.

— No realmente, estamos casi al frente, separados por las escaleras. —Vi la pregunta que formulaban, pero no quería decir oficialmente que aún no consumamos nuestro matrimonio.

— Pero visito su habitación en ocasiones, así como él la mía. —Vi que no estaban convencidas, por suerte los chicos llegaron muy alegres. Meikel sugirió ir al balcón para disfrutar de una noche perfecta en Solun.

— ¿Cómo se conocieron Amy y tú? —le pregunté a Dante, él sonrió y abrazó más a Amy.

— Ella estaba en Tamanty yo venía de una zona atacada por Argrem y estaba muy herido, ella me vio y ofreció su cabaña para curarme; resultó que estaba en ese lugar porque deseaba aprender técnicas de sanación, tengo que aceptar que me deslumbró su belleza; cuando me recuperé la invité a visitar el prado del planeta, es uno de los lugares más hermosos y que pocos saben llegar, después de ese día me convencí de que ella era especial, nos seguimos viendo pero no tan seguido como deseábamos.

— Por suerte —agregó Amy—, una amable señora me invitó a vivir en Fénix como asistente de un hospital pequeño y así es como llegamos a este punto.

Hicimos algunos comentarios, después Emek y Caly relataron su historia rápidamente por lo incómodo de la situación, Amy sonrió y nos volteó a ver.

— Stephen, ¿qué es lo que más te gusta de Ahiry? —sentí nervios, Meikel sonrió y me volteó a ver sin dudar en sus palabras.

— No tengo algo específico, me encanta su sonrisa, su rostro, su carácter y personalidad tan única, el corazón tan puro que tiene y esa sencillez, simplemente me encanta todo lo que se refiere a ella. —Sonreí, ¿cómo podía no sonreír ante eso?, Emek abrazo a Caly y dijo.

— Bienvenido al clan de los chicos plenamente enamorados —todos reímos, sujete su mano con fuerza, éste hombre me encanta.

2-Un nuevo inicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora